El Tenerife no encuentra el camino

El equipo de Asier Garitano no pasa del empate (0-0) con el Andorra. Desde que fue líder en la décima jornada, ha sumado 12 puntos de 45

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Por alguna razón, o por más de una, el Tenerife pasó de ser líder en la décima jornada a ganar solo dos partidos en las quince siguientes –12 puntos de 45–. Para no ir tan lejos, el tramo posterior a la pausa navideña ha dejado un balance de solo dos puntos de 12. Una etapa en la que los blanquiazules jugaron tres encuentros en el Heliodoro (Elche, Sporting y Andorra) y uno fuera (Levante). Enero y el inicio de febrero iban a darle al equipo la oportunidad de volver a meterse de lleno en la carrera por el ascenso. Pero ese tren va pasando a toda velocidad y el representativo se está quedando anclado en las medianías, todavía con diecisiete encuentros por delante. ¿Cambio de objetivo? Este sábado fue incapaz de derrotar al penúltimo. Para colmo, dio señales de lo que ya se estaba viendo venir, de ser un equipo perdido en su manera de proceder en el campo, agarrado a algún chispazo o un brote de talento. Pero fútbol, lo que se dice fútbol, poco. Aquel Tenerife que enamoró en el comienzo del curso y que llegó a ser primero, no se parece al actual. El futuro a medio plazo deja dudas. Por números y por sensaciones, parece un equipo destinado a completar el curso en tierra de nadie, en el mejor de los casos. La Segunda División da oportunidades, pero no tantas.

El Andorra amagó con llevar al extremo su ya tradicional rondo, ese estilo que es como una especie en peligro de extinción en esta categoría. La elaboración y el toque por encima de todo, la posesión casi como única alternativa para cruzar el campo, de un área a otra. Le da igual el lugar y el rival, lo que tarde en ganar metros o los apoyos que necesite. Una fórmula que le sirvió para sellar la permanencia sin agobios en su temporada de debut y que no le está dando el mismo resultado en el presente ejercicio. Los de Eder Sarabia salieron a lo suyo y durante un rato se adueñaron por completo de la escena. Al Tenerife le costó ajustar la presión y estuvo unos minutos persiguiendo sombras, llegando tarde casi siempre al intento de robo. Con tres volantes en el medio, los de Principado consiguieron enseguida ejecutar un plan que, en cualquier caso, carecía de profundidad, salvo cuando Petxa y Álex Calvo enlazaron en el minuto 2, tras un desliz de Medrano, para que Mellot apareciera desde el otro costado para cortar y evitar males mayores. Una muestra de que el Andorra no había viajado para conformarse con el 0-0.

El arranque de color visitante se fue difuminando poco a poco. El Tenerife pudo aterrizar, al fin, y empezó a tapar las vías de acceso. Primer paso para poder construir algo. Sin balón, imposible. Y la cosa cambió. El partido dejó de ser un monólogo. En el diálogo, los blanquiazules alzaron la voz con un frente de ataque fluido: Álvaro Jiménez y Yanis Rhamani en las bandas, Luismi Cruz como mediapunta –Roberto López no fue titular– y Enric Gallego atento para finalizar. El Tenerife solo tuvo que arrimar el balón al área contraria para demostrar que estaba ante un rival que no destaca por su contundencia defensiva. Tras una etapa inicial de dominio del Andorra, los de Garitano empezaron a generar ocasiones. Suficientes para marcar, pero sin acierto. Primero con un remate de Enric (11') desviado a córner tras un pase filtrado de Rahmani. Luego con un ensayo desviado de Jiménez (12'). A continuación, con una conducción de Luismi en paralelo a la frontal de área enriquecida con un pase Yanis, para que el futbolista cedido por el Eibar chutara a las manos de Ratti (15'). Más tarde, con un disparo cruzado de Enric al aprovechar un centro de media distancia de Aitor (25'). Pero la secuencia no pasó de ahí. El Andorra aguantó el chaparrón y siguió en pie. Tanto, que fue el siguiente en intentar golpear, en este caso, con una volea de Karrikaburu que Soriano despejó por encima del larguero (38'). Cada uno a su manera, con su estilo, buscaba el camino del triunfo. En el cruce de caminos, el desenlace seguía en el aire. El pulso llegó al intermedio con tramos para unos y para otros, y con ocasiones más claras para un Tenerife que no terminaba de domar un partido diferente a otros por las características de su oponente. La cuestión era que el empate iba a ser un mal negocio para ambos. Les quedaba arriesgar en la segunda mitad. Cuando Asier ordenó que calentara Ángel, el público reaccionó con aplausos.

La reanudación no fue precisamente potente por parte del Tenerife. Es más, fue el Andorra el que quiso y pudo asumir la iniciativa. El partido se jugaba en el campo local. Bajo esa dinámica, Iván Gil puso a prueba a Soriano con un golpeo seco cercano al poste. Mano del sevillano a córner (47'). El Andorra tiraba poco, pero hacía trabajar al guardameta cada vez. Diez minutos al son del Andorra. El Tenerife las veía venir agazapado en su terreno, indeciso, sin saber si salir o entrar, si presionar o replegarse. Garitano buscó una solución e introdujo un doble cambio cerca de la hora de juego: Waldo y Ángel por Jiménez y Rahmani. De entrada, este movimiento de piezas no alteró un inquietante desarrollo de partido. El Andorra insistía y añadió otra ocasión, un remate de Molina dentro del área, demasiado alto (58'). El equipo tricolor mandaba pero no tenía gol. La escuadra blanquiazul se las arreglaba para reencontrarse en pleno partido, sujeta a algún arranque de los suyos, a algún instante de inspiración... En teoría, solo en teoría, debía existir alguna manera de apretar a un rival que estaba jugando demasiado cómodo. De nuevo, el ajuste en la presión fue la solución más práctica. Fue la fórmula para que los locales volvieran a mirar a la portería de Ratti. Enric y Corredera protagonizaron un doble remate en el minuto 64 y, sin pausa, Ángel probó suerte. Al menos, el Tenerife le había vuelto a dar al Andorra motivos para preocuparse. Sin tiempo que perder, Garitano tocó otro botón. Dos, en realidad: sacó a Enric y a Aitor y puso a Roberto López y a Bodiger. Lo de jugar con dos delanteros a la vez había durado poco. El zaragozano agitó el encuentro con un chut cruzado, dentro del área, a pase de Luismi (73'). Una aproximación al gol aislada, peleada con la continuidad que necesitaban los blanquiazules.

Pero aunque fuera a ráfagas, sin un fútbol convincente, el Tenerife perseveraba. Waldo se animó a poner las cosas en su sitio con una acción individual, un contragolpe con manejo y remate, pero sin éxito (73'). La siguiente fue Mellot. El francés pilló un pase raso de Luismi, pero apenas tuvo margen para maniobrar delante de Ratti (81'). Al partido se le estaba poniendo cara de 0-0. Aún así, el Andorra también puso de su parte para impedirlo. En concreto, Karrikaburu, con un remate de cabeza que rechazó Soriano con un paradón (83'). A esas alturas, un gol iba a ser demoledor. Lo tuvo Sergio en el 86'. Sin suerte una vez más. El cronómetro corría hacia el final entre el desencanto del público y la sensación de que lo de competir por el ascenso acabaría siendo para otros. Pitada al final del partido. La primera de la temporada. La primera en mucho tiempo. No vale con ser líder en la décima jornada y eliminar de la Copa a Las Palmas.

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