Luis Miguel Ramis llega «tranquilo» pero «responsabilizado» al partido «más importante» -de su carrera como entrenador-, a la vuelta de la final por el ascenso a Primera División, además, al frente de un equipo especial en su carrera, en el que también fue protagonista como jugador, allá por los 90.

El técnico blanquiazul reflexionó sobre lo que representa para él que el Heliodoro Rodríguez López vaya a estar lleno. «Nuestros objetivos consistieron en que el club intentara crecer, sacarle rendimiento a la plantilla, que el Tenerife volviera a pelea por metas importantes, y hemos luchado por estar ahí. Fuimos muy rápido esta temporada y logramos llegar a la final, así que estamos satisfechos. Pero todo esto lo volcamos a nuestra afición, que es la que nos viene a ver, la que está ilusionada, la que, en mayor o menor medida, ha acudido al estadio, y la que nos está ayudando mucho. Estoy muy satisfecho de que la gente esté ilusionada que vuelva a vibrar con el equipo. Son sensaciones que ya viví aquí como jugador. Ese fue uno de mis sueños cuando llegué. Volver a ver a una afición en ebullición, con muchas ganas de ir a ver a su equipo, y qué mejor forma de hacerlo que sin asientos vacíos en el estadio».

En cuanto a la manera de vivir la semana por parte de sus futbolistas, aseguró que no ha palpado ansiedad en la plantilla. «No conozco la vida diaria de cada uno fuera de los entrenamientos, pero imagino que lo están viviendo con ilusión, igual que la afición, porque no somos ajenos a todo lo que hay en torno a esta final. Los futbolistas están responsabilizados y concentrados, y la semana de trabajo está siendo buena».

Ramis siguió compartiendo sus sensaciones en la cuenta atrás. «Los días sí se hacen largos, pero los entrenamientos se hacen cortos, porque son intensos, de calidad, con mucha chispa, dejando tiempo para que los jugadores descansen, se recuperen y se alimenten bien. Pero ellos tienen ganas de que pasen los días y de que llegue el domingo, sin ansiedad ni precipitación, porque los días son los que son».

En esa línea, aseguró sentirse «tranquilo y responsabilizado», como cuando se puso por primera vez al frente del Tenerife. «Siento lo mismo. Sé que este partido está rodeado de muchas más cosas, pero siento la misma responsabilidad del primer día por marcar un camino. Cuando uno tiene las cosas claras, ve trabajar al equipo y siente la confianza que nos transmitimos unos a otros, no puedo estar más que tranquilo, pero también responsabilizado y con la tensión necesaria».

Pasando a las claves del encuentro, advirtió de que «no hay dos partidos iguales, sobre todo cuando son de esta importancia». En ese sentido, planteó un teórico guion. «Será competido, igualado, con tensión, con todas las características de un partido así para unos y para otros. Lo tratamos con la importancia que tiene cuando uno se pone esta camiseta; los jugadores han entendido ese mensaje».

¿Qué tendrá que hacer el Tenerife para mejorar su actuación de Montilivi? «Gestionar mejor con el balón, tomar mejores decisiones y hacer más daño, y somos capaces. Hay que hacer un partido muy completo, porque el Girona ha evolucionado a mejor durante la temporada y también tiene las cosas muy claras. Eso implica ser muy equilibrados, adaptarse a lo que requiera el juego e intentar salir a ganar, como siempre».

Por último, dejó en un segundo plano la ventaja que tiene el Tenerife por haber quedado mejor clasificado que el Girona en la Liga. «No sé gestionar esas situaciones desde el minuto uno. Por mi cabeza pasa hacer un buen partido y ganar; y si aparece por mi cabeza, será en los últimos minutos si lo tenemos más cerca».