Opinión | El recorte

Una noche en la Ópera

Archivo - La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol.

Archivo - La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol. / A. Pérez Meca - Europa Press - Archivo

Mientras sonaba Recóndita armonía en el auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas, una de las más bellas arias de Tosca, el ministro Ángel Víctor Torres, secretario general del PSOE de Canarias y expresidente de Guanchilandia, estaba perdido en la pantalla de su móvil mirando la última noticia publicada por un confidencial madrileño donde se daban datos del dinero pagado a la compañía One Airways, un millón cien mil euros, para traer desde China dieciocho toneladas de material sanitario.

A Torres, como a muchos otros, le estaban dando chispazos las conexiones neuronales. One Airways es una compañía aérea sin aviones que contrató un airbús de Plus Ultra, la empresa que fue ayudada por José Luis Abalos para recibir 53 millones en ayudas de la SEPI. La empresa relacionada con el Gobierno bolivariano de Maduro y aquel famoso viaje de extrañas maletas descargadas en Barajas cuando el Delcygate. ¡¡Uf!!

Se amontonan los casos de compras de material sanitario adquirido con enormes sobreprecios a empresas que a su vez contrataban a otras empresas, que luego las adquirían a su vez a una tercera, sin que ninguna de ellas tuviera relación con el mundo de los suministros sanitarios. Y a algunos responsables políticos les baja un intenso sudor frío por las espaldas.

Nuestro ministro canario en Madrid ha dicho algo muy sensato; que hay que perseguir judicialmente a los que se ganaron pasta con aquellos contratos. Es de suponer que se refiere a los que cobraron ilegalmente o engañaron con los suministros, porque el lucro mercantil, de momento, no está perseguido por las leyes. Pero de igual forma que hay responsabilidades jurídicas para los delincuentes las hay políticas para quienes por torpeza o falta de diligencia permitieron que se diesen las condiciones para las chapuzas. Unas cosas se ventilan en los juzgados y otras ante la opinión pública y las urnas. Francina Armengol, en Baleares, permitió que su Gobierno pagara por un material que nunca se entregó. Lo mismo le pasó a Torres en Canarias. No existe delito en el error o en la ineptitud, pero sí hay responsabilidad política. Sobre todo cuando se constata que muchos de los que malvendieron venían fuertemente recomendados desde dentro del partido.

Los hermanos más marxistas de la historia, en Una noche en la Ópera tienen una desternillante escena en un camarote que se convierte en un caos de gente que se amontona en confuso tropel. Ese es hoy el camarote del Sanchismo, que empieza a plantearse muy en serio convocar elecciones anticipadas antes de que el desastre vaya a mayores.

Al PSOE le queda por enfrentar un largo calvario. El doloroso desgaste público de un partido que derribó a Rajoy con la bandera de la lucha contra la corrupción que ahora se traga escándalos de cuatro ministros y que debe enfrentar la erosión política de la amnistía en Cataluña y el conflictivo escenario electoral vasco y de las europeas.

De Verdi a Haendel. De Tosca a Julio César en Egipto. Otra aria: Piangeró la sorte mía. «Así pierdo en un día fastos y grandezas ¡Cruel destino! César, mi ídolo, quizás ha muerto». Es la próxima noche de ópera.

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