Opinión | El recorte

Verdades como truños

El consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis.

El consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis. / E. D.

La oposición se ciega, como un chivo cabreado, cuando embiste al Gobierno de Canarias porque ha fracasado en el plan de vivienda pública que había presentado como una de las acciones estrella de esta legislatura. El pacto de la maceta –dos gardenias para ti y dos greñas de millo– prometió unos seis mil nuevos hogares para gente modesta y, ¡agárrense los machos!, ya entregó 56 en Puerto del Rosario. ¡Habráse visto! Y la oposición lo tilda de fracaso. Si es que no tienen entrañas.

Es como cuando denuncian que a lo largo de estos últimos cuatro años se han creado treinta mil nuevos empleos en la Comunidad Autónoma –ya tenemos en nómina unos ochenta mil activos– y no se dan cuenta de que eso se ha hecho para reducir las listas de espera en Sanidad y atender más rápidamente a los dependientes. Es verdad, qué le vamos a hacer, que Canarias sigue a la cabeza de España en las listas de espera quirúrgicas y que tenemos a miles de dependientes, excepto los que van palmando cada año, sin que se haya atendido sus peticiones de ayuda. Igual es que falta coger a unos treinta mil más. Y yo qué se. Igual hasta un día podremos sacar a los cuatrocientos viejitos que sus familias lanzaron en los hospitales, sin estar enfermos, para que al menos estén bien cuidados.

Para descorazonarse no hay más que fijarse en lo que ha dicho, con más razón que un santo, el director general de Carreteras de Guanchilandia, José Luis Delgado: que el convenio viario que firmó en 2018 el Gobierno nacionalista de Canarias con el Gobierno socialista de España era y es una tremenda boñiga. «El convenio de carreteras –dixit– es insuficiente. La principal tarea del siguiente gobierno es solicitar el incremento de recursos económicos del convenio porque se negoció muy mal en 2018». Vale. Te lo compro. No hay perras suficientes para el piche que necesitamos. Pero, claro, se pregunta uno, ¿Y por qué no ha aprovechado el actual Gobierno guanche estos pasados cuatro años para solicitar ese incremento de recursos económicos que nos hace falta al gobierno del mismo color que estaba en Madrid? ¿Les daba vergüenza? ¿Un problema de timidez?

Y, es más, ya puestos a preguntar, cojamos carrerilla. ¿No presumió hace muy poco el consejero de Obras Publicas, Sebastián Franquis, de que con los mil doscientos millones del truño del convenio firmado más los mil millones que Madrid fue condenada a devolvernos –por sentencia judicial y después de que nos los confiscara Cristóbal Manostijeras Montoro– teníamos dos mil doscientos millones, pasta más que suficiente para hacer unos canelones y para meter la máquina de empichar por media Canarias?

Pues ahora resulta que no. No hay como que vengan las campañas electorales para que resplandezca la verdad.

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