¿Qué puede hacer Santa Cruz con las molestias de los petardos?

El Partido Animalista pide medidas drásticas contra la pirotecnia y el Consistorio recuerda que ya usa fuegos de bajo impacto sonoro

Fuegos artificiales de bajo impacto sonoro en el último Fin de Año de Santa Cruz de Tenerife.

Fuegos artificiales de bajo impacto sonoro en el último Fin de Año de Santa Cruz de Tenerife. / E. D.

Daniel Millet

Daniel Millet

«Se llamaba Leyko y tenía 16 años. Se lanzó de un tercer piso y murió. Tenía pánico a la pirotecnia, esa que tú tiras, esa con la que tú te diviertes. Recuerda su cara cuando vayas a tirar un petardo la próxima vez». Cristo Gil, activista en favor de los derechos de los animales y candidato a la Alcaldía de Santa Cruz por el Partido Animalista Con el Medio Ambiente (Pacma) en las próximas elecciones de mayo, escribió esto el pasado lunes en sus redes sociales. Desde que comenzó 2023 ha colgado otros dos comentarios similares, acompañados de las fotos de los perros que sucumbieron al estruendo de fuegos artificiales y petardos. Se llamaban Reyna y Tekila. Gil ha iniciado una recogida de firmas para que el Ayuntamiento capitalino regule esta actividad. Ya tiene más de 18.000.

El estruendo de estos artefactos tiene serias repercusiones en seres humanos –en especial en personas con alguna condición del espectro autista, con discapacidad, con trastornos cognitivos, alta sensibilidad y mayores y bebés– y animales de compañía. Por eso Cristo Gil exige que el Consistorio dé un paso más y adopte medidas drásticas más allá de las campañas de concienciación y los fuegos artificiales de bajo impacto sonoro en las fiestas populares. «El problema no son solo los fuegos artificiales, sino también la gran cantidad de vecinos que tiran cohetes y petardos por todo el municipio, algo que también ocurre en el resto de la Isla», expone Gil, para preguntarse «¿cuántos perros van a tener que morir para que se haga algo de verdad?». El candidato de Pacma denuncia la «facilidad» con la que cualquiera puede comprar pirotecnia en diferentes tipos de establecimientos de Tenerife, cuyo mal uso también puede causar daños en instalaciones públicas y privadas.

Desde algunos ayuntamientos ya se ha comenzado a vetar el uso de petardos en las vías públicas

Ante la presión de activistas como Cristo Gil, algunos ayuntamientos de España han comenzado a adoptar medidas rigurosas. Córdoba, Torremolinos o Torrejón de Ardoz han emitido bandos o aprobado ordenanzas que prohíben el uso de pirotecnia en la vía pública. Son de los pocos que lo han hecho, porque la mayoría que ha adoptado medidas se ha limitado a lanzar consejos a la población sobre las consecuencias de su uso. «Se podrían acotar zonas para el uso de los petardos. Se pueden hacer muchas cosas para acabar con estos ruidos tan molestos, como crear efectos de luces en el cielo con drones en vez de con cohetes», detalla Cristo Gil.

El pasado Fin de Año, el Consistorio chicharrero utilizó pirotecnia de bajo impacto sonoro en la zona de la plaza de España. Antes, el 31 de enero de 2020, los grupos políticos habían aprobado por unanimidad en el pleno esta medida. El Consistorio también se comprometió a regular el uso de la pirotecnia por parte de los particulares, impulsar campañas de concienciación y promover espacios sin ruido en las cabalgatas. De estas otras medidas se ha adoptado la de las zonas silenciosas en grandes celebraciones como el Carnaval.

El problema se concentra en Navidad, en especial en Nochebuena y Nochevieja, pero también en numerosas fiestas populares. Si bien el Consistorio capitalino usó fuegos de muy baja contaminación acústica, petardos y voladores sonaron por todo el municipio de forma machacona. Carlos Tarife, concejal de Servicios Públicos y portavoz municipal del PP, apuesta por la regulación a través de la nueva ordenanza del ruido que está preparando el Ayuntamiento. «Trabajamos en actualizar las normas municipales sobre el ruido y la idea es introducir la pirotecnia. Aparte del uso que ya estamos haciendo de los fuegos con bajo impacto sonoro, otra iniciativa que estudiamos es acotar zonas adecuadas para la utilización de los petardos y evitar así su uso indiscriminado», apunta. En cuanto a las restricciones en la compra de estos artefactos, señala que Europa va camino de crear una norma que afecte a toda la Unión.

María Luisa Fernández, presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife, explica por qué petardos y voladores causan tanto pavor en los animales, en especial en los perros. «Los animales con los que convivimos, como los perros, tienen una enorme capacidad auditiva, cuatro veces mayor que la de los humanos. Tienen una gran sensibilidad con los sonidos agudos y graves. Les produce pánico y tienden a intentar huir. Es muy difícil controlarlos y educarlos para que los soporten». Fernández aconseja tranquilizarlos, apoyarlos, aislarlos lo más posible –cerrar ventanas y puertas, trasladarse a las estancias con menos ruido– cuando arrecian los estallidos e incluso poner música.

La presidenta del Colegio de Veterinarios coincide con Tarife en que una solución puede ser establecer «espacios específicos para la pirotecnia que no molesten a los vecinos y sus mascotas». Añade que la limitación también puede fijar horarios para este fin. «Es muy importante recordar que las molestias no solo afectan a los animales, sino también a muchas personas», subraya.

Alfonso Cabello, concejal de Fiestas y Comercio, así como consejero delegado de la Sociedad de Desarrollo, recuerda que el Ayuntamiento capitalino ya ha emprendido acciones para evitar estos perjuicios e incide en la importancia de la «concienciación ciudadana para minimizar el problema». Cabello recuerda que el Ayuntamiento carece de competencias para regular la venta de petardos y boladores pero sí puede emprender medidas como las que ha puesto en marcha: el uso de pirotecnia silenciosa o la habilitación de zonas libres de ruidos en celebraciones y festejos.

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