Opinión

Imprevisiones 2023

Archivo - Imagen de archivo de un edificio destruido por misiles rusos en Bajmut, Ucrania

Archivo - Imagen de archivo de un edificio destruido por misiles rusos en Bajmut, Ucrania / Vincenzo Circosta/ZUMA Press Wir / DPA - Archivo

Los periódicos y las televisiones nos anuncian la agenda de este nuevo 2023. Como si supiéramos a estas alturas, cuando ni siquiera hemos pasado la noche de Reyes, lo que va a ocurrir en los siguientes doce meses. Pocas veces nos hemos enfrentado a un futuro tan abierto, tan insospechado por más que nos las demos de futurólogos. Para este año más que de previsiones tenemos que hablar de interrogantes.

¿Qué va a pasar en Ucrania? Hay expertos que vaticinan una guerra larga, en la que los invasores rusos no darán su brazo a torcer así como así y los obstinados ucranianos, con el apoyo de Occidente, se verán envalentonados para minar la moral de la otrora superpotencia. Otros expertos han celebrado la inminente derrota de Putin en cuanto ha mostrado la menor debilidad, ya fuera obligando a los reservistas a combatir o cediendo terreno para reforzar sus posiciones. Hemos dado por muerto a Putin muchas veces. ¿Qué fue de su enfermedad terminal? ¿Qué fue de la creciente oposición interna que acabaría derribándole? Lo cierto es que no parece probable un acuerdo que no pase por aceptar unas condiciones difíciles de asumir.

¿Se agudizará la crisis económica? Desde que Rusia invadió Ucrania, hace ya casi un año, se nos anuncia una inminente y terrible recesión. Lo cierto es que pasa el tiempo, los indicadores son nefastos y la recesión no llega. Sí, es verdad que la inflación es muy alta, que hay una crisis de suministros y que nos enfrentamos a una precariedad energética sin precedentes. Pero lo cierto es que, por catastrofistas que nos queramos poner, la situación económica mundial no da síntomas de ser desesperada. Lo que de verdad sufre, a día de hoy, la economía es incertidumbre. La palabra clave del año en todos los frentes.

¿Cómo nos afectará el cambio de política china frente la Covid? En España, a diferencia de la timorata Unión Europea, hemos reaccionado con inusitada celeridad –parece que hemos aprendido–, ante la llegada de una oleada de ciudadanos chinos tras años de confinamiento... Sobre cómo va a afectar al resto del mundo el fin de la dictatorial política de Covid cero, solo hay dudas. Por si acaso, ya se han activado todos los mecanismos de emergencia. Parece que esta nueva oleada de la pandemia ya nos ha pillado vacunados, real y metafóricamente. Donde sí que la situación es desesperada es en la propia China, donde la sanidad ha colapsado y los muertos diarios se cuentan por millares.

¿Cómo afectará el año electoral a la deteriorada política española? Resulta sorprendente oír determinadas afirmaciones de los políticos de derechas –y, lo que es peor, de muchos periodistas– del tipo ya queda poco para el vuelco, para este mal sueño del sanchismo, al que si no se pone coto destruirá el país. Mientras, los de izquierda siguen obsesionados y convencidos con que donde se producirá el vuelco será en Madrid, acabando con el reinado de Ayuso, que, según ellos, va camino de arruinar la Comunidad. Los unos, al ver las encuestas, sueñan con un mapa de España teñido de azul; los otros, un mapa completamente rojo. Seguro que la realidad no será tan monocromática.

Las previsiones suelen confundirse con los deseos. Ocurre lo mismo que con nuestros propios propósitos individuales para el año que empieza, para ese calendario en blanco que nos corresponde rellenar. Adelgazar, hacer deporte, vida sana... Propósitos ilusionantes que disfrutamos plasmando en una lista, pero que, con frecuencia, los imprevistos de la realidad nos harán olvidar mientras nos esforzamos en subir ese Angliru que es la cuesta de enero. Y, lo peor, es que es solo el primer puerto de la esta etapa reina que es 2023. ¿Quién nos iba a decir, a estas alturas en 2022, cuando ya celebrábamos eufóricos el fin de la pandemia, que a la vuelta de la esquina lo que nos esperaba era una guerra en la mismísima Europa? El futuro está por escribir por más que nos empeñemos en adivinar lo que va a ocurrir.

Suscríbete para seguir leyendo