Espectacular encuentro de unos niños con un tiburón martillo en Santa Cruz de Tenerife

La naturaleza no deja de sorprender a los canarios. En esta ocasión, ha sido un grupo de alumnos de vela con sus instructores quienes se han visto sorprendidos por la presencia de un tiburón martillo frente al Real Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife este fin de semana. Se trata de un ejemplar de algo más de dos metros que estuvo nadando durante varios minutos con los chicos y sus instructores mientras navegaban en unos botes de la clase optimist.

Pese a lo sorprendente de este video que ha sido difundido a través de grupos de mensajería instantánea, su presencia es habitual en las aguas del Archipiélago. Esta especie también es conocida en Canarias como Cornuda y, de hecho, se han llegado a ver crías de Cornuda en diferentes playas como en la de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria, recientemente. Esta especie de tiburón se alimenta de pequeños peces, crustáceos y moluscos.

La cornuda, como también se le conoce, pertenece a la familia Sphyrnidae. Es de color gris oscuro o parduzco en el dorso y blanco en la zona ventral. La cabeza de este tiburón tiene forma de martillo, de ahí su nombre, con una muesca en el centro. Su cuerpo es alargado y con forma de huso. Vive en todas la aguas templadas y tropicales del mundo, incluyendo las costas de las Islas Canarias.

Algunos tiburones con presencia en Canarias

De las más de 400 especies de tiburón que existen, 50 de ellas residen o transitan por aguas canarias. Y, en este caso, de las nueve especies descritas de tiburón martillo o cornudas en todo el mundo, dos de ellas son frecuentes en Canarias: Cornuda común (phyrna lewini) y Cornuda cruz (Sphyrna zygaena).

Tiburón ballena

El tiburón ballena es una especie de aguas más cálidas que las del Archipiélago, sin embargo, ya en los primeros años de la década de los noventa del pasado siglo se vio por primera vez en la porción del Atlántico que rodea Canarias. La razón parece ser el progresivo incremento de la temperatura del océano, lo que ha hecho que desde entonces haya sido observado no pocas veces en las Islas, fundamentalmente en aguas próximas a La Palma, La Gomera y El Hierro.

El tiburón ballena adulto es inmenso, alrededor de 12 metros de longitud, y se alimenta fundamentalmente de fitoplancton por medio de un mecanismo de filtración del agua.

Tiburón peregrino

El peregrino fue recientemente el objeto de una investigación que permitió rastrear su viaje desde las costas de Escocia hasta las de Canarias, un viaje que los científicos calificaron de «épico»: nada menos que 3.700 kilómetros para reproducirse en aguas próximas al litoral de las Islas.

Tiburón marrajo

El marrajo es una de las especies de tiburones más habituales en Canarias. En 2013 incluso ocurrió algo nada común: un niño pescó uno de casi un metro en playa de San Juan, al sur de Tenerife. Eso sí, este era un ejemplar de poco tiempo, pues los marrajos pueden llegar a medir entre tres y medio y cuatro metros.

Se alimenta de peces como la caballa, el arenque o la sardina, por citar solo algunos ejemplos, pero su presa favorita es el paz espada, del cual es uno de sus grandes depredadores. 

Tiburón Solrayo o Monstruo de Malpelo

Las aguas del Archipiélago son aguas con muchos misterios, y uno de ellos es la presencia, documentada, del tiburón solrayo o Monstruo de Malpelo, rebautizado como «sarda». En 2011, la prestigiosa revista «National Geographic» publicaba un artículo sobre las apariciones del solrayo en las aguas que rodean a la más pequeña y occidental de las Islas Canarias: El Hierro.

Se trata de una especie poco conocida; no en vano, no fue hasta 1999 cuando se avistó por vez primera en la isla colombiana de Malpelo, de ahí su nombre. Está por estudiar, de hecho, si existe una población estable de monstruos de Malpelo en la reserva marina del mar de Las Calmas. En edad adulta pueden llegar a medir hasta cuatro metros. Se alimenta de peces, crustáceos y cefalópodos.

Tiburón Ángel o Angelote

El tiburón ángel, o angelote, es una especie rara pero habitual en las aguas de Canarias. Es una especie amenazada, debido a la pesca intensiva, y tiene en la región uno de sus últimos reductos, de ahí la importancia de su protección y la alegría que los avistamientos producen en la comunidad científica. Las hembras de angelote pueden rozar los dos metros y medio en la edad adulta y los machos, casi dos.