Este lunes 3 de octubre de 2022 vuelve el remojo de los chochos a San Juan de la Rambla. El Ayuntamiento ramblero y un reducido grupo de vecinos colaboran para recuperar esta vieja tradición agrícola y gastronómica que cada año se repetía en los charcos de La Rambla. Ya no bajan los agricultores con su cosecha de chochos para ponerlos en remojo en los charcos de agua salada, pero la labor de los artesanos rambleros María Dolores Santana y Marcelino Reyes sí ha permitido rememorar durante años, hasta que la pandemia mandó a parar, esta actividad con una representación de «una las tradiciones más icónicas de la localidad», a juicio del Gobierno local (PSOE-AIS-CC).
Con el objetivo de «dar a la conocer a las nuevas generaciones las costumbres que marcaban el día a día de antaño», este lunes se retoma la costumbre perdida del remojo de los chochos y volverán a verse a agricultores y agricultoras de época «cargando los sacos de la cosecha de esta leguminosa para ponerlos a remojo y dotarlos de su característico toque salado».
El área de Cultura, dirigida por Tomás Oramas (PSOE), hace posible que María Dolores Santana y Marcelino Reyes vuelvan a representar «una costumbre que hace décadas era muy habitual». Coincidiendo con los festejos del barrio de La Rambla de principios de octubre, «decenas de agricultores aprovechaban que acudían caminando a las fiestas en honor a la Virgen del Rosario para dejar en remojo en los charcos de allí, los sacos llenos con los chochos. Allí permanecían sumergidos varios días hasta que eran aptos para el consumo», recuerdan.
Oramas detalla que a partir de las 16:30 horas de este lunes, «esta pareja de artesanos acompañados de vecinos, pondrán en escena cómo se realizaba esta costumbre, con todo lujo de detalles. Se recupera así un acto que, como tantos, quedó paralizado por el inicio de la pandemia de Covid en 2020».
Casi todas las familias de San Juan de la Rambla llevaban sus chochos a remojar. Sólo el empeño de Santana y Reyes ha hecho posible que la tradición se mantenga de forma testimonial. En una de las últimas ediciones previas a la pandemia, en 2018, Santana recordaba que «ahora somos más cómodos y nadie baja al mar ni se queda varios días pendiente de los chochos. Es un trabajo laborioso porque hay que ponerlos en sacos, atarlos, calzarlos con piedras y estar atentos para que no se los lleve la marea».
El cultivo de los chochos sí se mantiene en la localidad, aunque en menor medida que en el pasado, ya que aún aprovechan para consumo propio y para abonar y oxigenar los terrenos en los procesos de rotación de cultivos.
El tiempo de remojo dependía de los gustos, pero antes lo normal era varios días. Si se ponían a remojar en el hogar, con agua dulce y sal, el proceso duraba más de una semana y requería cambios constantes del agua. Una curiosidad es que aunque los chochos se ponen en agua salada, tradicionalmente se hablaba de «endulzar los chochos», debido a que la sal quita el sabor amargo de esta leguminosa.
Antes de llegar a los charcos, los chochos deben pasar casi un año en la huerta. Cuando se secan las vainas, se recogen y se apalean al sol sobre una manta. El grano hay que aventarlo luego para quitarle toda la cascarilla. Luego es necesario hervirlos durante varias horas, incluso si su destino es alimentar animales, ya que si no se cocinan, resultan muy indigestos. Una vez cocinados, hay que remojarlos en agua salada.
Fiesta del Humo
El remojo de los chochos será la previa al también esperado regreso de la Fiesta del Humo, otra tradición recuperada en el año 2011, en la que decenas de vecinos, portando hachos y mechones, descienden el Risco de Las Pencas, en la ladera del Barranco Ruiz, hasta llegar al barrio de La Rambla, donde esperan los vecinos del núcleo para dar comienzo a sus fiestas. Será el próximo sábado 8 de octubre por la tarde.
