Este es el supermercado con la peor calificación para comprar carne, según la OCU

La carne es un alimento esencial en una dieta equilibrada. No se debe abusar de su consumo, pero es importante incluirla en nuestra alimentación. Elegir productos de calidad es fundamental para mantener una dieta equilibrada y variada. Es importante prestar atención al tipo de carne que compramos y dónde la compramos.

Varios clientes esperan su turno frente al mostrador de una carnicería.

Una pieza de carne. / MARIA PISACA

A la hora de ir de compras, es común que cada persona tenga su supermercado preferido. Sin embargo, encontrar uno que sea imbatible en todos los aspectos resulta bastante difícil, ya que siempre se puede encontrar otro que venda ciertos productos más baratos o de mejor calidad.

Aunque hay cadenas muy populares entre los clientes, la verdad es que no ofrecen la mejor carne. Al menos, eso es lo que ha concluido la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) después de llevar a cabo un estudio sobre la calidad de la carne que se vende en los supermercados.

A la hora de ir de compras, es común que cada persona tenga su supermercado preferido

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio analizando el porcentaje de compra de diferentes productos cárnicos en un total de 18 supermercados. Según este estudio, el supermercado con la puntuación más alta, obteniendo un 84%, es Bonàrea. El segundo mejor supermercado, con un 65%, es Ahorramás.

Por otro lado, los resultados del estudio revelan que el supermercado en el que menos se compra carne es Dia, con una puntuación 22 puntos por debajo de la media. Aldi le sigue de cerca. Estas conclusiones son bastante reveladoras, ya que indican que si pocas personas compran carne en esta cadena de supermercados, su calidad no es la más recomendable.

Carnes más demandadas

Tras conocer estos datos hay que recordar que en España, las carnes más consumidas son el vacuno, el cerdo y el pollo y en menor proporción el cordero. Su consumo suele estar motivado principalmente por el gusto y el placer que proporcionan al paladar, más que por sus características específicas. Estas carnes difieren notablemente entre sí, especialmente en cuanto a su contenido de grasa. 

Carne en un mercado.

Carne en un mercado.

Señalar que la carne contiene una alta proporción de agua, proteínas y grasa, cuyo porcentaje puede variar ampliamente, dependiendo del animal y la parte de la carne.También contiene vitaminas y minerales, pero su consumo debe ser moderado y alternado con la ingesta de pescado, huevos y legumbres.

La carne de vacuno es una buena fuente de vitamina B12, y con un filete de ternera de 100 gramos se cubre más del 65% de las necesidades diarias de vitamina B1 en un adulto. Aunque comprar carne en la carnicería es algo común en nuestro día a día, no siempre sabemos exactamente qué estamos adquiriendo.

Recordar que en España, las carnes más consumidas son el vacuno, el cerdo y el pollo y en menor proporción el cordero

Por su parte, la creencia de que la carne de cerdo es muy grasa es solo parcialmente cierta. En España, el tipo de cerdo más consumido es el cerdo blanco, cuya carne tiene poca infiltración de grasa y la mayor parte de ella se encuentra en la superficie, lo que facilita su eliminación antes o después de cocinar la pieza. Por otro lado, el consumo de cerdo ibérico puede considerarse incluso marginal en comparación.

Cerdos ibéricos.

Cerdos ibéricos.

La carne de cordero se caracteriza por tener uno de los mayores contenidos de grasa entre las carnes disponibles en el mercado. Sin embargo, esta proporción de grasa es significativamente más alta en la chuleta que en la pierna, ya que parte de esa grasa se derrite durante la cocción y se incorpora a la salsa o al jugo, los cuales se pueden desgrasar una vez que se enfrían.

Finalmente, la carne de pollo se caracteriza por ser muy magra, ya que tiene poca grasa infiltrada y la mayor parte se encuentra debajo de la piel. Por lo tanto, si eliminamos la piel, también estaremos eliminando la mayor parte de la grasa. Si un plato requiere utilizar la piel, es importante tener en cuenta que al cocinarla, la grasa se funde y se infiltra en la carne. Por lo tanto, si queremos disfrutar de pollo sin grasa, es preferible quitar la piel antes de cocinarlo.