Solidaridad en las venas

Muchas personas comienzan a donar a raíz de la operación de algún familiar v Otros no comprenden por qué hay ciudadanos que pueden y siguen sin ayudar a la causa

Solidaridad en las venas.

Solidaridad en las venas. / Andrés Gutiérrez

La sangre no se fabrica y unas veces se recoge más y otras menos. El Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH) lleva más de 30 años de labor fundamental para mantener la actividad hospitalaria en el Archipiélago, gracias a ciudadanos comprometidos. Las campañas deben ser constantes y Navidad es uno de los periodos anuales en que más se necesitan reservas para atender emergencias.

Las semanas de las fiestas navideñas son uno de los periodos anuales de mayor demanda de sangre en los centros hospitalarios y, por tanto, en las que más se requieren donaciones. No se fabrica y el esfuerzo que realiza el Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH) del Gobierno de Canarias debe ser constante. Nada está escrito de antemano. Unas veces se llenan más bolsas y otras, menos. Y los lugares a donde lleva sus unidades móviles tampoco garantizan mayores o menores aportaciones. Esta solidaridad en las venas se logra día a día, paso a paso.

Muchos de los donantes habituales comenzaron su colaboración con la institución en un centro hospitalario, cuando se les pidió ayuda ante la intervención quirúrgica de algún ser querido. Pero también existen casos en que el ejemplo familiar influyó en sus actuales implicaciones.

Miguel Fernández del Castillo es lagunero y guía turístico. Ayer estaba a la espera de donar en la Plaza de La Catedral de su municipio. Hace 12 años que comenzó a colaborar. Aunque quería hacerlo antes, el inició de su implicación se produjo en el momento en que tenía a su madre hospitalizada y debían operarla por una fractura. Insiste en que hace falta la colaboración ciudadana y resulta urgente cubrir la demanda. Indica que, a veces, pueden retrasarse intervenciones por falta de esta materia prima. Estima que hay gente que podría donar y no lo hace. Esta es su tercera vez este año.

Manuel Real, trabaja en La Laguna y vive en Tacoronte, acaba de donar y espera por su pareja. Recuerda que dar sangre «es muy importante, porque no se puede fabricar». «Lo triste es que hay gente que puede y no lo hace», indica. Como ejemplo, señala que la promotora de la Unidad Móvil se dirige a algunos viandantes y «pasan de ella; parece que no les va a hacer falta nunca, ni a ellos ni a sus familiares».

Real comenzó a donar cuando tenía 18 años. «Mi padre ya era donante y en la familia siempre hemos estado concienciados, además de que a algún familiar también lo ha necesitado». En su caso, procura cumplir con este compromiso cada tres meses, que es el plazo recomendado para los hombres que entregan su sangre de forma habitual.

Antes de subir a la Unidad Móvil, las personas que aceptan colaborar deben rellenar un cuestionario con datos personales y diversas preguntas, como si en los últimos años han estado en determinados países en los que se han extendido enfermedades infecciosas, si se han hecho algún tatuaje recientemente, si han tenido intervenciones quirúrgicas, si se tiene pareja estable, o si se consumen drogas o alcohol.

En la Unidad Móvil se toman muestras previas para tener las máximas garantías en este proceso

Una vez que acceden al camión, el médico del equipo les hace más preguntas de interés para garantizar que la sangre recogida sea la idónea. Además, a la persona se le mide la hemoglobina, la tensión y el pulso. También se le extrae una muestra para verificar que el producto puede llegar al banco con todas las garantías.

Lucía Palmero es otra joven que espera para efectuar su aportación. A su padre lo operaron y en el hospital preguntaron a sus familiares si querían aportar sangre. Así comenzó su participación habitual en esta experiencia solidaria hace unos cuatro años.

Palmero se graduó en Geografía y Ordenación del Territorio en la Universidad de La Laguna (ULL). También donaba cuando la Unidad Móvil del ICHH acudía al Campus de Guajara. Y, como está en el listado de colaboradores habituales, algunas veces la han llamado a su móvil ante la necesidad de reponer las reservas y ella ha acudido. «Sabes que con eso ayudas a otras personas que lo necesitan y es una buena acción», aclara. Al igual que otros ciudadanos consultados por EL DÍA, considera que dicho acto de solidaridad «se debería hacer más y la gente tendría que estar más concienciada».

300 nuevas bolsas de sangre al día hacen falta para cubrir la demanda de los hospitales

Verónica L. empezó a colaborar de forma altruista con el Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia hace más de una década. «Soy consciente de las necesidades», apunta. Al igual que otras personas consultadas por EL DÍA, esta colaboración se inició a partir de la operación a un ser querido para la que se necesitaba sangre.

En su caso, no tiene un número fijo de donaciones a lo largo del año. Unas veces acude más veces y otras, menos. Estima que, en general, los ciudadanos «somos un poco egoístas y se debería donar más». Recuerda que «siempre queremos que todo salga bien cuando tenemos a algún familiar en un hospital, pero para eso, muchas veces, hace falta disponer de reservas de sangre suficientes», manifiesta.

