Opinión

¿Qué pinta el ‘Cavour’ en el Indo-Pacífico?

Los presidente de China, Xi Jinping, y de BRasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

Los presidente de China, Xi Jinping, y de BRasil, Luiz Inácio Lula da Silva. / Europa Press/Contacto/Liu Weibing

A la primera ministra italiana, Giorgia Maloni, parecen gustarle como a su admirado Benito Mussolini los grandes gestos, sobre todo si son militares.

Así, la dirigente posfascista ha decidido enviar a finales de año al portaviones que lleva el nombre de uno de los héroes de la unificación de Italia a las disputadas aguas del Indo-Pacífico.

El portaaviones Cavour, buque insignia de la Marina de Guerra Italiana, pondrá rumbo a Asia en una clara muestra de unidad atlantista frente a la China comunista de Xi Jinping.

Aunque no ha habido aún anuncio oficial del palacio Chigi, sede del Gobierno, sino que ése se reserva para la próxima reunión del G7, que tendrá lugar en Hiroshima, ciudad de nefasto recuerdo nuclear, se da por hecho ese viaje.

A mediados de mayo, el portaaviones italiano será sometido a una revisión profunda en los astilleros de la capital de Sicilia, según la prensa de Palermo.

Italia es junto a EEUU y Gran Bretaña el único país en condiciones de enviar un grupo de ataque de portaaviones con cazas F-35 de la quinta generación.

Pero como señala el portal de internet italiano Contropiano, ese buque de guerra, cuya construcción costó 1.300 millones de euros y que entró en servicio en 2009, tiene una limitada capacidad ofensiva.

Su cubierta, de 186 metros de longitud, sólo puede acoger a un total de 20 cazas cuando según la Marina de Guerra estadounidense, que cuenta con 46 portaaviones, lo ideal es que esos buques tengan espacio para hasta 90 cazas de distinto tipo.

El envío del Cavour a aguas del Pacífico sólo sirve para satisfacer la vanidad militar del pequeño país mediterráneo que parecer sentir aún nostalgia de su pasado imperial.

El portaaviones ha formado ya parte de la fuerza operativa Strikfornato de la Marina de la OTAN, ha patrullado las aguas mediterráneas y en 2021 participó en las maniobras Mare Aperto.

Son todos ellos ejercicios militares en alta mar que han adquirido especial importancia desde la invasión rusa de Ucrania.

El envío del Cavour al Indo-Pacífico no será precisamente una operación barata: el costo diario de mantenimiento del portaaviones puede oscilar entre los 2,5 y los 3 millones de dólares.

El de los buques de la Marina estadounidense es mucho más elevado ya que puede llegar a 7 millones de dólares al día.

A ello hay que sumar los 30.000 o más dólares que cuesta cada hora de vuelo de los F-35 estadounidenses u otros cazas de despegue vertical. Y el hecho de que tras dieciocho días de navegación ininterrumpida hay que revisarlo todo.

Sin contar los aproximadamente cuatro millones de dólares más que costará todo el apoyo naval: además del acorazado Francesco Morosini, flanquearán al Cavour un destructor y un petrolero.

Como critica la citada publicación italiana de izquierdas, con todo ese dinero, el Gobierno de Giorgia Meloni podría financiar muchas de las medidas sociales que necesita urgentemente el país.

Contropiano se pregunta si Meloni desea dejar su impronta en la geopolítica del Pacífico o si todo es sólo una prueba más del sometimiento de la líder de Hermanos de Italia a Washington y Bruselas para que ambos dieran el visto bueno a su Gobierno de coalición posfascista.

Y, sobre todo, ¿qué piensa la jefa del Gobierno italiano de las últimas declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, en las que advierte a los europeos de que no se dejen arrastrar a una guerra de EEUU con China que de ningún modo les conviene?

Suscríbete para seguir leyendo