"Toda la mañana pegando berridos": el "habitual" escándalo público de Santa Cruz

Tenerife es una isla que esconde rincones maravillosos y que disfruta de la hospitalidad de su gente, de su buena gastronomía y de ser uno de los lugares más sorprendentes del mundo. Sorprendente tanto para bien como para mal.

Y es que no todo lo que ocurre en la isla es bueno. Concretamente, esta vez nos referimos a su capital. Santa Cruz es el centro social y económico de Tenerife, pero también podemos encontrar momentos surrealistas por sus calles.

En pleno centro, un vecino ha grabado un vídeo al que ha llamado como "Un día normal en la C/ San José, Santa Cruz de Tenerife". En él se ve a un individuo profiriendo palabras inentendibles a gritos, dirigiéndose a los viandantes e, incluso, a la nada.

Esto sucedió en la C/ Bethencourt Alfonso, como se llama realmente la mítica calle santacrucera, muy cerca de la Plaza España de la ciudad. "¿Esto qué es?", se sorprende el vecino para después dirigirse al máximo organismo de la capital: "Yo no sé el Ayuntamiento de Santa Cruz lo que pretende hacer con la zona centro".

Un consejo

Mientras habla, se ve como el individuo recorre la calle en sentido ascendente gritando sin ningún sentido, incluso dirigiéndose a alguna persona que se cruza en su camino. Al final del vídeo, se puede ver como un joven, aparentemente menor de edad, se levanta de un banco asustado y se aleja.

El vecino que lo graba le deja un consejo tras "toda la mañana pegando berridos": "Con los calores que hacen, descansa mijo, siéntate en un banco hijo mío".

Los comentarios

Si nos fijamos en los comentarios, parece que es un actor habitual en las calles de Santa Cruz: "ese señor forma parte de lo qu no te puedes perder en Tenerife, si bajas al centro siempre lo ves" o "pues eso no es nada!!! cuando se pone a dar chillidos a las 7 de la mañana..." son solo algunos de los comentarios de personas que transitan la zona y lo han visto más de una vez.

Algunos también avisan de que por las tardes "se escucha" desde algunos centros educativos, obligando a que "la profe para la clase hasta que se marche".