Opinión | En el camino de la Historia

Juan Jesus Ayala

¿Hacia una Segunda Transición?

Urkullu no se reunirá con Feijóo antes del debate de investidura

Urkullu no se reunirá con Feijóo antes del debate de investidura

Algunos autores sitúan la Transición con la celebración de las primeras elecciones democráticas, el 15 de junio de 1977, mientras otros la retrazan hasta la aprobación de la Constitución en diciembre de 1978 donde se culmina dejando atrás el régimen dictatorial del general Franco.

Lo cierto que lo fundamental de la Constitución de 1978 es que se le da salida a proyectos políticos que andaban en el baúl de los recuerdos históricos y al menos se contaba con un texto que abogaba por el desarrollo político del momento donde el revoloteo de sotanas y el ruido de sables no se habían silenciado del todo.

En esta nueva y actual etapa política de pactos y repartos se enarbola por determinados nacionalismos como los que firmaron la Declaración de Barcelona el 16 de Julio de 1998 , hoy enfatizada por el Lehendakari Urkullu, en aras a profundizar en el modelo territorial para dar más autogobierno y capacidad de decidir a las Comunidades Históricas que conforman Galeusca, o sea Euzkadi, Cataluña y Galicia sin que para ello se tenga que remover la Constitución sino por medio de una “convención constitucional”.

Si a esta formula se le diera viabilidad lo que propiciaría seria una clara asimetría territorial tendente a la implantación ,sin más ,de un sistema confederal limitado y encorsetado que se establecería con un poder central , el Estado, un convenio contractual, con los otros tres territorios anteriormente señalados; y el resto, Canarias entre ellos, permanecerían como convidados de piedra con sus más o menos transferencias pero situados en el ruego y en la espera .

Esta situación que bien pudiera generarse debido a las apetencias de optar a la presidencia de gobierno por parte de Sánchez lanzándose a la pista de la incoherencia política bien podría suponer un cataclismo político de órdago, por lo habría que poner las luces largas y no transitar con la corta.

Lo que es evidente que se tendría que ir, por agotamiento territorial, a una Segunda Transición donde se reforme, entre otras cuestiones, el Titulo VIII de la Constitución con un nuevo modelo territorial donde desde la diversidad se fortalezca la unidad. Pero consensuada por la amplia mayoría de la clase política; tanto por la izquierda, por la derecha y los nacionalismos tal como se realizó la Transición ( vamos a llamarla, Primera).Porque si se logró el consenso para elaborar la Constitución de 1978 habría que darle un impulso a esta para desde la atalaya de las políticas consecuentes contemplar la nueva realidad y no continuar con el empecinamiento de lo dado y darlo por concluido amparándose en confusas martingalas.

Refugiarse en la vigente Constitución como si fuera un texto rígido o la verdad absoluta y revelada estaríamos en contra de la realidad, lo que acrecienta problemas y hace que lo que proponen “los nacionalismo históricos” por medio de Iñigo Urkullu (donde teóricamente y prácticamente está apeado el nacionalismo canario que gobierna como si la historia de Canarias estuviera totalmente formada por paginas en blanco) los desajustes que propiciarían traerán reivindicaciones territoriales donde unos piden mas , otros callan y el resto refunfuñan.

Hay que comprender, de una vez, que sociológicamente el Estado español es plurinacional y que algunos pueblos que lo integran intenten buscar nuevos encajes de convivencia es hasta lógico por lo que hay que asumir que las Constituciones son textos abiertos y las reformas están tocando a la puerta si es que vamos por la senda de la concordia y del tino político.

Con la Constitución del 78 llegaron las libertades democráticas, los partidos políticos, el sistema parlamentario y los Estatutos de autonomía.

Pero tenemos que situar la razón política adecuada y descifrar que aquellas reformas que dieron al traste con el antiguo régimen deben sufrir unas adaptaciones a los nuevos tiempos, porque en caso contrario puede volvamos a meternos en la desidia y trafullos de épocas pasadas que no deseamos sea revivida en la memoria colectiva de los pueblos.

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