El acoso digital al colectivo LGTBIQ+ se incrementa por Navidad

El colectivo Gamá advierte que son pocos los casos que se denuncian, sobre todo entre la población joven, por carencias en la información sobre las herramientas disponibles

El acoso digital al colectivo LGTBIQ+ se incrementa por Navidad.

El acoso digital al colectivo LGTBIQ+ se incrementa por Navidad. / E. D.

Iván Alejandro Hernández

Con cada publicación en redes sociales, llegan los insultos. Esa foto, tomada antes de una cena o fiesta navideña, por ejemplo, incluso puede haberse descargado y compartido con otras personas en grupos que humillan o ridiculizan e, incluso, puede transcender de las pantallas a, quizá, el ámbito educativo, con compañeros que emiten burlas que pueden derivar en agresiones. Y todo ello, simplemente por su orientación sexual, identidad o expresión de género, especialmente vulnerable durante la juventud.

"Esto tiene repercusiones en como se construye una identidad y orientación. Una persona joven que está explorando su identidad a la que la insultan por ello, empieza a sufrir hostilidad. Y eso puede llevar a aislarse más. Le lleva a situaciones de homofobia o transfobia interiorizada porque ya han vivido la discriminación y nadie quiere vivir ese ambiente hostil", explica María José Hinojosa, coordinadora del equipo técnico y psicóloga de Gamá.

El colectivo ha advertido del incremento del ciberbullying o ciberacoso durante la época navideña, principalmente porque al igual que en otro periodo vacacional, al haber más tiempo libre que se puede dedicar a Internet y las redes sociales. Hinojosa indica que los datos que manejan desde Gamá no muestran la realidad que sí perciben, pues han recibido "cinco o seis casos" de ciberacoso durante todo el año, de los cuales dos han sido denunciados ante los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

"Hay una infradenuncia. Cuando las personas LGTB jóvenes reciben ciberbullying piensan que no van a obtener nada denunciando. También, a veces, hay mucho miedo de dar a conocer su diversidad sexual. Por ejemplo, una joven lesbiana cuya familia desconoce su orientación a la que le hacen bullying por ese motivo, pero no se siente empoderada para dar pie a la denuncia porque eso implica salir del armario", detalla Hinojosa.

También juega un papel determinante el desconocimiento o la falta de información o herramientas. En este sentido, Hinojosa indica que la Unidad de Participación Ciudadana lleva delitos de odio en la Policía Nacional y, además, en la Guardia Civil la unidad Redo se encarga de este tipo de denuncias, "pero no todo el mundo la conoce y hay una sensación de indefensión", añade.

El equipo de la Policía Nacional que lleva delitos de odio es la Unidad de Participación Ciudadana y REDO es la unidad de la Guardia Civil que lleva este tipo de delitos

"Yo puedo servir de ejemplo", ilustra Abigaíl Asensio, activista trans. "Si yo subo una foto en mi perfil de mis redes sociales con mi expresión de género disidente hay mucha gente que piensa que soy un chico y me dicen: eres un hombre disfrazado o no engañas a nadie. Hay gente que actúa de esa manera, por ejemplo, con las personas no binarias, con comentarios del estilo: no tienen claro lo que quiere, un día es un hombre, otro día es una mujer. Hablamos de un entorno de redes sociales donde la gente se cubre en el anonimato, es más hostil e incluso más complicado de tratar porque se piensa que no se puede perseguir a las personas".

Hace cuatro años que Asensio inició su transición. En su caso, recuerda que tuvo el apoyo de su familia y amistades, pero cuando quiso dar los pasos no sabía a quién acudir. Entonces, por internet, conoció la existencia de Gamá, donde le guiaron en el cambio de nombre, de sexo y el tratamiento. Hoy es activista, está en la junta directiva en calidad de vocal del colectivo y es coordinadora de Juvenis, la rama joven de Gamá.

Por ello, una de las herramientas para combatir el ciberbullying es promover las relaciones entre las personas del colectivo. "En Juvenis casi todos somos personas trans. Si hay algún problema, siempre podemos ayudarnos los unos a los otros y sientes que formas parte de algo más grande que tú mismo, conoces personas increíbles que quieren ayudar al prójimo", describe Asensio.

"La vida inevitablemente te hace pasar por malos tragos y se trata de minimizar todo el daño que eso a largo plazo puede causar", añade Asensio, quien además de defender las redes de apoyo mutuo, remarca la importancia de la educación para combatir los mensajes de ocio contra el colectivo. En esta línea, Hinojosa recuerda que el ciberbullying también puede trascender al ámbito educativo. "Los estigmas y las etiquetas se los imponen a la persona y cuando vuelve al aula, se encuentra con comentarios físicos, notas miradas o comentarios de gente que antes no se dirigía a ti. Y esto puede derivar en agresiones o discursos de odio".

Para Hinojosa, el principal problema es que "esta situación está muy poco visibilizada", porque si lo estuviera, considera que habría muchos más casos de denuncias. "Está muy escondida y se diluyen muchas responsabilidades. Por eso se da esa situación de indefensión". Ante este escenario, aboga por "denunciar todas las situaciones de ciberbullying", no solo acudiendo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sino sobre todo, visibilizando aquellos casos cuyo trasfondo es la orientación o la identidad, "contar lo que le está sucediendo", porque "si no denuncias dejas que tu dignidad, que tu orientación o tu diversidad sexual o de género sea pisoteada".

Además, recuerda que en Gamá cuentan con un taller específico de ciberbullying para poner al profesorado en advertencia de que esas situaciones pueden estar ocurriendo y también al alumnado, pues reivindica la importancia de que el entorno también se involucre. "Si tus amistades saben qué está ocurriendo, tienen una obligación de denunciar y desde los propios colectivos tenemos más fuerza para visibilizar y denunciar".