Opinión | EL RECORTE

La culpa de todo

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez / E. D.

El último belarrido de Belarra no es una anomalía. Es lo que toca. Establecer el relato de que en el Gobierno hay una izquierda dura, que son los podemitas, y otra blandita, la socialdemocracia que representa nuestro guapo y políglota mancebo. Se acercan las urnas y hay que pescar.

Pero en julio de este año Pedro Sánchez ya inauguró el pantano donde se mueven los caimanes del capitalismo. Arremetió contra «la señora Botín», presidenta del Santander, y «el señor Galán», presidente de Iberdrola, colocándoles en sentido contrario al bien común: «si protestan es porque vamos en la buena dirección».

Lo que nada sutilmente se ha establecido en este país es la política populista del chivo expiatorio que, como bien se sabe, es el mejor amigo del ser humano. Si la Ley de Igualdad es un churro, la culpa es de los jueces machistas que la aplican mal. Si el mercado mundial de la energía se disparata, la culpa es de las eléctricas que se están forrando cuando ponemos las lavadoras. Si el euríbor crece y suben los intereses de las hipotecas, la culpa es de los avariciosos banqueros. Si la presión fiscal recauda treinta mil millones más por la inflación y eso produce que la deficiente cadena de distribución alimentaria aumente los precios, la culpa es de los «capitalistas despiadados» de los hipermercados.

La economía se explica en seis tardes, si tienes a mano un tonto para ponerle el capirote. El Gobierno de España anida en un estalinismo intelectual donde manda el resultado. Lo mismo te comes un sapo con Marruecos que subes el IPC a diez millones de pensiones. Las decisiones importan en el corto plazo electoral. Hoy todo se puede hacer con el dinero prestado de Europa. Mañana ya veremos. Y esa política de lo inmediato llevará también a subir el Salario Mínimo Interprofesional, aunque se sepa que la verdad de lo que cobra la gente tiene el techo real de lo que puede pagar la gente.

La realidad es que los trabajadores con contrato fijo discontinuo crecieron en el último trimestre a un ritmo del 13%, mientras el resto de indefinidos apenas sumó un 2,2%: es decir, seis veces menos. Y que una fuerza que está tirando del empleo es el sector público, porque nos acercamos a las elecciones municipales y autonómicas y toca colocar a los cuñados.

Pedro Sánchez, sumo sacerdote de la resiliencia, sabe todo esto. Lo dijo en el Congreso. «Hemos tenido, señorías, que responder a situaciones y emergencias insólitas en estos años. Ayer mismo, en fin, la ciencia nos dijo que el núcleo de la Tierra, bueno, en fin, me voy a quedar ahí...». ¿Qué se puede hacer si el núcleo de la tierra ha dejado de girar? Pues eso. Belarrear.

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