Opinión | EL RECORTE

Hakuna Matata

Contamos con una enorme cantidad de buitres autóctonos que solo necesitarían dos plumas y un pico de pega, porque todo lo demás ya lo llevan de fábrica

José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz.

José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz.

A Jose Bermúdez, alcalde de la Muy Leal, Noble y Muy Benéfica ciudad, puerto y plaza de Contenedores y Grúas de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, le gusta el riesgo lo mismo que el agua a un gato. O sea, más bien nada. Por eso mismo debe andar bebiendo hectolitros de tila después de saber que la gente ha elegido, por votación popular, el tema de África para el próximo Carnaval.

Sabiendo cómo se las gasta la peña chicharrera, la elección africana tiene más tela que Zara. Si hay jaleo cuando sale en una cabalgata de reyes un falso Baltasar con la cara pintada, o sea, un negro de pega, imagínense ustedes la que se puede liar cuando desfilen por las calles de la capital miles de zulúes y watusis fake tiznados como si vinieran de cargar sacos de carbón para las centrales de Endesa.

El mundo woke considera la blackface una manifestación de racismo. Traducido al cristiano: los progres se cabrean cuando un blanco se pinta la cara para parecer un negro. Tan es así que incluso hay actrices que por ponerse trenzas han sido acusadas de «apropiación cultural» porque tratan de imitar –dicen– a las mujeres de raza negra. La cosa es discutible, porque esa «apropiación» también se produce en sentido contrario, con mujeres negras que desde hace muchos años se alisan el pelo.

En todo caso, la fácil tentación de restregarse el careto con betún es muy fuerte. Y además no descarten que veamos navegando por el asfalto cayucos de colores en forma de carrozas de Carnaval. Que la gente es mucho. A Pepe Benavente, este año, y solo por hacer un chiste malo de pateras en la tele, casi le cuelgan de los bigotes.

Una salida diplomática es el mundo animal. Algunos apostarán por un disfraz de mono, porque se privan por llevar el rabo al aire. En África existe una enorme cantidad de especies que llevan cuernos, lo que a muchos y muchas les facilitará enormemente el trabajo de hacerse un traje. Además tenemos leopardos, elefantes, hipopótamos, leones y, si se tiene vocación política, incluso cocodrilos.

Contamos con una enorme cantidad de buitres autóctonos que solo necesitarían dos plumas y un pico de pega, porque todo lo demás ya lo llevan de fábrica. Las zorras están de moda en Eurovisión. Y es fácil hacer de Borbón arrepentido, con una escayola en la pata y escopeta al hombro, pidiendo perdón por las esquinas. Todo eso y más es posible. Pero va a ser muy difícil que no veamos una marabunta de tribus africanas, con lanzas, escudos y plumas, bajando en oleadas de los barrios.

A la alcaldesa de Las Palmas se le ocurrió este año llevarse el Carnaval a la Isleta y se pegó un tiro en uno de sus delicados pies: la gente le hizo fos. En Santa Cruz, donde la fiesta de la calle no hay dios que la controle, ni la dirija, ni la contenga, va a ser extremadamente complicado meter las cabras de la coña del betún en el corral de la continencia. El humor de la gente, que ha desafiado a los gobernadores y a las dictaduras, se suele pasar las órdenes y los consejos por el arco de la purpurina. Así que vaticino, desde ya, que al Carnaval del próximo año lo veo muy negro. Y en los telediarios.

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