El MUNA abre las puertas de una nueva sala polivalente en sus instalaciones

El Espacio Tamarindo reutiliza elementos del atrezo que se emplearon en la última edición del festival Musa, celebrada durante el pasado verano y dedicada a Cabo Verde

El Espacio Tamarindo en el MUNA. | | E.D.

El Espacio Tamarindo en el MUNA. | | E.D. / El Día

El Museo de la Naturaleza y Arqueología (MUNA) crea un nuevo espacio destinado a albergar las actividades formativas que se desarrollan a lo largo del año dentro de la programación cultural y educativa que ofrece la institución santacrucera. Bajo el nombre Espacio Tamarindo, en honor al principal árbol que habita el patio en el que se ubica este nuevo recurso dentro del museo, ofrecerá a los participantes la posibilidad de sumergirse en un espacio rompedor por su estética colorista. Este mobiliario formó parte de la última edición del Musa, festival cultural de largo recorrido en la Isla, y que dedicó su última edición a dar a conocer la cultura caboverdiana.

Con la reutilización de parte del atrezo del festival, el museo no solo enriquece uno de sus espacios polivalentes, favoreciendo la creación de un ambiente que invita a la creatividad, sino que además pone en valor su capacidad de aprovechar recursos y aminorar el impacto ambiental de sus acciones.

El consejero de Cultura y Museos de Tenerife, José Carlos Acha, explica que «con estos pequeños cambios solo pretendemos seguir haciendo del MUNA un espacio innovador y atractivo. Queremos dar forma a un lugar que invite a participar en todas y cada una de nuestras actividades y, para eso, creemos que generar nuevos ambientes siempre es bienvenido por los usuarios», añade el consejero.

De este modo, el Espacio Tamarindo rinde homenaje a la cultura caboverdiana reutilizado el material que formó parte de la decoración del festival Musa Cabo Verde celebrado durante el último verano. En concreto, se inspira en el diseño del edificio que alberga las colecciones del Centro Nacional de Arte, Artesanato e Design (CNAD) del país africano, cuyo proyecto realizó el estudio caboverdiano Ramos Castellano Arquitectos. El inmueble sorprende por una multicolor cortina de tapas de barriles reciclados, que a su vez codifican una partitura musical compuesta por el multiinstrumentista y director de orquesta caboverdiano Vasco Martins. La utilización de estas tapas de bidones alude al importante flujo de objetos, sentimientos, historias e ilusiones enviados a las islas por aquellos que dejaron su tierra para buscar nuevos horizontes. «El fenómeno migratorio forma parte de nuestra historia y traerlo aquí a través del arte es una forma de invitar a la sociedad a reflexionar sobre ello», añade el consejero.