La lagarta «seca» el pinar de El Paso

El Cabildo mantiene la atención sobre esta plaga que prácticamente ya ha secado el Pinar de Enrique, una zona muy próxima a la zona afectada por el Tajogaite

Una imagen de la zona afectada por la lagarta canaria.  | | EL DÍA

Una imagen de la zona afectada por la lagarta canaria. | | EL DÍA / Ramón Pérez

Los agentes de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma vigilan la plaga que protagonizan estos días las orugas de la mariposa conocida como la lagarta canaria y que prácticamente ya ha secado el Pinar de Enrique, en El Paso, próximo a la zona afectada por el volcán Tajogaite. Esta situación ha generado una gran inquietud y preocupación entre los vecinos que temen daños irreparables para los árboles.

La resiliencia del pino canario, con la que no pudo la erupción del volcán Tajogaite, se ha visto afectada por una plaga de la conocida como lagarta, que prácticamente ha secado una extensa zona de pinar en los montes del municipio de El Paso. Desde hace varias semanas, funcionarios del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma se encuentran realizando el seguimiento de la zona conocida como Montaña Enrique, que se está viendo afectada por las orugas de una mariposa, conocida como lagarta canaria del pino (Calliteara fortunata). Recibe este nombre por lo llamativo del daño que causa en los pinares a los que les da el aspecto de que se están secando. Esta situación ha generado una gran inquietud y preocupación entre los vecinos de la zona que temen un daño irreparable para estos árboles.

Esta mariposa, de hábitos nocturnos, es una especie endémica del Archipiélago y está presente en todos los pinares durante todo el año. El daño a los pinos lo causan en su fase de oruga en la que se comen las acículas de los árboles y perforan sus yemas provocando que éstas se sequen. Cuando sus poblaciones están en límites normales», esos daños pasan desapercibidos, pero cuando tienen un crecimiento anormal la afección es mucho más llamativa.

En principio, más allá del daño temporal que causa a los pinos, la presencia de esta especie no representa ningún riesgo grave para los pinares que, con el paso de los meses, se recuperan sin mayor problema. No obstante, es cierto que pueden morir algunos ejemplares jóvenes o que se encuentren débiles por otras afecciones.

A pesar de la alarma, esta no es la primera vez que se cuenta con un caso de estos en La Palma. El último episodio que se recuerda fue a principios del año 2007, en la zona del Hoyo de La Sima, también del municipio de El Paso. En aquel momento, la plaga afectó a una gran superficie de pinar.

Motivo

El motivo de este aumento de su población, según comentan los agentes de Medio Ambiente del Cabildo palmero, puede ser debido, probablemente, a la conjunción de varios factores: el incendio forestal que afectó a esa zona en el año 2012; los años de sequía; el efecto de la ceniza y la lluvia ácida consecuencia de la erupción del volcán Tajogaite; la destrucción del hábitat y refugio de otras especies como aves, murciélagos e insectos, que se alimentan de esta especie, consecuencia también de la erupción; y las olas de calor de este año que han debilitado a los pinos y favorecido el aumento de la población de esta mariposa.

Estos expertos adelantan, además que, en cuanto llegue la época de lluvias y frío, las orugas detendrán su avance e irán muriendo. Mientras tanto, los agentes de Medio ambiente recomiendan a los vecinos que tengan precaución, en especial a las personas mayores, niños o personas con alergia, ya que los pelillos de las orugas son urticantes, pican y podrían provocar algún tipo de reacción alérgica. Aconsejan, también, tener cuidado con las mascotas puesto que los pelillos de las orugas les pueden hacer daño si los comen o los respiran. Por todo ello, lo ideal es evitar caminar por las zonas afectadas hasta que la situación se estabilice.

El Cabildo de La Palma también agradece el interés y la preocupación que han demostrado los vecinos de la zona alertando de la presencia de estas orugas a los agentes forestales. De este modo se ha demostrado una vez más la implicación de los ciudadanos de la Isla en la protección y cuidado del patrimonio natural.

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