Así es Gliese 12 b, el nuevo mundo que desvelará las incógnitas sobre la vida

El exoplaneta, en cuyo hallazgo ha colaborado el IAC, es del tamaño de la Tierra, se encuentra a una distancia de su estrella similar a la que separa Venus del Sol y está muy cerca al Sistema Solar

Representación artística de Gliese 12 b

Representación artística de Gliese 12 b / NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (Caltech-IPAC)

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Gliese 12 b. Es el nombre de un nuevo mundo descubierto por científicos españoles y japoneses, un exoplaneta situado a tan solo 40 años luz que podría convertirse en la clave para desvelar las incógnitas aún sin respuesta sobre la formación de la vida en el universo. 

Con un tamaño similar al de La Tierra -su masa es tan solo un 3% inferior-, una distancia que la separa de su estrella equivalente a la que hay entre Venus y el Sol y con una temperatura que no supera, a priori, los 42 grados, Gliese 12 b es un diamante en bruto para la ciencia. "Es el primer exoplaneta que transita delante de su estrella, lo que nos permite caracterizar su atmósfera con los recursos actuales", explica Enric Pallé, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y uno de los firmantes de este estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters.

Una enana roja fría acompaña a este planeta en la inmensidad del universo. La pequeña estrella tiene sólo un 27% del tamaño del Sol y un 60% de su temperatura superficial. Al ser una enana roja es mucho más estable que el Sol, por lo que podría estar brillando hasta el fin de los tiempos. En este sentido, y como la distancia que las separa es el 7% de la distancia entre la Tierra y el Sol, recibe de su estrella 1,6 veces más energía que nuestro planeta.

El planeta tiene una característica que la hace única: pasa por delante de su estrella cada 12,8 días y en una inclinación que puede ser captada con los instrumentos espaciales y terrestres. Además, se encuentra muy cerca del Sistema Solar, a tan solo 40 años luz. "Está entre las 20 o 30 estrellas más cercanas a la Tierra", indica Pallé. Por tanto, Gliese 12 b es susceptible de ser estudiado mucho más a fondo que otros exoplanetas descubiertos. "Con el Telescopio James Webb podremos saber cuál es la composición de su atmósfera", indica Pallé. 

Gliese 12 b se encuentra a la distancia adecuada de su estrella, una enana roja fría situada en la constelación de Piscis, para adentrarse en lo que los científicos denominan "zona de habitabilidad". Esto quiere decir que se encuentra en el lugar óptimo para tener una temperatura que le permita albergar agua en su interior (entre 0 y 100 grados centígrados). 

Condiciones para la vida

Sin embargo, que haya un planeta en esa zona de habitabilidad no le garantiza tener vida. De hecho, la mayoría no lo tienen. "Venus, La Tierra y Marte se encuentran en la zona de habitabilidad de nuestro Sistema Solar", explica Pallé, que concreta que, desde el punto de vista astrofísico, Venus y La Tierra son iguales. Pese a ello, sus evoluciones han sido muy dispares. 

"Marte es tan pequeño que no ha podido formar una atmósfera", indica el investigador. Por su parte, "Venus creó una atmósfera, pero recibe tanta radiación que su interior es un infierno repleto de gases de efecto invernadero", resalta. La Tierra es la única que ha conseguido reunir los requisitos para formar una atmósfera capaz de albergar vida. Pero, ¿cuáles son?

Los investigadores aún desconocen qué ocurre para que un planeta evolucione hacia un estado de habitabilidad u otro. Hacia un vergel de vida o un paraje inhóspito. "Hay 70 planetas potencialmente habitables en el universo pero no sabemos cuántos son capaces de retener atmósferas ni cómo lo consiguen", destaca el investigador.

"Gliese 12 b representa uno de los mejores objetivos para estudiar si los planetas del tamaño de la Tierra que orbitan estrellas frías pueden conservar sus atmósferas, un paso crucial para avanzar en nuestra comprensión de la habitabilidad en planetas de toda nuestra galaxia", señala Shishir Dholakia, astrofísico de la Universidad de Southern Queensland (Australia) e investigador principal de otro equipo que ha publicado sus resultados en paralelo y de manera independiente en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

Un factor importante para retener una atmósfera es el carácter tormentoso de su estrella. Las enanas rojas tienden a ser magnéticamente activas, lo que da lugar a frecuentes y potentes erupciones de rayos X y radiación ultravioleta. Sin embargo, los análisis de ambos equipos concluyen que Gliese 12 no muestra signos de un comportamiento extremo. 

En un año se verá desde el espacio

Los científicos participantes en este proyecto, entre los que se encuentran investigadores del Centro de Astrobiología de Kioto, la Universidad de Southern Queensland (Australia) y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ya tienen planes para seguir estudiando este planeta. El próximo año, varios miembros del equipo pedirán tiempo de observación al James Webb para que observe con detenimiento el planeta en uno de sus tránsitos. Además, en los próximos cinco años, cuando se acabe de construir el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) en Chile, "trataremos de observar este planeta para ver su atmósfera", insiste Pallé. 

Este hallazgo ha contado con una importante participación española que ha destacado, especialmente, en las medidas realizadas con el espectrógrafo CARMENES (Calar Alto high-Resolution search for M dwarfs with Exoearths with Near-infrared and optical Échelle Spectrographs), en el Observatorio de Calar Alto (CAHA), y en las observaciones realizadas con el instrumento MuSCAT2 (Multicolour Simultaneous Camera for studying Atmospheres of Transiting exoplanets), instalado en el Telescopio Carlos Sánchez (TCS), en el Observatorio del Teide.