La travesía hacia el césped

El Campus Sansofé cumple dos ediciones y espera sumar una tercera el próximo curso l> La Fundación del CD Tenerife y la Universidad de La Laguna colaboran activamente

A la izquierda y abajo, los menores no acompañados entrenando en la Ciudad Deportiva. Arriba, Miguel Llorca. A la derecha, Diego Cejas y Younousse Diop.

A la izquierda y abajo, los menores no acompañados entrenando en la Ciudad Deportiva. Arriba, Miguel Llorca. A la derecha, Diego Cejas y Younousse Diop. / Haridian Galván

La crisis migratoria en Canarias ha traído consigo un aire de esperanza a través del fútbol, especialmente en los menores no acompañados. Cerca de cien niños de entre 15 y 18 años de edad han pasado por el proyecto universitario del Campus Sansofé con el objetivo de alcanzar la integración social, siguiendo el ejemplo de Younousse Diop.

La situación migratoria que viene afectando a Canarias en los últimos años ha tenido la respuesta de la Universidad de La Laguna (ULL), que siempre ha colaborado en lo que a integración y aprendizaje se refiere. El Centro de Estudios Africanos lanzó en el año 2021 una iniciativa que tuvo como objetivo la adaptación de los inmigrantes que arribaban a las Islas en medio de esta crisis humanitaria.

La travesía hacia el césped

La travesía hacia el césped / Haridian Galván

Los migrantes ubicados en el campamento de Las Raíces acudían a la Universidad de La Laguna para recibir las clases de español que el centro impartía para mejorar la calidad de vida de los usuarios. Durante el transcurso de estos cursos, los alumnos manifestaban un gran deseo de poder practicar deporte, especialmente fútbol. Es ahí cuando nace el Campus Sansofé, cuyo nombre tiene su origen en una expresión que utilizaban los aborígenes canarios. La palabra Sansofé significa bienvenida al que viene de fuera.

La travesía hacia el césped

La travesía hacia el césped / Haridian Galván

Miguel Llorca y Antonio Rodríguez, dos profesores jubilados de la ULL y pertenecientes al Centro de Estudios Africanos, pusieron en marcha el proyecto junto a la Fundación del CD Tenerife para que estos chicos pudieran cumplir el sueño de ser futbolistas. «En cuanto organizamos la idea, nos pusimos en contacto con la Fundación del CD Tenerife. Desde el primer momento nos apoyaron incondicionalmente», declara el docente Miguel Llorca. En noviembre de ese mismo año se organizó la primera edición del Campus. En ese punto de partida, los jugadores entrenaban tanto en el campo de fútbol del Servicio de Deportes de la Universidad como en la Ciudad Deportiva Javier Pérez dos días a la semana. Para ellos fue una gran oportunidad poder iniciar una disciplina deportiva y trabajar en algo que era un sueño.

La travesía hacia el césped

La travesía hacia el césped / Haridian Galván

«El objetivo principal no es solo que jueguen al fútbol, es también que se integren y puedan aprender de la realidad que los rodea», afirma Llorca. «Organizamos visitas de futbolistas relevantes, entrenadores y otras personalidades del deporte, además de acudir a algunos centros y museos para adquirir conocimientos complementarios», destaca. La Fundación les proporcionó la equipación del Tenerife a todos los jugadores junto a una decena de botas donadas por los capitanes de la primera plantilla blanquiazul; en ese momento, Aitor Sanz, Carlos Ruiz y Dani Hernández. El material fue entregado por Suso Santana. El Campus, en su primera edición, concluyó en el mes de junio de 2022.

El Campus Sansofé volvió a retomar su actividad el pasado noviembre en su segunda edición. En la presente campaña son 20 los menores no acompañados –de entre 15 y 18 años– los que se dan cita tres días a la semana, durante dos horas, en la Ciudad Deportiva Javier Pérez. «Nuestra prioridad es que se formen y es por ello que, después de los entrenamientos, todos cumplen con sus estudios complementarios para poder alcanzar la titulación obligatoria», añade el profesor.

Son veinte menores no acompañados los que entrenan en la Ciudad Deportiva Javier Pérez

En este proceso, uno de los obstáculos que pudieron solventar con éxito fue la normativa de FIFA relacionada con la regulación federativa de los menores no acompañados. Según la norma, los migrantes menores no acompañados tenían permiso para entrenar con sus equipos de fútbol, pero no para competir. Esta medida de la FIFA se aplicó con la intención de proteger a los niños frente al mercadeo por parte de los clubes, debido a su vulnerabilidad. Tras una larga lucha tanto de centros como de familias de acogida, encabezada por Reyes Martel, la jueza de Menores de Las Palmas, para conseguir acabar con esta normativa y que los menores pudieran jugar al fútbol, la FIFA accedió finalmente y retiró esta condición.

La decisión fue, además, motivada por el envío de una carta del pequeño Souleymane, de 11 años, a la sede de la FIFA, en la que expresó su gran tristeza por no poder jugar en el césped. «La única diferencia entre ellos y yo es que soy negro y he nacido en África». Así mostró su tristeza en el papel. «Gracias a esta lucha, muchos chicos que comenzaron a jugar en el Campus han salido destinados a otros equipos locales en los que podrán jugar sin restricciones», asegura Miguel Llorca.

En esta segunda edición, el proyecto cuenta con la financiación del Cabildo de Tenerife para la contratación de dos entrenadores; uno de ellos, Younousse Diop, exjugador del CD Tenerife y conocido por todos gracias a su historia de superación y trabajo. Younousse, natural de Senegal, arribó en patera a las costas tinerfeñas en 2006 con tan solo 13 años. «Fue un shock para mí cuando me di cuenta de que estaba en una patera, solo pensaba en mi madre», asegura Diop.

