El trabajo criminalístico de la Guardia Civil en Tenerife: "Los casos más difíciles de investigar son los cadáveres en descomposición"

Los agentes del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil tienen como objetivo analizar escenarios de crímenes para saber cómo ocurrieron o identificar a los autores

El trabajo en la sede del Laboratorio de Criminalística en la Comandancia Provincial analizando una muestra con luz forense, la inspección técnico-ocular en un descampado donde apareció un cadáver o el revelado de huellas con un producto reactivo en la columna de un garaje son algunos de los muchos trabajos que desempeñan estos profesionales. | maría pisaca/el día

El trabajo en la sede del Laboratorio de Criminalística en la Comandancia Provincial analizando una muestra con luz forense, la inspección técnico-ocular en un descampado donde apareció un cadáver o el revelado de huellas con un producto reactivo en la columna de un garaje son algunos de los muchos trabajos que desempeñan estos profesionales. | maría pisaca/el día / Pedro Fumero

Su labor resulta fundamental en el trabajo de sus compañeros de investigación de la Guardia Civil, para los jueces y magistrados, para los fiscales e, incluso, en muchos de los juicios en los que el veredicto de inocencia o culpabilidad tendrá que ser determinado por los ciudadanos que conforman un Tribunal del Jurado. El Laboratorio de Criminalística, que depende de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, realiza el análisis científico de los escenarios en que hay muertes violentas o aparenta haberlas. Y a ellos corresponde discernir si es una cosa u otra.

Mónica Briones es agente de este grupo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. «El objetivo principal del Laboratorio de Criminalística es interpretar correctamente los hechos, reconstruir de forma teórica lo ocurrido y comprender lo que pudo suceder en el escenario de un crimen», aclara. Y, en la medida en que en todo suceso de este tipo se dejan indicios, estos agentes llevan a cabo la inspección técnico-ocular.

«Los casos más difíciles de investigar son los cadáveres en descomposición»

«Los casos más difíciles de investigar son los cadáveres en descomposición» / Pedro Fumero

Resulta muy importante captar el lugar como se presenta en un primer momento para reconocer y recoger todos los indicios relacionados con el suceso. Y la finalidad de esa inspección es verificar que realmente ha habido un delito, identificar al autor o autores y demostrar su culpabilidad, apunta la agente.

Antes de empezar a actuar, les resulta necesario tener información previa sobre el escenario del crimen, que la aportan sus compañeros de investigación. Y hablan con personas que hayan estado en el lugar o que aporten datos interesantes al caso. Así el Laboratorio determina qué partes se hallan contaminadas para descartar algunos falsos indicios.

Van equipados con mono blanco, gafas, guantes y calzas para no contaminar la escena y por su propia protección. Después viene la observación minuciosa del espacio de interés para planificar las tareas y fijar pasillos de seguridad para acceder o salir del mismo.

Por lo general, sus compañeros de Seguridad Ciudadana (con uniforme) o los policías locales son los primeros que llegan al escenario. Y la labor de estos es «fundamental» para la posterior recuperación de indicios. Y es importante que el acordonamiento sea amplio; es preferible que al comienzo sea extenso y que, después, se reduzca con la evaluación de los integrantes del Equipo de Delitos contra las Personas (Policía Judicial). Por eso, los integrantes de Criminalística también ejercen como instructores de los agentes de las patrullas o de los equipos comarcales de Policía Judicial o de Áreas de Investigación en inspección ocular.

«Ha habido casos en los que observamos elementos que, a primera vista, nos resultan extraños o a los que no podemos dar una explicación, y, gracias a la pericia del primer agente, mediante su observación y las fotos tomadas en un primer momento, de pronto se tornan comprensibles», señala Mónica Briones.¿Qué nos indican las diferentes manchas de sangre? El estudio de los aspectos físicos, químicos y serológicos de estas pueden llegar a demostrar la participación de personas y objetos en una acción criminal, aproximarse a la forma en que se cometió o identificar un cuerpo desconocido. Con el análisis toxicológico se puede saber la causa de la muerte y si fue por homicidio, suicidio, accidente o causas naturales. Por la forma de las manchas de sangre se conoce de dónde procedió y, conociendo la superficie a la que llegó, la distancia de caída que tuvo esa gota.

