El Tenerife calca su puntuación del curso pasado con Ramis

Con 37 puntos tras acabarse el segundo tercio liguero, sus opciones de ‘playoff’ son muy exiguas

Con Asier, el equipo ha sumado solo el 44% de los puntos disputados

Roberto López y Álvaro Jiménez, el pasado domingo en el Municipal de Santo Domingo.

Roberto López y Álvaro Jiménez, el pasado domingo en el Municipal de Santo Domingo. / LOF

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Consumido el segundo tercio de la competición liguera, la situación del CD Tenerife es tan deprimente como lo era el año pasado a estas alturas. El representativo calca los puntos que lucía con Luis Miguel Ramis (37 de 84 posibles) y ha llevado a su casillero apenas el 44,04% de los que se han puesto en disputa. Frente a la posición esperanzadora que presentaba el proyecto de Asier Garitano en la jornada 14, cuando era octavo y tenía los puestos de privilegio a solo un punto; la tristeza se impone ahora al cierre del partido 28, con los blanquiazules decimocuartos y a seis de la promoción.

El hundimiento del Tenerife ha sido notorio en el segundo tercio liguero. En el primero había obtenido 23 puntos; en el siguiente, apenas 14. Sus dificultades para hacer goles y la irregularidad que ha mostrado en su propio feudo han lastrado las opciones de ilusionar y convencer, hasta el punto de que ya parece una quimera que puedan cumplirse los propósitos previstos para este curso. O sea, llegar «al cuadro de honor», como así propuso el presidente del consejo de administración, Paulino Rivero.

Para siquiera soñar con la promoción, el cuadro de Asier Garitano está abocado a firmar un final liguero casi perfecto. Así, para alcanzar los 67 puntos con los que accedió el Albacete a los playoff en el curso anterior, le harían falta 30 más. Incluso si esta temporada los puestos de privilegio estuvieran en 63 o 64, también sería imprescindible un acelerón y no permitirse apenas ningún fallo en las 14 jornadas finales. Mejorar una barbaridad o esperar un milagro. De lo contrario, el año estaría ya perdido.

Los antecedentes

Salvo dos muy honrosas excepciones, desde su regreso al fútbol profesional el Tenerife estuvo casi siempre en una situación semejante a estas alturas de la competición. Con Ramis el año pasado tenía también 37 puntos, pero estaba a nueve de la promoción. Solo con el técnico tarraconense hace dos temporadas (52) y con José Luis Martí a los mandos en la 2016/17 (45) había motivos para soñar. De hecho, en ambas ocasiones acabó el Tenerife clasificado entre los seis mejores, lo que le valió para acceder hasta la final por el ascenso.

Nada de eso parece que vaya a ser factible este año. La sensación es de temporada tirada a la basura, aunque desde dentro los principales portavoces del vestuario y el propio Garitano se niegan a arrojar la toalla tan pronto. El Tenerife está en parámetros semejantes o incluso mejores a los que presentaba con técnicos como Raúl Agné, Rubén Baraja o Joseba Etxeberria. En la línea de mediocridad que ha caracterizado su último decenio, la flojera sufrida en este segundo tercio ha condenado al representativo a instalarse en una zona incómoda de la tabla. Con el descenso lo suficientemente lejos como para no pasar apuros; pero con la zona noble también a gran distancia.

En el debe del representativo figura su extrema dificultad para hacer goles, sus raquíticos registros anotadores en el Heliodoro Rodríguez (12 tantos en 14 partidos), el largo caudal de puntos que han volado del recinto capitalino, los pobres números de todos sus atacantes –a excepción de Ángel, condenado a la suplencia de forma inexplicable– y, lo que más pesa, la gran distancia entre el rendimiento notable de las primeras jornadas –el equipo llegó a liderar la Hypermotion al cabo de la décima fecha– y el adelgazamiento en las prestaciones colectivas a partir del parón. Después del empate en el feudo del líder Leganés (1-1) que cerró 2023 para los blanquiazules, el nuevo año ha sido un auténtico dolor de muelas. Copa aparte, el Tenerife fue incapaz de vencer a Andorra, Levante, Villarreal B, Sporting, Elche y más recientemente al Alcorcón. Y en todo este largo tramo de partidos apenas fue capaz de anotar tres goles. Los hicieron Corredera, José León y Sergio González. O sea, ningún delantero del equipo –ni los extremos ni jugadores de banda– han visto portería desde las vacaciones invernales.

Lo que viene

En condiciones normales, al representativo le bastará con la dinámica actual para rebasar más pronto que tarde los 50 puntos que virtualmente garantizan la permanencia. El equipo blanquiazul recibirá al Mirandés (domingo, 15:15 horas) en un partido crucial para reconciliarse con la grada. Luego, afrontará sin solución de continuidad sus envites contra el Racing de Santander en El Sardinero, la visita del Huesca al Heliodoro y los viajes consecutivos a Barcelona para medirse al Espanyol; y a La Romareda para cruzarse con el Real Zaragoza. Serán dos envites que valdrán para calibrar si hay margen a la mejoría y también para testar al Tenerife ante los proyectos de sus líderes del curso pasado, Luis Miguel Ramis y Juan Carlos Cordero, respectivamente. El duelo de Cornellá es relevante porque en esas fechas había fijado José Miguel Garrido una posible reunión con Asier Garitano para definir su futuro y, llegado el caso, una eventual oferta de renovación que no parece que vaya a producirse. Es tras la jornada 32 –quedarán diez para el final– cuando empezarán a planificar el futuro. Momento clave al que el Tenerife debe llegar, como mínimo, con la salvación resuelta.

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Asier Garitano, técnico del Tenerife, volvió a remarcar en los medios oficiales del club que «el punto obtenido en Alcorcón es importante». «Ahora queremos sacar un segundo partido consecutivo en casa [tras el 1-0 al Eldense]. No sé si lo hemos hecho durante todo el año, a ver si mejoramos eso también», apuntó el vasco, consciente de que han dejado volar demasiados puntos en el Heliodoro Rodríguez.Respecto al duelo de Santo Domingo, reiteró que «se puso feo desde el principio por la climatología». «Tenías que adaptarte, además el campo no estaba en muy buenas condiciones y el rival en esos parámetros es sólido. Nuestro equipo estuvo bien. Luego teníamos que esperar nuestro momento, sabiendo que ellos suelen ser fuertes al inicio, y hubo situaciones en la segunda parte donde llegué a ver cerca el 0-1», relató Asier. «Tras la llegada de Luismi veía próxima esa posibilidad porque ya estábamos llevando el partido a su lado. Tuvimos la ocasión clara de Corredera y en Alcorcón siempre es relevante ponerte por delante. Ha ocurrido justamente lo contrario en un golazo de Jacobo y nos hemos repuesto. Con lo que nos cuesta remontar y ante un rival que no había encajado, lo he visto perdido; pero el equipo insistió e hizo un buen tanto», añadió el míster.Para Garitano, el equipo fue voraz y buscó el tanto de la remontada. «Hemos afrontado los últimos minutos con ambición. Eso muestra lo que es el equipo. El punto fue justo y la derrota habría sido un castigo excesivo», apuntó. Por último, agradeció a la afición desplazada a Alcorcón «su esfuerzo y comportamiento».