La hora del recreo

Tenis de mesa, paseos por la playa, partidas a la Play o incluso directos en TikTok, algunas de las alternativas para ‘matar’ los ratos libres fuera del plan de trabajo oficial

Detrás de una pretemporada de trabajo exigente, rutinas maratonianas y mucho tiempo «en familia», hay también ratos para el esparcimiento y hasta para el cuidado de las redes sociales.

Detrás de una pretemporada de trabajo exigente, rutinas maratonianas y mucho tiempo «en familia», hay también ratos para el esparcimiento y hasta para el cuidado de las redes sociales. / E. D.

Manoj Daswani

Manoj Daswani

La pretemporada hace de pegamento. Unos y otros se van uniendo en el tiempo previo al inicio de un campeonato que afrontarán juntos, donde la convivencia y una buena atmósfera serán elementos cruciales para que los resultados acompañen. En la concentración estival hay tiempo para divertirse. Y hasta para aburrirse. Son muchos días.

«¿Ya es jueves? ¿O a qué día estamos ya?». La pregunta se la hizo el delantero Ángel al capitán Aitor Sanz –son compañeros de habitación– al amanecer del tercer día de concentración. Con el de hoy, ya van diez. La estadía en la localidad turística de El Albir ya se empieza a hacer larga al Tenerife, cuyos jugadores no estaban acostumbrados a pasar tanto tiempo seguido fuera de casa; así que aprovechan como pueden para matar los ratos libres y el escaso margen de la agenda que queda fuera del plan oficial.

«Lo más importante es conocernos, para eso hemos venido», relata uno de los nuevos. Entrenamientos muy exigentes (de hasta 140 minutos), comidas en grupo, charlas técnicas en una sala habilitada en la planta -1 y ratos de reunión con los dirigentes del representativo –han venido en distintos momentos de la concentración Paulino Rivero, Mauro Pérez y Juan Guerrero– ocupan el que podría llamarse tiempo de trabajo.

La hora del recreo

La hora del recreo / Manoj Daswani

¿Y las demás horas del día? Al margen del preceptivo tiempo de descanso, al que han de añadirse los cuidados de los fisioterapeutas y los baños en hielo –hay un par de cubas llenas a diario al salir del campo de entrenamientos–, los futbolistas se las ingenian lo mejor posible para llenar el tiempo que falta hasta el anhelado regreso a casa. «Aparte de hablar con la familia, por supuesto lo hacemos entre nosotros: nos contamos anécdotas, cosas del día a día...».

La hora del recreo

La hora del recreo / Manoj Daswani

Luego, para las horas que el cuadro técnico declara libres, cada uno hace lo que más le apetece. Cotizan al alza las partidas a la Play. Además, en el Sports Garden hay mesas de ping-pongy también varias zonas de descanso para huir del calor y la humedad, por momentos insoportable. Así que muchas veces lo más recomendable es quedarse en las villas donde se hospedan los futbolistas, ubicadas en una zona exclusiva dentro del complejo y a tan solo unos metros de su centro de operaciones, el campo de entrenamientos.

La hora del recreo

La hora del recreo / Manoj Daswani

Sábado y domingo fueron días libres. Y ahí parte del staff optó por irse a cenar a un conocido restaurante de la vecina localidad de Altea. Selma o Loïc, que son de la zona, han recibido visitas; y Pablo Hernández, que vive su primera experiencia de éstas, ha compartido con sus seguidores alguna imagen suya en el paseo de la playa de El Albir, una zona agradable para los paseos nocturnos, ya cuando el sol va cayendo y muchos de los expedicionarios blanquiazules (Toño, Zeben, los ayudantes de Garitano o el propio Mauro) aprovechan para andar y hacer kilómetros después de la cena. Planes los hay para todos los gustos. Y también para todas las edades. Si hay que destacar la innovación, se lleva la palma Jesús Belza, avezado especialista en el manejo de las redes (sobre todo TikTok, donde cuenta con una legión de más de 5.000 seguidores que ríen con sus vídeos de humor y se conectan a sus directos). Su última aparición en su perfil fue junto a Selma hace unos días; y las conexiones se contaron por centenas. Desde El Albir... para el mundo.

No será Alfaz del Pi –municipio donde se encuentra el hotel–un sitio que guarden entre los mejores recuerdos de sus vidas. Tal vez no vuelvan en mucho tiempo. Pero al menos puede decirse que han sabido los jugadores blanquiazules adaptarse a las circunstancias y poner buena cara al sofocante calor. Aunque ya todos cuenten las horas, los minutos y hasta los segundos para volver a casa. Hogar, bendito hogar.

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