Opinión

La clave de la felicidad

Que todos los seres humanos buscamos constantemente la felicidad es una realidad que nos acompaña siempre. Otra cosa es preguntarnos qué es la felicidad para cada uno de nosotros, pues depende de los gustos, deseos y necesidades de cada cual. Sobre este tema resulta de interés el Estudio Harvard sobre el Desarrollo en Adultos, que tiene sus orígenes en 1938, con lo que durante 84 años se ha hecho un seguimiento de las mismas personas, haciéndoles miles de preguntas para saber qué es lo que a la gente le hace más feliz, incluyendo a tres generaciones y más de 1.300 descendientes de los 724 participantes iniciales, tal como ha publicado en El Independiente María Tadeo, que considera este estudio como el más largo que se haya hecho nunca sobre la vida humana y la felicidad.

Pues bien, según los participantes avanzan en edad, más recuerdan las piedras encontradas en el camino, pero también a las personas que les acompañaron a recorrerlo, y cuando ya no hay vuelta atrás surgen las preguntas y el dolor por no haber dedicado más tiempo a sus hijos, a la familia, a los buenos amigos, a su pareja, coincidiendo todos en que cuando las relaciones con las personas eran buenas se sentían felices, y, por el contrario, infelices cuando quebraba la convivencia con la familia, los amigos o los compañeros de trabajo, tanto que para el profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard, psicoanalista y monje zen, Robert Waldinger, la «soledad es estresante», y la clave para ser feliz pasa por unas buenas y armoniosas relaciones con los «tuyos» y hasta tener alguien a quien quejarse cuando nos sentimos mal, tanto que acompañados combatimos con más eficacia las dificultades, siendo más fácil ser feliz si estamos en compañía.

Inevitablemente, problemas siempre surgen a lo largo del camino, pero la forma en que los resolvamos define nuestra actitud ante la vida. Hoy en día, los jóvenes aconsejan huir de las personas «tóxicas», que para la psicóloga Silvia Congost son aquellas que manipulan y destruyen, aunque no siempre tengan conciencia de que lo están haciendo, si bien lo cierto es que cuando te relacionas con ellas te sientes mal y sufres, y, por el contrario, unas buenas relaciones con los demás favorecen nuestra salud y felicidad, siendo una de las conclusiones del Estudio Harvard que los participantes más felices y sanos son los que tienen las mejores relaciones, y el ideal de vida es estar rodeados de personas que nos hagan felices.

Las relaciones en armonía con los compañeros de trabajo son muy importantes para cuidar nuestra salud, y en cuanto al mundo de la política, todo un punto y aparte, donde existen diferentes «familias», la lucha por el poder en la práctica genera grandes apoyos pero también manifiestos rechazos y desconfianzas nada saludables, lo que sucede así por la continua competitividad que caracteriza a la actividad política y a los políticos, tanto internamente entre los del mismo signo como entre sus adversarios y contrincantes.

Alcanzar la felicidad también depende en gran parte de nuestra salud mental, por lo que resulta de interés la jornada organizada por el Foro Económico y Social de La Laguna el miércoles 19 de abril en el Colegio Buen Consejo con el objetivo de ahondar en una problemática que afecta a 450 millones de personas en el mundo, lo que apunta a que una de cada cuatro sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida. Se calcula que unas 800.000 personas se suicidan al año en el mundo debido a problemas de salud mental, 4.003 en el año 2021 solo en España, siendo Canarias la tercera comunidad autónoma con mayor tasa de suicidio, y es el juvenil la principal causa de muerte externa en los jóvenes de nuestro país, por encima de los accidentes.

En cualquier caso, nuestra salud depende mucho de la felicidad que seamos capaces de alcanzar.

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