La población extranjera crece en Canarias a mitad de ritmo que en España

La población extranjera creció el último año en Canarias un 3,4%. En España lo hizo un 6,6%. Los residentes foráneos se incrementaron así en el conjunto del Estado al doble de ritmo que en la Comunidad Autónoma. Y la tendencia no es nueva, ni mucho menos. Ocurre igual desde comienzos de siglo.

El INE actualizó este jueves su estadística continua de población con los datos –aún provisionales, eso sí– a 1 de enero de 2024. Ese día, a comienzos de año, vivían en el Archipiélago casi 2,24 millones de personas –exactamente 2.236.013 personas–. Son 22.997 más que a 1 de enero de 2023, un aumento de un 1,04%. La población residente se incrementó en todo el país en 507.548 individuos, con lo que ya vive en España un total de casi 48,6 millones de personas. El crecimiento a nivel nacional es de un 1,06%, de modo que la población subió un poquito más en el conjunto del Estado que en la Comunidad Autónoma. De hecho, Canarias no figura entre los principales polos de atracción de nuevos residentes, o cuando menos no lo fue en el último año. La Comunidad Valenciana vio aumentar su población un 1,92% a lo largo de 2023; en la Comunidad de Madrid se incrementó un 1,87%; en la también turística Baleares lo hizo un 1,78%; y en Cataluña, un 1,51%. Sin embargo, lo más llamativo de los datos del Instituto Nacional de Estadística no es tanto eso como la distribución de los nuevos residentes por nacionalidades.

En el debate sobre el notable crecimiento que ha experimentado la población del Archipiélago en las últimas décadas, que incluso se volvió a colar en el Parlamento de Canarias a finales de la pasada legislatura, suele ponerse el acento en el alza de los residentes extranjeros como un factor diferenciador. Es decir, como un fenómeno más intenso en las Islas que en España en su conjunto. Sin ir más lejos, el partido Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC) ha propuesto frenar o limitar la venta de casas a súbditos de terceros países si la operación tiene fines especulativos. No obstante, ocurre que el sensible aumento de la población no está relacionado con que haya venido a las Islas una mayor proporción de foráneos. Ni en el último año –en que para empezar, cabe insistir, la población creció menos aquí que en el país– ni en lo que va de siglo, de hecho. Lo muestran los últimos datos oficiales.

Península y exterior

De esos 22.997 nuevos residentes que el Archipiélago ganó el año pasado, 12.318 son de nacionalidad española, mientras que los restantes 10.679 son forasteros. Son más quienes se instalaron en la región provenientes de las restantes comunidades y ciudades autónomas que quienes optaron por vivir en Canarias siendo súbditos de terceros países. Es verdad, eso sí, que el incremento en términos relativos es mayor en la población extranjera, el susodicho 3,4%, que en la española, un 0,6%, básicamente porque en las Islas viven 1,91 millones de nacionales y 325.202 foráneos. Pero no es menos cierto que, por un lado, Canarias recibió en 2023 menos forasteros que el conjunto del Estado; y que, por otro –y por el contrario–, recibió más españoles de los que, de media, se instalaron –o nacieron, ojo– en las restantes 16 comunidades autónomas.

La población estrictamente nacional creció en Canarias el pasado año ese 0,6%, justo el doble de lo que se incrementó en España –0,3%–. Se dieron así dos circunstancias contrapuestas: las Islas son una de las comunidades en que más aumentó el número de residentes de nacionalidad española y, al mismo tiempo, son también una de las comunidades en que menos aumentó el número de residentes extranjeros.

Dos realidades

Los residentes con DNI español solo crecieron más de ese 0,6% registrado en el Archipiélago en la Comunidad de Madrid, un 1%; en Baleares, también un 1%; y en la Región de Murcia, un 0,8%. En cambio, la población foránea solo creció con menos intensidad que en las Islas en una autonomía: Murcia, donde lo hizo apenas un 3%. Podría pensarse, en cualquier caso, que lo ocurrido en 2023 es algo meramente puntual, sobre todo a tenor de la controversia en torno al control poblacional y la capacidad de carga del territorio insular. Pero nada más lejos de la realidad. Canarias no es, ni por asomo, la región con mayor incremento de la población forastera no ya en 2023, sino tampoco en lo que va de siglo. O al menos desde 2002, año a partir del cual el INE ofrece datos autonómicos en su estadística continua de población. Es cierto que la cifra de residentes ha subido más en el Archipiélago que en el conjunto del Estado, pero porque los nacionales –nacidos o venidos de otros puntos del país– han aumentado su número muy por encima que en el resto de España.

En el debate político suele obviarse que la población forastera sube menos en la región que en el país

Entre el 1 de enero de 2002 y el 1 de enero de 2023 –para tomar así datos ya definitivos–, España ganó algo más de siete millones de habitantes, un alza de un 17,2%. En el mismo período, las Islas ganaron, exactamente, 509.170 nuevos residentes, un incremento de un 29,9%, casi trece puntos superior al experimentado en el país. Es evidente, por tanto, que Canarias ha visto crecer su población a un ritmo hasta ahora desconocido. Pero no es menos evidente que el factor fundamental que explica esta situación es un aumento de los habitantes de nacionalidad española mucho mayor que en las demás autonomías.

De esos poco más de siete millones de habitantes que España ha ganado desde 2002, menos de 2,7 millones son nacionales y hasta 4,35 millones, extranjeros. Así que el crecimiento demográfico se explica en el país por la llegada de foráneos. Lo cual es positivo, vital, en un Estado europeo que necesita como agua de mayo ganar mano de obra y ganar contribuyentes pero en el que la tasa de natalidad está por los suelos. ¿Y en Canarias? Al revés. De los 509.170 residentes que ha ganado la población isleña en lo que va de siglo, la mayor parte son españoles, un total de 302.210, y la menor parte –206.960– son forasteros. Y no solo eso, sino que aunque el número de extranjeros ha crecido de forma más que notable tanto en el Estado como en la región, lo cierto es que lo ha hecho mucho más en el país, la friolera de un 250,4%, que en la Comunidad Autónoma, un 192,4%.

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