Reapertura en diciembre de 2024

La polémica por las vidrieras modernas agita el final de la reconstrucción de Notre Dame

El Elíseo y el arzobispado acuerdan la organización de un concurso público internacional para elegir a un artista que diseñará seis nuevos vitrales para la catedral de París

Las obras en la catedral de Notre Dame.

Las obras en la catedral de Notre Dame. / EFE

Enric Bonet

La reconstrucción de Notre Dame afronta su recta final. Dentro de 346 días, abrirá de nuevo las puertas la monumental catedral de París. Su reapertura servirá para pasar página del gran incendio del 15 de abril de 2019, que destruyó la aguja diseñada por Viollet-le-Duc en el siglo XIX y una parte del tejado. Pese al ajustado plazo de cinco años fijado por el presidente Emmanuel Macron, las obras han avanzado con el viento en popa. Las tareas de restauración continuarán hasta finales de esta década, pero todo parece listo para que Notre Dame acoja de nuevo a visitantes a partir del 8 de diciembre de 2024.

Esta recta final en la reconstrucción del templo gótico, sin embargo, se ha visto agitada por una de esas polémicas tan recurrentes en la vida pública en Francia. Un año antes de la reapertura, Macron visitó las obras el pasado 8 de diciembre. Entonces, anunció la organización de un concurso público para elegir a un artista que diseñará seis nuevas vidrieras para Notre Dame. Su concepción llevará la “marca del siglo XXI”, destacó el presidente sobre una decisión tomada de manera consensuada entre la Iglesia francesa y el Elíseo. Las nuevas vidrieras se ubicarán en la parte sur de la nave y sustituirán a otros seis diseñados por Violle-le-Duc, y que no se habían visto afectados por el incendio.

A pesar de que estas nuevas vidrieras no supondrán un gran cambio, la organización de este concurso ha generado controversia en Francia. Cerca de 125.000 personas firmaron una petición en internet en contra de sacar los diseñados por Le Duc y poner estos otros con un diseño contemporáneo. “Las vidrieras contemporáneas tienen todo su lugar en la arquitectura antigua cuando desaparecieron. Pero no tienen la vocación de sustituir las obras que ya existen”, critica el periodista Didier Rykner, director de la revista La Tribune de l’art e impulsor de la petición.

“¿Seguiremos vandalizando a Viollet-le-Duc?”

Este tipo de controversias no resultan nuevas en la reconstrucción de Notre Dame, uno de los principales proyectos culturales en la presidencia de Macron. Dos días después del gigantesco incendio, el entonces primer ministro, Édouard Philippe, anunció la organización de un concurso internacional de arquitectura para diseñar “una nueva aguja adaptada a las técnicas y a los desafíos de nuestra época”. Esa iniciativa suscitó un acalorado debate. Ante la presión de la opinión pública —y una vez Philippe había sido sustituido por Jean Castex—, Macron renunció a ese proyecto en julio de 2020 y decidió reconstruir la aguja de manera idéntica a la original. El Ejecutivo también descartó entonces sustituir una parte de las vidrieras, pero ha cambiado de opinión tres años después.

La restauración de Notre Dame “debía ser la oportunidad para reivindicar la unidad nacional que tanto nos falta en otros ámbitos. Sin embargo, otra vez más, estas obras han provocado una polémica de la que cuesta encontrar los motivos, a no ser que se deba a la voluntad del presidente de la República de dejar su rastro en el edificio”, lamenta Rykner en una tribuna reciente en el diario conservador 'Le Figaro'. “¿Seguiremos vandalizando a Viollet-le-Duc? (…) ¿Destruiremos lo que no se vio afectado por el incendio?”, añade el director de La Tribune de l’art.

Solo el 8% de las vidrieras son del periodo gótico

En cambio, los partidarios de la creación de unas vidrieras “del siglo XXI” explican que los diseñados por Viollet-le-Duc se expondrán en un nuevo museo sobre la historia Notre Dame. Situado en un edificio cercano al templo del siglo XIV, en el corazón de París, este centro abrirá en los próximos años —aún se desconoce la fecha exacta de su inauguración —. El arzobispo, favorable a este cambio, ha recordado que actualmente “solo el 8% de las vidrieras de Notre Dame son de la Edad Media”. Es decir, aquellos que se sustituirán los habían creado en el marco de otra restauración, la de mediados del siglo XIX (1845-64), quizás la más importante en la historia de la catedral parisina.

Desde la catedral de Metz con sus magníficas vidrieras diseñados por el artista expresionista Marc Chagall hasta el techo de la Ópera de París renovado con un mural del mismo pintor francés, resultan numerosos los ejemplos en Francia de restauraciones contemporáneas que enriquecieron la obra original. A pesar de ello, hay sectores crecientes en la sociedad gala cada vez más reticentes a los cambios. Lo que parece ilustrar la controversia sobre las vidrieras de Notre Dame. “Lejos de ser anecdótica, esta polémica que crece en estos momentos nos sitúa ante un dilema filosófico, por no decir civilizacional”, escribía hace unos días en Le Figaro el escritor Camille Pascal.