Hace 13 años y dos días, el Tenerife jugó por primera vez en Montilivi, el estadio en el que disputará hoy el partido de ida de la final de la promoción de ascenso a la máxima categoría. Aquella vez, lo hizo con la oportunidad de sumar los puntos que necesitaba para cruzar esa misma meta. El equipo entrenado en ese entonces por José Luis Oltra, no falló. Dani Kome marcó el único gol del encuentro y el equipo blanquiazul subió por cuarta vez a Primera. Ese día, Montilivi entró en la casi centenaria historia del club tinerfeño.
Ahora vuelve a ser el escenario de un momento crucial. El playoff no se va a decidir hoy; quedará la vuelta dentro de ocho días en el Heliodoro Rodríguez López. Pero quién sabe. Es Montilivi, y sigue sonando a ascenso del Tenerife.
Es un campo en el que al Girona se le escaparon las dos últimas finales, contra el Elche y el Rayo, y otra en 2016, ante el Osasuna –en 2013 empezó en su casa, frente al Almería, y tampoco subió–. Y es que el equipo gerundense es el que más eliminatorias de ascenso –va por 6– y finales de playoff a Primera ha disputado –hoy llega a la quinta–. Para esta última se clasificó como sexto, a un punto del Tenerife. Alcanzó el duelo definitivo de la promoción remontando el 0-1 que encajó en Montilivi frente al Eibar. El posterior 0-2 en Ipurua, con goles de Borja García y Stuani, puso de manifiesto que los de Míchel Sánchez son capaces de todo. Muchas veces, de lo mejor.
El Tenerife no pudo pedir más. Le tocó medirse con la UD Las Palmas en un doble enfrentamiento del que se hablará siempre, y lo sacó adelante con una nota alta. Triunfos en el Heliodoro y también en el Gran Canaria; en el segundo caso, con un doblete de Enric Gallego, que llega a la etapa cumbre del curso en un alto nivel.
Uno de los dos estará la próxima temporada en LaLiga Santander. Para el Tenerife sería su quinto ascenso a Primera, el único logrado con el formato actual –en 2017 jugó el playoff y cayó en la final frente al Getafe–. El Girona cuenta con uno, conquistado en el curso 2016/2017 por la vía directa.
Para ello, los de Ramis cuentan con la ventaja que les otorga su mejor posición en la clasificación. En el caso de que el resultado global de los dos encuentros sea de empate, incluyendo una prórroga en el Heliodoro, subirá el Tenerife.
Pero el equipo de Ramis no se distrae con detalles que, de momento, no son tan influyentes. Tampoco tienen en cuenta los resultados de los dos encuentros de Liga –el Girona perdió en el Rodríguez López por 2-1 y en Montilivi por 0-1–, o las trayectorias descritas por ambos en la competición doméstica, en la que el equipo gerundense fue el cuarto mejor local y el isleño, el que más puntos sacó a domicilio. Ya recordó Ramis que la puerta de la Liga está cerrada.
La que se abre hoy, una final a ida y vuelta que concentra once meses de trabajo, plantea, en teoría, pocas sorpresas respecto a sus protagonistas. Se espera que el técnico del Tenerife aproveche el éxito de la fórmula elegida en los derbis, con Shaq y Mellot en las bandas; Aitor y Alexandre en el medio; Mollejo y Bermejo en los extremos; Mario y Gallego en ataque... La duda podría estar en si opta por Sergio o tira del oficio de Carlos Ruiz para completar el dúo de centrales junto a José León.
En cuanto al Girona, Míchel Sánchez no podrá calcar el once de Ipurua. El autor del 0-1, Borja García, se pierde el partido de hoy por una lesión –al igual que Ibrahima Kebé y Darío Sarmiento–. Los candidatos a coger el relevo son Aleix García y Samu Saiz. Se trata de una alineación en la que podría tener un hueco el tinerfeño Jairo Izquierdo, que aspira al puesto de carrilero zurdo, al igual que Valery.
