Los licores más ansiados de Europa se hacen en Canarias al abrigo de las faldas del Teide y con sabores tropicales

De la mano del maestro licorista Fabián Cercano, La Vieja Licorería arranca su aventura profesional en 1994 en La Esperanza, en Tenerife, elaborando en una pequeña tasca licores caseros. “Con el tiempo”, explican, “los amigos y clientes comenzaron a quererse llevar a casa algunos de los licores embotellados lo que hizo que en 2002 saliéramos al mercado como La Vieja Licorería”. 

Y ahí empieza un maravilloso viaje con paradas en Frankfurt, Viena, Estocolmo, Londres, Moscú, Nueva York… “y por supuesto nuestra querida La Laguna, donde vendimos las primeras botellas”, recuerda sobre un producto que se puede encontrar en vinotecas y tiendas especializadas y desde ahora a través de la recién estrenada tienda online. Los licores de La Vieja Licorería están dirigidos a aquellos que quieran disfrutar de un licor auténtico, elaborado de forma artesanal. 

Licores muy preciados en la coctelería

“También son muy apreciados en el mundo de la coctelería desde que en 2013 nos visitó Alberto Pizarro (Bobby Gin, Barcelona) y nos dio a conocer en ese sector de creatividad asombrosa. Los bartenders siempre buscan sabores auténticos; uno de ellos es Junior Cóctel que siempre ha confiado en nuestros licores para elaborar su magia”, explican. 

La historia tras la marca

“Actualmente mucha gente busca cosas singulares, únicas, con historia. Antes de que las grandes marcas pusieran de moda el tener una buena storytelling, nosotros ya la podíamos contar desde los inicios esas noches de luna llena, los cuentacuentos a la luz de las velas, una casa antigua de piedra y argamasa rodeada de árboles y niebla… Por otra parte nuestros licores siempre han tenido el grado justo de azúcar”, cuenta Cercano, “ahora que mucha gente huye de ella; los elaboramos mediante la maceración de frutas, especias y botánicos naturales, nunca con esencias. 

Método de elaboración

Seguimos métodos tradicionales, y la materia prima empleada es orgánica y natural, prescindiendo de cualquier aditivo artificial. El proceso es lento, dejando que los días y los meses goteen sin prisa sobre el producto final”. 

Defensores de la autenticidad y su complejidad, no utilizan ni colorantes ni saborizantes concentrados, dejando que las frutas y las especias hablen por ellas mismas. “Elaboramos con métodos tradicionales licores que contienen sabores y aromas auténticos, fieles a los que guardamos en nuestra memoria” como la hierbabuena recién cortada, una naranja pelada con las manos, el sabor de las cerezas perfectas…