«Los casos más difíciles de investigar son los cadáveres en descomposición»

«Los casos más difíciles de investigar son los cadáveres en descomposición» / Pedro Fumero

Los indicios más difíciles de analizar son los que no están en un correcto estado de conservación, aquellos cuyo soporte no es el adecuado o los que están en un lugar que dificulta su obtención. Por ejemplo, «va a ser mucho más complicado revelar huellas en una cinta americana que se encuentre totalmente adherida sobre sí misma que en otra que se halle estirada, sin ninguna doblez», señala.

La mejor manera de demostrar la honestidad del análisis es poner negro sobre blanco que los hechos no siempre son lo que parecen. Cuenta Mónica que una vez los activaron porque en una casa apareció el cadáver de una mujer semidesnuda en la bañera. Estaba rodeada de sangre. Había manchas en el suelo, las paredes, objetos; como si hubiesen signos de lucha. Pero empezó el estudio de la escena. La cerradura no había sido forzada y, tras una breve observación, se descartó que hubiese habido lucha. Parte de las manchas de sangre eran «por transferencia» (cuando el objeto o la parte corporal ensangrentada rozan con algo). Y las otras manchas eran de sangre expirada (cuando se acumula sangre en las vías respiratorias de una persona herida y se expulsan al exterior). En la investigación este descubrimiento fue clave.

¿Qué pasó? La inspección y la autopsia revelaron que la mujer empezó a sentirse mal en el salón de la casa, con mareos y desequilibrios. En algún momento se cayó y se golpeó la cabeza contra una mesa, lo que causó un traumatismo con una hemorragia interna. Por eso había sangre expirada. En su agonía, la ciudadana se fue desplazando por toda la vivienda, tirando todo a su paso, hasta llegar al baño, donde se desplomó dentro de la bañera y falleció.

A veces, en los baños ocurren muertes accidentales. Indica Mónica Briones que, «por mi experiencia, puedo afirmar que los baños de las casas son estancias proclives a que hayan accidentes, que pueden terminar en trágicos desenlaces». «En mi primera etapa como Especialista en Policía Judicial no fueron ni una ni dos las veces que asistí a levantamientos de cadáveres en bañeras y platos de ducha», apunta. «Desde mi punto de vista, el baño se trata de una de las estancias más peligrosas en una vivienda».

Otra vez, el equipo fue activado casi a altas horas de la madrugada por el hallazgo del cuerpo de un varón en su domicilio, donde vivía solo. Una vecina alertó al 1-1-2 al observar por una ventana que su cadáver yacía inmóvil en el dormitorio. Estaba boca arriba y en su torso tenía clavado un cuchillo.

Los agentes observaron que en el mecanismo de la puerta no había signos de que lo hubieran forzado y la casa se encontraba ordenada. El forense empezó a analizar el cuerpo y en el mismo se halló una serie de heridas inciso contusas poco profundas, que podían ser compatibles con el cuchillo que estaba clavado en su torso.

Y observaron que en la pared que estaba a los pies del varón se apreciaban unas marcas que parecían coincidir con la parte trasera del mango del cuchillo. Aunque parecía un homicidio, lo que había ocurrido era que el varón decidió poner fin a su vida apuñalándose él mismo. Para ello, colocó la hoja del cuchillo sobre su torso y, haciendo una gran presión contra la pared, provocó su muerte.

Opina que los hechos más difíciles de investigar son aquellos en los que se produce el hallazgo de un cadáver en avanzado estado de descomposición y la fecha de la muerte se halla muy distante en el tiempo. Según Briones, «en estos casos va a influir mucho el lugar en el que ha permanecido el cuerpo hasta el momento del hallazgo, ya que, debido al tiempo que ha pasado, va a ser muy difícil determinar la causa de la muerte e, incluso, estimar el momento del fallecimiento, algo que es relevante para el desarrollo de la investigación policial». También dificulta el trabajo aquellos restos que aparecen carbonizados. «En estos casos, la dificultad para determinar la causa y las circunstancias de la muerte es directamente proporcional al grado de destrucción provocado por el fuego».

Pero, de nuevo, hay que revisarlo todo. «Era un caluroso día de verano y recibimos una llamada en la que nos comunicaban que se había encontrado un cuerpo carbonizado en un espacio abierto», indica la agente. Tras caminar un tramo largo, los guardias observaron a lo lejos el cadáver de un varón, boca arriba, que se encontraba totalmente desnudo en medio de un descampado.

