BARRIO A BARRIO | El Cabo

De casetas azules a casas canarias en el Mercado Nuestra Señora de África

La Cooperativa del Mercado Nuestra Señora de África acomete la renovación de la rambla de los puestos azules, donde se localizan treinta y dos negocios minoristas

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Los puestos azules que se localizan junto a la Recova están inmersos en un cambio de imagen. Inicialmente se apostó por un diseño más propio de Cubo de Rubik, hasta que Cándido Alberto, uno de los emprendedores que se dedican a la venta de cuchillos, planteó la posibilidad de decorar los módulos como si fueran casitas tradicionales, encargo realizado al artista urbano David. La zona es ahora un reclamo para turistas. 

La Cooperativa del Mercado Nuestra Señora de África está inmersa en el cambio de imagen que se lleva a cabo desde hace cuatro meses en la popular rambla de los puestos azules que nació al amparo de la Recova. Si algo tenían claro los titulares de los 32 puestos que se distribuyen en los ocho módulos de la referida rambla es que querían mantener su característico color azul. Así decayó la primera idea que planteaba un diseño más vanguardista, del que incluso se llegó a hacer una experiencia piloto, que convertía las casetas en un Cubo de Rubik. Pero bastó las primeras pruebas para poner freno y marcha atrás.

Estar en continuo contacto con propietarios, tomando el pulso a la calle, hizo posible tanto a la presidenta de la cooperativa, Estefanía Hernández, como al gerente, Antonio Gil, que vieran la reacción, sobre si la primera idea lucía y llamaba la atención, bajo la máxima de aprovechar la fisionomía de las casetas de la rambla azul. «No hubo crítica, pero la gente no aplaudió a rabiar», admite el gerente, lo que fue suficiente para no continuar más allá de los dos módulos en los que se había intervenido.

Cándido Alberto Luis, uno de los históricos de la rambla azul –que está al frente de su negocio de venta de cuchillos–, sugirió la posibilidad de contactar con el artista urbano David, quien defendió la idea de personalizar las casetas desde un soporte de arquitectura tradicional. La idea agradó y desde hace cuatro meses se avanza en este proyecto, siempre respetando la base del azul e incorporando puertas y ventanas que recrean una construcción más tradicional en este primer paso de mejora.

También se ha animado, con la incorporación en la pintura de gatos, o incluso el artista urbano ha transformado las cajas de los contadores en soportes que parecen servir de base a maceteros... y no falta algún personajes, como el músico que parece animar los últimos días de venta del puesto de menaje que regenta Paqui, en la parte alta de la rambla, cerca del instituto Alcalde Bernabé Rodríguez. Antonio Gil elogia la sensibilidad que muestra el autor de la decoración, que ha hecho suya la sugerencia de los titulares de los puestos que le han planteado personalizar el diseño incorporando un cartel con el nombre o la actividad a la que se dedica cada puesto y hasta el horario de apertura.

El gerente del mercado advierte que esta primera fase ha supuesto un coste inicial de 6.000 euros costeados desde la Cooperativa Nuestra Señora de África; cada uno de los ocho módulos que se distribuyen en la rambla azul cuenta con cuatro negocios o casitas canarias decoradas. Cuando acabe esta primera fase –resta aún un módulo por acometer–, se procederá a realizar un repaso para realzar más aún si cabe la belleza, apostando más detalles, sin descartar variar el color de los marcos de las puertas y ventanas –siempre sobre fondo azul– o incluso poder personalizar algún puesto con la incorporación de más personajes, dada la aceptación.

La rambla de los puestos azules de mercado, que históricamente es un punto de referencia para la población que busca artículos de menaje, textil, maletas o bolsos a precio muy económico, también se ha convertido en estos primeros meses de transformación en polo de atracción no solo para los visitantes sino incluso para satisfacer la curiosidad de los vecinos, que muestra su sorpresa y agrado con el resultado de la mejora.

Del mayorista al minorista

El gerente del mercado recuerda que tradicionalmente siempre se genera junto al punto de abasto una oferta de precio mayorista, como ocurría hasta el momento que se puso en marcha el MercaTenerife. El traslado a las nuevas instalaciones llevó a la Recova a un cambio de concepto coincidiendo con la constitución del mercado en una cooperativa.

Pero el salto definitivo al nuevo concepto comercial comenzó en 1995, coincidiendo con la instalación y apertura en el recinto del supermercado Hiperdino, que aceptó la condición de no vender productos frescos para evitar entrar en conflicto o competencia con los agricultores del mercado.

Antonio también se muestra satisfecho con la acogida de la mejora de la rambla azul, que inicialmente, antes de la propuesta como Cubo de Rubik, se planteó un modelo de mampostería con arcos, acorde la arquitectura del propio mercado; pero la comisión de patrimonio histórica del Cabildo desestimó tal posibilidad.

Junto a Antonia Cabrales, vinculada a la rambla de los puestos azules de generación en generación, está el caso dePaqui, que precisamente estos días prepara el traspaso de su negocio para cerrar el puesto con el que su familia ha salido para adelante: primero, de la mano de su esposo, Ángel Luis, desde 1985, una actividad que continuó ella, en una etapa que ahora trabaja para cerrar y por fin disfrutar del merecido descanso.

En el puesto de Paqui hay de todo, y eso que ya lleva semanas liquidando: desde sartenes, calderos, paelleras, carros para la compra, paños de cocina...

«La gente siempre ha venido aquí porque estos puestos son económicos y hay de todo», y sobre todo «por el trato cercano entre el vendedor y el vecino», explican. El principal día de venta de la rambla de puestos azules es el domingo, cuando los puestos disfrutan de la actividad del rastro y también de la decisión que hace ya casi treinta años –1997– tomó el mercado de abrir al público los domingos, con la éxito que es cuando registra las mejores ventas.

Paqui recuerda la cantidad de gente que ha venido a su puesto a adquirir los cuchillos de madera de los que no queda ya ni uno. El futuro de la rambla azul pasa ahora por la diversificación de la oferta y el comercio tradicional, en un guiño a la artesanía. Y es que se puede adquirir desde cremas de aloes, a bolsos o cuchillos, mientras la peatonalización del entorno, en dos años, supondrá un espaldarazo a esta zona para visitar, comprar, degustar y disfrutar.

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