El Campus Sansofé cuenta en esta edición con la financiación del Cabildo de Tenerife

Tras pisar tierra, fue trasladado al centro de menores de Tegueste, donde, como había hecho toda su vida, empezó a jugar al fútbol con sus compañeros en el patio del edificio. Es ahí cuando Sesé Rivero, director del área de fútbol base del CD Tenerife –y al que él considera su segundo padre–, conoció al joven y decidió darle la oportunidad de jugar en la cantera del equipo tinerfeño.

A pesar de la insistencia del Gobierno de Canarias para trasladarlo a la Península, Diop no salió de las Islas. La lucha de Rivero por evitarlo comenzó en ese mismo instante, hasta que en 2008, el Gobierno cedió y destinó a Younousse a La Palma. De esa manera, el senegalés comenzó a jugar en el CD Mensajero. Al cabo del tiempo, el Tenerife le ofreció la posibilidad de volver y continuar jugando dentro de la base blanquiazul. Sin dudarlo, Younousse retornó al equipo que le había dado la oportunidad de formarse. Poco a poco fue escalando en la cantera e incluso llegó a ser convocado por el técnico del primer equipo. «Siempre luché por mis sueños. Quería ser futbolista y el Tenerife me dio la oportunidad de hacerlo realidad», afirma el senegalés.

No hay duda de que Younousse es un ejemplo a seguir para los chicos del Campus Sansofé. «Durante la primera edición me encontraba en la Península, pero siempre los seguía muy de cerca. Al volver, me llamó Antonio Rodríguez para hablarme del proyecto y me dio la oportunidad de poder ser uno de los entrenadores este año. Sin dudarlo, acepté la propuesta», recuerda. «Me pareció un proyecto muy bonito y quise tener la oportunidad de poder entrenar a los chicos», agrega.

Diop tiene muy claro cuáles son los valores que intentan inculcar a los jugadores. «Es muy importante que ellos estudien y aprendan español. Eso es lo principal para nosotros. En primer lugar, les transmitimos disciplina. Por otro lado, el sacrificio y la humildad siempre deben estar presentes para lograr sus sueños. Todos quieren ser futbolistas, pero deben trabajar para lograrlo», advierte.

Gracias a la decisión de la FIFA, el equipo del Campus podrá enfrentarse a otros conjuntos la próxima temporada. El próximo 10 de mayo disputará un encuentro amistoso contra el CD Laguna en las instalaciones del Servicio de Deportes de la Universidad. «Les emociona poder competir contra otro equipo de fútbol, será una experiencia muy gratificante», asevera Miguel Llorca.

Los entrenamientos se llevan a cabo todas las semanas y finalizarán a inicios del verano

El CD Tenerife, por su parte, se ha mostrado cercano al proyecto gracias a las acciones como las invitaciones al pasado encuentro contra la UD Ibiza, donde los chicos pudieron disfrutar del exitoso partido. «Fue una jornada muy divertida, estaban muy felices de poder estar ahí viendo al Tenerife y esperamos que se pueda repetir», señala Llorca. «Para los menores es un orgullo portar el escudo del club en sus equipaciones».

Cada centro que acoge a los menores pone en común las aficiones, aspiraciones y hobbies que les transmiten los propios chicos. Además de la primera motivación, que es querer trabajar para poder enviar ayuda económica a sus familias en sus países de origen, la principal, en casi todos los casos, consiste en jugar al fútbol. Este es el caso de Atou Boye y Lamine Ceesay, dos jóvenes de 17 años que actualmente residen en el campamento ubicado en Las Raíces –tras ser cambiados de centro en varias ocasiones– y que entrenan juntos en el Campus Sansofé. Atou proviene de Senegal y lleva tres meses en la Isla. Desde que llegó, ha estado entrenando con los demás compañeros que participan en el proyecto. Siempre le ha gustado el fútbol, es su principal pasión. En su país de origen, al igual que Lamine, jugaba con sus amigos en la calle. Esta es la realidad para muchos niños que no pueden optar a jugar en un equipo local.

La Fundación del CD Tenerife cede para el Campus sus instalaciones de la Ciudad Deportiva

Por otro lado, Lamine, natural de Gambia, arribó a Tenerife hace dos meses. Desde que ingresó en el campamento le proporcionaron la información sobre el Campus y no dudó ni un momento en unirse al proyecto. «Mi sueño es ser futbolista profesional algún día. Quiero ser como Messi o Cristiano», comenta. Ambos coinciden en que se sienten muy felices durante los entrenamientos. Les emociona formar parte del Campus y, además, estar cerca de Younousse, que es una inspiración para ellos. «Venir a jugar al fútbol nos llena el corazón», dicen.

En los entrenamientos se respira ambiente de trabajo por parte de los menores. Son todos uno, un equipo, una familia, hermanos. Todos han tenido que pasar por las mismas circunstancias para llegar hasta ahí. El esfuerzo, la dedicación y la pasión que les mueve les ayuda a, incluso, presentarse siempre hasta media hora antes del comienzo. Para ellos, esto supone una oportunidad de progreso y superación. Younousse, primer entrenador, junto a Diego Cejas, como segundo técnico, se encargan en todo momento de que los jugadores tengan, como bien recalcan, disciplina, respeto y humildad. Esta es la base de toda preparación para que ellos puedan algún día alcanzar sus sueños.

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