A simple vista comprobaron que no estaba carbonizado, sino que el color que presentaba era por el avanzado estado de descomposición, así como porque se encontraba en un espacio abierto y a temperaturas elevadas. La autopsia determinó que el hombre sufrió un infarto de miocardio. ¿Por qué estaba allí, desnudo? Dicha persona sufría una grave enfermedad mental, y varias noches antes había decidido salir a pasear sin ropa.

Cuando los agentes llegan a un escenario relacionado con un hecho violento en el que se halla el cadáver, lo primero que hacen antes de proceder a recoger los diferentes indicios o muestras de interés para la investigación policial es asegurar aquellos que puedan degradarse o desaparecer. Después se efectúa el levantamiento del cadáver y, a continuación, la realización de la inspección técnico-ocular. Para esta tarea no hay plazos ni horarios fijados. De hecho, explica Briones, se han dado casos de estasr recogiendo indicios o muestras durante varios días. Además, por la complejidad de la propia investigación, se ha dado el caso de tener que realizar durante varias semanas la práctica de diferentes inspecciones (espacios cerrados, espacios abiertos o vehículos...), con fines u objetivos distintos, lo que hace que se pueda dilatar en el tiempo la recogida de las mismas.

Hay muchos juicios por homicidio o asesinato en los que la Fiscalía, la acusación particular, la defensa, el magistrado y los miembros del Jurado esperan por el informe pericial de los agentes del Laboratorio de Criminalística para completar el puzzle del caso para sacar cada uno sus conclusiones. «Somos totalmente conscientes de este extremo», explica la agente. Según Briones, «una de nuestras principales misiones es la confección de informes periciales y técnicos solicitados por jueces, tribunales y Ministerio Fiscal». Señala que «conocemos la importancia y gravedad de este tipo de procedimientos, que pueden conducir, incluso, a la privación de libertad de las personas, tratándose de una parte importante del proceso penal».

Los informes tienen que ser confeccionados por expertos con las técnicas, procedimientos y experiencia adecuados. Por eso, los especialistas que intervienen como peritos en los juicios y elaboran los citados documentos tienen que tener una formación media de dos años. Y, además, deben ser capaces de exponer con claridad las ideas fundamentales en las vistas orales.

Como ya se ha visto, los asuntos no siempre llegan a juicio. Hace años se halló el cuerpo de un varón en un patio en el exterior de su casa. Estaba tendido sobre una silla, totalmente vestido y sin calzado. Tenía lo que parecía ser, en un primer momento, una herida inciso contusa (corte) a lo largo del cuello.

Después del levantamiento del cadáver, se llevó a cabo la inspección del escenario de la muerte. Durante el análisis del lugar no se observaron signos evidentes que determinaran que hubiese ocurrido una muerte violenta. La herida que presentaba el cadáver parecía haberse producido tras el fallecimiento y no antes. Este aspecto determinó que probablemente las cosas no se habían producido como se creyó en un primer momento. Aclara la agente que, de ahí, la importancia de realizar una correcta inspección.

Una vez realizada la autopsia, los forenses determinaron que el fallecimiento se había producido por causas naturales, y que lo que parecía una herida inciso contusa en el cuello, realmente se había producido una vez que el varón había muerto y lo había causado algún animal que estaba por el lugar, probablemente un roedor.

«Ayudar a quienes lo necesitan»

Mónica Briones Pérez es uno de los rostros habituales de miembros del Laboratorio de Criminalística que en los últimos años acuden a los espacios con muertes violentas o que lo aparentan. Estudió Magisterio de Educación Primaria, pero rápidamente descubrió que no se quería dedicar a esa profesión. En el 2005 ingresó en la Academia de la Guardia Civil para cumplir «mi verdadera vocación desde niña». Dos años después comenzó en el Equipo de Delitos contra las Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife, concretamente en el Equipo Mujer Menor. Y en el 2016 pasó a Criminalística, obteniendo después la Especialidad en dicha área y la de Especialista en incendios estructurales y explosiones de carácter no terrorista. «Reconozco que se trata de un trabajo complejo y duro en algunas situaciones; me atrevo a decir que no todo el mundo es válido para desempeñarlo», indica. «Puedo decir que me dedico a lo que me gusta, mi profesión es mi vocación; cada día estoy más orgullosa de ser guardia xivil; me siento feliz de poder ayudar con mis conocimientos y trabajo a las personas que lo necesitan». | P.F.