Solidaridad en las venas.

Solidaridad en las venas. / Andrés Gutiérrez

Elsa Brito, responsable de Comunicación del Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH), expone que la única diferencia entre las sedes fijas para donar y una unidad móvil es que en esta última no se pueden donar plaquetas de forma directa.

En los denominados puntos fijos, es una máquina la que extrae las plaquetas a un donante durante una hora aproximadamente. El resto de los componentes sanguíneos (hematíes y plasma) que se han recogido en el proceso son devueltos a la persona colaboradora. Para llenar una bolsa de plaquetas hacen falta cinco de sangre integral, apunta Brito.

Las unidades móviles pequeñas dejaron de utilizarse durante la pandemia del covid-19. En la actualidad, el Instituto dispone de dos unidades móviles grandes en Tenerife y otras tantas en Gran Canaria. Además, una quinta se mueve entre las islas de Lanzarote y Fuerteventura. En el caso de Tenerife, estos días uno de los vehículos ha estado en el casco histórico de La Laguna y la otra en el aparcamiento del Leroy Merlín en el municipio de Adeje.

Hay años en los que se registran más donaciones y otros, menos; «los bancos de sangre fluctúan», admite Elsa Brito. Por ejemplo, durante este año que acaba en Tenerife han descendido las aportaciones.

Recuerda que cada día en el Archipiélago se necesitan 300 bolsas de sangre «y no siempre se consiguen». «Cuando pasan muchos días sin lograr esa cifra de referencia, las reservas se resienten», dice la responsable de Comunicación del ICHH.

Los vehículos del organismo recorren todos los municipios de la Comunidad Autónoma. A los que tienen más población se desplazan unas cuatro veces al año, mientras que a los medianos van en tres ocasiones, y a los pequeños, una.

5 unidades móviles grandes se mueven por el Archipiélago para acercar el servicio a la ciudadanía

La sangre que se extrae en las unidades móviles se guarda en neveras y va de forma directa a los laboratorios existentes en la sede del ICHH situada en el número 14 de la calle Méndez Núñez, en Santa Cruz de Tenerife. Y las donaciones realizadas en La Palma, La Gomera y El Hierro son transportadas, de forma gratuita, en aviones de la compañía Binter a Tenerife.

En el caso de Gran Canaria, el producto recogido en dicha Isla se transporta a los laboratorios existentes en la calle Alfonso XIII de Las Palmas. Y la donada en Lanzarote y Fuerteventura también es llevada por las aeronaves de Binter de forma altruista hasta Gran Canaria.

Y la sangre ya procesada que hace falta en los hospitales de La Palma, La Gomera, El Hierro, Fuerteventura y Lanzarote también es llevada por la citada compañía aérea sin gasto alguno para el organismo público.

Solidaridad en las venas.

Solidaridad en las venas. / Andrés Gutiérrez

Hace más de 30 años que se pusieron en marcha las campañas del Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH) para recoger reservas en las calles y plazas del Archipiélago a través de las unidades móviles.

Brito señala que existe un registro de donantes a los que se les informa de forma periódica sobre cuándo pueden ofrecer su sangre, o bien si existe alguna urgencia de uno o más grupos sanguíneos.

Los hombres pueden donar cuatro veces al año, mientras que para las mujeres se aconseja que sean tres. La portavoz del ICHH señala que en Canarias el proceso de recogida resulta más complejo, debido a que se trata de un territorio fragmentado. Y, además, está la lejanía. En el Archipiélago no queda más remedio que ser autosuficientes, mientras que en la Península, en caso de crisis, se pueden enviar reservas de una comunidad a otra. Ahora, lo que más se necesita en el Banco de Sangre regional es plaquetas, según demandan los hospitales. Y la gripe también causa estragos en las donaciones, pues los contagiados no pueden ofrecer su sangre.

Manuel Real (Donante habitual): "Una ciudad como La Laguna debería tener un punto fijo en el que poder donar"

Manuel Real, uno de los ciudadanos que ayer donó sangre en la Unidad Móvil situada en la Plaza de La Catedral de La Laguna, señala que, a veces, realiza su acción solidaria en estos vehículos, porque resulta más cómodo. Sin embargo, considera que una ciudad como La Laguna ya debería tener un punto fijo para realizar donaciones. Y lo mismo debería ocurrir con aquellos municipios donde hay una población importante, como Arona o Adeje, por ejemplo.

Lucía Palmero: "Si no nos toca de cerca, parece que no comprendemos la necesidad de ayudar"

Lucía Palmero manifiesta que, «si no nos toca de cerca, parece que no comprendemos la necesidad de ayudar» con la donación de sangre en caso de alguna emergencia. Desde su punto de vista, los jóvenes, entre los que se incluye, no tienen una percepción de la necesidad de abastecer a los hospitales para desarrollar algunas intervenciones con garantías de éxito. Ayer, fue una de las personas que dio ejemplo y esperó para colaborar con el ICHH, al igual que ha hecho en los últimos años.