Opinión

Las peligrosas ínfulas de Emmanuel Macron

Macron receta "eficiencia, renovables y nuclear" como solución energética

Macron receta "eficiencia, renovables y nuclear" como solución energética

¿Intenta el presidente francés, Emmanuel Macron, asumir el liderazgo político y militar europeo aprovechando la debilidad y las vacilaciones de la Alemania de Olaf Scholz?

Su idea de enviar a militares de la UE a territorio ucraniano si se demuestra como la única forma de evitar una victoria definitiva rusa parece, sin embargo, dividir más que unir a los gobiernos del continente.

No parece que haya sentado bien en otros gobiernos del continente la reunión tripartita de franceses, alemanes y polacos para hablar de cómo hacer frente a la Rusia de Vladimir Putin.

El ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani, fue muy claro al respecto: «No se envía un mensaje fuerte a Putin con reunirse tres o cuatro países cuando debería hacerlo toda la UE».

La reciente reunión berlinesa de Macron, el canciller Scholz y el primer ministro polaco, Donald Tusk, al margen de otros colegas, ha mostrado una vez más las divisiones internas de la UE.

La propuesta de Macron de enviar tropas con un papel puramente defensivo a la frontera de Ucrania con Bielorrusia o a Odesa significaría, según los más realistas, una peligrosa escalada del conflicto.

El Gobierno ruso ha asegurado que consideraría esos soldados «objetivo legítimo»: es decir, que los atacaría inmediatamente. Y no parece que se trate de un simple farol.

Francia o el país al que perteneciesen esos soldados los habría enviado en virtud de los acuerdos de defensa bilaterales firmados por Kiev con algunos gobiernos, entre ellos los de Londres y París.

Pero no podría invocar el artículo 5 del tratado de la Alianza Atlántica, que establece que un ataque a cualquiera de sus miembros se considerará una agresión a todos ellos y requiere una respuesta militar inmediata.

Es en cualquier caso un juego demasiado peligroso, sobre todo tratándose de potencias atómicas como son, pese a las enormes diferencias de capacidad nuclear, Francia y la Federación Rusa.

Si hemos de creer al Kremlin, Ucrania ha contratado a 14.000 mercenarios extranjeros, de los que muchos han muerto en combate, pero en ningún caso se trata de soldados que vistan el uniforme de países de la OTAN.

Ningún país europeo está preparado en este momento para una eventual guerra convencional con Rusia. Y así, según el senador francés Christian Cambon, presidente de la Comisión de Defensa del Parlamento, el Ejército ruso gasta en un solo día de guerra en Ucrania tantas municiones como emplea el Ejército de Tierra francés en todo un año.

Como explica el antes citado jefe de la diplomacia italiana, Tajani, «una cosa es ayudar a Ucrania a defender su independencia y otra muy distinta enviar allí a nuestras tropas a luchar contra los rusos». Y añade: «Queremos la paz, no hacer la guerra a Rusia». No todos opinan, sin embargo, lo mismo.