Violencia contra la mujer

¿Quién mató a Cecilia Strzyzowski? Política, feminicidio y clientelismo en la Argentina profunda

La familia de la joven desaparecida inició una búsqueda desesperada y chocó con un muro de silencio, acaso por lo que ponía en juego el nombre de los padres del esposo de la víctima: Emerenciano Sena y Marcela Acuña, dirigentes sociales que acumularon poder territorial y dinero personal

Una imagen de Cecilia Strzyzowski.

Una imagen de Cecilia Strzyzowski. / Twitter

Abel Gilbert

¿Quién mató a Cecilia Strzyzowski? La pregunta repiquetea con fuerza por estas horas en Argentina: nadie sabe dónde ha sido enterrada o incinerada la joven. La sociedad puede pasar de la naturalización al espanto. La pobreza se ha instalado en las calles de la ciudad de Buenos Aires, donde cada vez duermen más personas. La indigencia es parte de un paisaje normalizado. El femicidio no. Por eso, lo que sucedió en la provincia del Chaco, cuya capital, Resistencia, se encuentra 935 kilómetros al norte de la capital, toca los nervios de casi todo un país y hasta atraviesa trincheras ideológicas.

El primer semestre ha arrojado la cantidad de 99 femicidios en Argentina. El año pasado se perpetraron 252. La recurrencia, con su carga macabra, generó en 2015 la creación del colectivo Ni una menos. Sus masivas movilizaciones dieron cuenta de un cambio cultural. La violencia de género es ahora un asunto nacional. Pero las olas de indignación y las adecuaciones judiciales no han frenado los asesinatos, especialmente en las provincias más atrasadas.

El 'caso Strzyzowski' trae otros añadidos. Su suerte revive una llama de la indignación que tiene durante los años noventa un antecedente similar en una provincia cercana, Catamarca, donde una adolescente, María Soledad Morales, fue violada y asesinada por un grupo de jóvenes cuyas familias formaban parte de su élite. Tres décadas atrás se hablaba del gobernador catamarqueño, Luis Saadi. En el presente, el escándalo explota cerca Jorge Capitanich, quien desempeña las mismas funciones en el Chaco. Ambos son peronistas. El pasado y el presente se conectan a través de relaciones de caudillaje y la prebenda política.

La historia

Todo comenzó a principios de junio. Strzyzowski había ido junto a su pareja, César Sena, a la casa de sus suegros. Después vino un agujero negro. La familia de la joven inició una búsqueda desesperada y chocó con un muro de silencio, acaso por lo que ponía en juego el nombre de los padres del esposo de la víctima: Emerenciano Sena y Marcela Acuña. Se trata de dirigentes sociales que acumularon poder territorial y dinero personal. Los tres Sena han sido detenidos. "No estuve en el lugar (del crimen)", se ha desmarcado el hijo. "Yo no he sido", balbuceó el padre. La madre callaba.

Una relación problemática

El ascenso de Emerenciano Sena tuvo lugar bajo las administraciones de Cappitanich, un exjefe de ministros de Cristina Fernández de Kirchner que hasta antes del crimen esbozaba tímidas aspiraciones presidenciales. El gobernador ha sido padrino de bodas de César Sena y un financiador de las aventuras político-personales del jefe del clan. Ahora es preso de la ira. No hace poco, solo tenía alabanzas para Sena padre. "En la vida se elige todos los días entre el bien y el mal, y ustedes optaron por el bien y construir un mensaje de esperanza para todos aquellos que algún día estuvieron sumidos en la desesperanza", le dijo Capitanich cuando presentó el libro de autoalabanzas que había escrito con su esposa.

Las relaciones han sido tan estrechas que Emerenciano Sena y su grupo levantaron la candidatura de Capitanich en las primarias del pasado domingo, de un resultado ruinoso para la autoridad ejecutiva provincial. Un alud de votos en blanco reflejó el estupor social (solo ha sufragado el 58% del padrón) y le dieron la posibilidad a la derecha de obtener el primer puesto en la contienda.

El enigma

¿Pero quién mató a Cecilia Strzyzowski? La familia solo escuchó de las autoridades que su hija ha muerto. Sin embargo, el cuerpo no aparece y esa incertidumbre también tiene un historial dramático en un país donde la figura del desaparecido se ha contado por miles durante la última dictadura. La justicia ha allanado campos y fincas. Su eficacia ha sido puesta bajo escrutinio. La relación entre los tribunales y el Ejecutivo en muchas provincias argentinas es muy estrecha.

"Yo soy católico y puedo morirme tranquilo", había dicho en 2017 Emerenciano Sena, cuando visitó al papa Francisco y divulgó la foto de ese encuentro en el Vaticano. Su figura arroja luz más nítida sobre otro aspecto lacerante. En un país con 40% de pobres, algunos representantes de los desposeídos se han beneficiado económicamente en su rol de mediadores y socios con el Estado en la administración del conflicto social: manejan dinero públicos y controlan la bronca. El pasado viernes, cuando los Sena ya estaban entre las rejas, el Estado chaqueño les había girado una ingente cantidad de dinero para sus iniciativas sociales.

Otras derivaciones

Sena ha construido un barro popular en la periferia de Resistencia con calles que se llaman. Las calles se llaman Luiz Inacio Lula Da Silva y Comandante Che Guevara, entre otras. La urbanización había sido bautizada con el nombre de su fundador. Las 300 familias que lo habitan no dan crédito a lo que sucede con ellas. Temerosas de una estigmatización, borraron toda marca de Sena en el espacio público. El asesinato ensanchó otra compuerta inquietante: la de los discursos de odio al pobre que la ultraderecha había abierto en boca de su candidato presidencial, Javier Milei, pero también de la derecha tradicional agrupada en la coalición Juntos por el Cambio, la favorita, en principio en las elecciones de octubre.

El espectro conservador no ha ahorrado acusaciones de clientelismo político para hablar del 'caso Strzyzowski'. Pero esos señalamientos se le han vuelto en parte un bumerán. La también norteña provincia de Jujuy es a estas horas escenario de una crisis política de envergadura. Su gobernador, Gerardo Morales, ha intentado llevar a cabo una reforma constitucional que limita la protesta callejera y, además, es lesiva para los pueblos originarios. Los balazos respondieron al rechazo colectivo. Los sucesos en Chaco y Jujuy son en un punto hermanos, aunque por distintas razones. Morales, quien aspira a ser candidato a vicepresidente de alguno de los abanderados de la derecha, ha designado a 38 familiares en la estructura estatal. El nepotismo es otro de los rostros de la crisis política argentina.

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