Vendimia 2023 | La primera recogida del hemisferio norte

La ola de calor convierte la vendimia de Tenerife en la más tempranera de Europa

La tendencia del aumento de las temperaturas desde hace unos años en Tenerife obliga a adelantar la recogida de la uva del tradicional mes de septiembre a mediados de julio

Un momento de la vendimia en Tenerife.

Un momento de la vendimia en Tenerife. / Carsten W. Lauritsen

La vendimia ya no es siempre en septiembre, como marca la tradición. La recogida de la uva no se produce solo en el noveno mes del año sino que cada vez es más habitual que se adelante a mediados de julio como en este. Al menos en Tenerife, lo cual convierte a nuestra fiesta anual vinculada a la cultura del vino en la más tempranera de Europa y de todo el Hemisferio Norte. La razón hay que buscarla en olas de calor cada vez más frecuentes en el campo isleño y en el aumento paulatino de las temperaturas en los últimos tres lustros. Lo ratifica una voz autorizada, la de Juan Jesús Méndez, director-propietario de Bodegas Viñátigo, ubicada en La Guancha y perteneciente a dos de las seis Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) de la Isla: Islas Canarias e Ycoden-Daute-Isora.

Méndez, enólogo y Premio Enogastroturismo de la Universidad de La Laguna 2019, atesora casi tres décadas de defensa a todos los niveles –culturales, empresariales e institucionales– del enorme patrimonio vitícola de los viñedos minifundistas de Tenerife. Fruto de su trabajo en el proyecto de Viñátigo, iniciado a finales de los años 90, ha dado a conocer y dignificado numerosas variedades como Gual, Marmajuelo, Vijariego, Tintilla, Baboso o Malvasía.

Producción. Atisba el experto una producción en 2023 de «nivel medio». Ni equivalente a las mejores cifras históricas ni a un resultado bajo. «En torno a seis o siete millones de kilos –de 150.000 a 170.000 en Viñátigo– y entre 10 y 12 en toda Canarias», apunta. Cantidad, pero sobre todo calidad de una viña con poca incidencia de las plagas esta temporada y escasa producción a descartar. Preservar la calidad de un vino prestigioso y alabado a nivel mundial es, precisamente, motivo para adelantar la vendimia. Alargarla supondría romper el necesario equilibrio entre el azúcar y la acidez al estar la fruta demasiado madura. En el caso de Viñátigo el proceso comenzó el pasado 12 de julio, dos días antes que en Lanzarote, otro punto habitual en vendimias adelantadas. El propietario de Viñátigo considera que «somos la perla exótica en la cultura del vino con variedades únicas y viñedos cien por cien a pie franco (sin injertar), plantados en un suelo muy especial por ser volcánico». Méndez explica: «Apreciamos desde hace unos quince años la tendencia al adelanto progresivo porque el calor es un fenómeno que va a más». Sentencia: «sube la temperatura, se aceleran los ciclos de las plantas y tenemos que recoger la uva antes porque en septiembre estaría demasiado madura y afectaría negativamente al vino».

Segundo año. Recuerda que «este es el segundo año consecutivo en que somos los primeros en Europa y en el hemisferio norte». Dos características que hacen «muy atractiva» la vendimia tinerfeña. Por un lado, subraya el bodeguero, «la singularidad de 80 variedades distintas, la mayoría de las cuales solo se producen aquí». Por otra parte, añade, «ser la más larga del mundo, más de tres meses cuando en otras zonas acaba en apenas dos o tres semanas». Apostilla Méndez: «Se recoge uva desde el nivel del mar a más de 1.500 metros de altitud».

Seis DOP. Tenerife cuenta con seis Denominaciones de Origen Protegida (DOP). Es la Isla de Canarias con mayor producción de vino. Entre Valle de Güímar, Abona, Ycoden-Daute-Isora, Valle de La Orotava y Tacoronte-Acentejo, las tradicionales distribuidas por todas las comarcas de la geografía insular –en 2011 nació Islas Canarias– suman en torno al 60% de la uva del Archipiélago. En conjunto, como menciona Juan Jesús Méndez, la vendimia abarcaría desde mediados de julio a finales de octubre. De las cotas 50 a 1.700 en el Sur –el viñedo más alto de Europa está localizado en Granadilla de Abona– a entre 50 y 1.000 en el Norte. Posee al tiempo la mayor riqueza varietal con hasta 80 variedades catalogadas.

’Canary Wine’. La DOP Islas Canarias surge en 2011 con un concepto autonómico y Tenerife como una de sus subsedes. Está relacionada directamente con la marca colectiva Canary Wine, que reconoce la importancia del vino canario desde el siglo XVI cuando se exportaba y se bebía en toda Europa. Méndez valora la iniciativa surgida hace doce años como clave «sobre todo en el ámbito de la exportación de nuestro producto». Su impulso inicial respondió a la voluntad de servir de referencia económica, comercial y de servicios para los operadores. Una plataforma destinada a la expresión y la cultura del vino de Canarias, apreciado por su «singularidad y excepcionalidad». Fruto de la apuesta unificada de los bodegueros por el futuro del sector. Una iniciativa integradora basada en la idea de consolidar el mercado regional para poder afrontar la comercialización internacional. Una marca común que permite proyectar un producto tan singular en los mercados exteriores. En definitiva, un proyecto integrador que mejora claramente las posibilidades económicas y comerciales de la viticultura en su conjunto.

Cambio de paradigma. El manual del buen amante de la cultura del vino definía hasta hace poco que el período de vendimia en el hemisferio norte –en el sur es de febrero a abril– podía comenzar en agosto de forma temprana y extenderse a octubre con septiembre en el eje temporal. Ahora arranca antes cada año y se extiende casi hasta noviembre. El grado de maduración de la uva condiciona en gran medida el mejor momento para iniciar la recogida. No puede haber mucho margen de error para dar con el punto exacto. Los que saben destacan la acidez y la mineralidad únicas, al igual que sus variedades ambientales y un original paladar. Capaz de sorprender y admirar al consumidor de cualquier gran restaurante con estrellas Michelin. Unos vinos muy gastronómicos que proceden de una uva recogida con mimo y cada vez más pronto.

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«Que una persona con su notoriedad mundial vendimie en Tenerife es una gran promoción para nuestros vinos». Así valora Juan Jesús Méndez que el futbolista grancanario David Silva, propietario de Bodegas Tamerán, incluida en la Denominación de Origen Gran Canaria, se afanara hace unos días –como refleja la imagen publicada en este periódico que preside la página– para recoger la uva en las parcelas La Solana y El Pasito de las bodegas Suertes del Marqués, en el Valle de La Orotava, que regenta Jonatan García. David Silva está dentro de la industria viticultora desde hace cuatro años. En 2019, el jugador, que fuera campeón del mundo en 2010 –se retiró esta misma temporada obligado por una grave lesión– y cuyo último equipo ha sido la Real Sociedad, adquirió una finca de seis hectáreas de viñedos autóctonos en el centro de Gran Canaria. El mago de Arguineguín no está solo en esta aventura, ya que se apoya en el antes mencionado Jonatan García y su enorme experiencia como viticultor. García es propietario de la bodega familiar, que ha adquirido un gran reconocimiento internacional en muy poco tiempo. Desde sus comienzos en 2006 elabora vinos inusuales con el carácter volcánico de Tenerife superponiendo en valor variedades autóctonas como la Listán Blanco y Listán Negro con el espectacular sistema de poda tradicional de cordón trenzado.

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