Ayuda humanitaria

El empeño de dos españoles y la frustración con Israel activan el primer corredor de ayuda marítima para Gaza

El buque, con 200 toneladas de ayuda de World Central Kitchen, ha zarpado desde Chipre para inaugurar una vía que pretende aliviar la crisis humanitaria en el enclave palestino

El Open Arms zarpa hacia Gaza cargado con 200 toneladas de ayuda humanitaria

Agencia ATLAS | Foto: AP

Ricardo Mir de Francia

Lo que no era más que una quijotada hace solo un par de meses va camino de hacerse realidad. Un barco de Open Arms ha partido esta mañana del puerto chipriota de Lárnaca en dirección a la Franja de Gaza con la intención de distribuir en sus costas 200 toneladas de ayuda humanitaria entre la población del enclave, acechada por la hambruna y la masiva destrucción generada por la ofensiva israelí. La misión de la oenegé catalana, que ha unido fuerzas con la World Central Kitchen (WCK) del chef español José Andrés, servirá de prueba piloto para el corredor marítimo que pretenden abrir varios países encabezados por la Unión Europea Estados Unidos para aliviar la desesperada situación humanitaria en Gaza. La iniciativa cuenta con el respaldo de Israel, que inspeccionará los cargamentos en Chipre antes de su partida.

El nuevo mecanismo tiene una marcada dimensión esquizofrénica. Los mismos países responsables de prolongar la guerra en Gaza, que comenzó el 7 de octubre después de que Hamás lanzara un ataque sin precedentes sobre el sur de Israel en el que murieron más de 1.100 personas, tratan ahora de aliviar sus devastadoras consecuencias para la población civil. Tanto Estados Unidos, que arma a Israel y ha vetado todos los intentos para imponer un alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU, como Alemania, que es su segundo suministrador de armas, o la Unión Europea y el Reino Unido, socios económicos preferenciales del Estado judío que se han negado también hasta la fecha a demandar un cese definitivo de las hostilidades.

Con el paso de las semanas, sin embargo, muchos de ellos han expresado una creciente frustración con la conducta de Israel. Ya sea por los más de 30.000 muertos que ha dejado en Gaza, como por sus reticencias a incrementar la ayuda humanitaria, proteger a los civiles o replantearse la anunciada invasión de Rafah, donde se refugian más de un millón de desplazados en condiciones infrahumanas. “La situación sobre el terreno es más dramática que nunca y ha llegado a un punto de inflexión. Todos hemos visto las informaciones de niños muertos por inanición. Esto no puede ser”, dijo este martes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en un discurso ante el Parlamento en Estrasburgo.

Autopista marítima

A esas horas la misión de Open Arms y WCK ya estaba en marcha, remolcando una plataforma flotante cargada con sacos de harina, arroz, legumbres, conservas y otros alimentos básicos. 215 millas náuticas les separan de Gaza, una distancia que esperan cubrir en unas 50 horas. “Nuestro objetivo es establecer una autopista marítima para barcos y barcazas cargadas con millones y continuamente en rumbo hacia Gaza”, explicó antes de la partida la oenegé de José Andrés. Su World Central Kitchen dice haber repartido ya 35 millones de raciones de comida en la Franja, donde ha abierto unas 60 cocinas comunitarias desde el 7 de octubre con la colaboración de cocineros locales y otro personal palestino. Un modelo similar al que aplicó en otras zonas asoladas por la guerra o las catástrofes naturales, como HaitíUcrania o Puerto Rico.

Sus colaboradores en la Franja están construyendo un muelle para poder descargar la ayuda humanitaria, que tendrá que sortear el escasa calado del litoral palestino. Su ubicación exacta sigue siendo un misterio, aunque la WCK sugirió hace unos días que el muelle estará situado en el “centro-sur” de la Franja. Tras descargarse la mercancía con una grúa, se trasladará en camiones hasta el norte del enclave, donde más acuciante es la situación. No será fácil. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU tuvo que suspender el mes pasado la distribución de ayuda en el norte por “el caos y la violencia” desatada después de que una multitud de gazatíes hambrientos se abalanzara sobre sus convoyes.

División del trabajo

Pero ni Andrés ni Camps son de los que se resignan ante la adversidad. “Había que intentarlo y, pese a las dificultades, lo estamos haciendo”, ha escrito este martes el catalán en las redes sociales. Los dos ‘enfants terribles’ de la cooperación en español se conocieron personalmente en Varsovia en febrero de 2023, cuando Joe Biden acudió a la capital polaca para dirigirse a los europeos en el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, según ha contado Camps a este diario. Cenaron en un restaurante y empezaron a tejer potenciales colaboraciones. Su primera hazaña fue en Ucrania, donde lograron circunvalar el bloqueo ruso del mar Negro para llevar hasta Odesa 24 toneladas de alimentos a través del río Danubio.

Y ahora van rumbo a Gaza, el primer barco internacional que lo consigue, después de muchas semanas de contactos diplomáticos para allanar el camino. Andrés tiene excelentes relaciones con la Casa Blanca, Camps línea directa con el Gobierno español. En su particular división del trabajo, Open Arms aporta el barco, el combustible y su experiencia técnica en el Mediterráneo, mientras que la World Central Kitchen se encarga de la mercancía y la logística para su distribución en la Franja. Tanto Chipre, como Emiratos Árabes Unidos, habrían sido claves para hacer posible la operación.

La gran incógnita pasa por saber quién y cómo ha convencido a Israel para que autorice el corredor marítimo. Una flotilla turca con ayuda humanitaria ya trató de romper el bloqueo de Gaza en 2010, pero por entonces, su barco fue asaltado por la Marina israelí y nueve de sus integrantes murieron. Esta vez todo cuenta con el beneplácito del Estado judío. “

Traeremos la ayuda a través de una ruta marítima coordinada con EEUU en el ámbito humanitario y de la seguridad, con el respaldo de Emiratos en su aspecto civil y con las inspecciones apropiadas en Chipre”, dijo la semana pasada el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. Habrá que ver también cómo reacciona Hamás, que ayer mismo advirtió que castigará con dureza a todos aquellos palestinos que colaboren con Israel en la distribución de la ayuda humanitaria.