Localizan las dos fallas que influyeron en la erupción del volcán Tajogaite

El geólogo Miguel Ángel Rodríguez Pascua y su equipo estudian las grietas en terrenos y casas desde 2016

Hasta ahora han localizado más de 350 fracturas

Miguel Ángel Rodríguez Pascua, geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

Miguel Ángel Rodríguez Pascua, geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). / E. D.

P. F.

El geólogo Miguel Ángel Rodríguez Pascua y su equipo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) localizaron las dos fallas que influyeron de manera fundamental en la erupción del Tajogaite en La Palma entre septiembre y diciembre del año 2021. El descubrimiento y la publicación en una revista científica se han dado después de casi ocho años de trabajos sobre el terreno por parte de dichos científicos. Ambos campos tectónicos confluyen en el subsuelo bajo el cono del mencionado volcán.

En todo este tiempo los investigadores han descubierto más de 350 fracturas repartidas en 40 estaciones de medidas analizadas desde 2016. Rodríguez Pascua señala que las citadas fallas geológicas están bajo La Palma desde hace decenas de miles de años, «desde antes de que el homo sapiens pisara la Isla, y seguirán estando ahí siempre; para siempre en la escala humana, claro».

Después de cinco años de recabar información previa, la última salida de lava a la superficie en La Palma permitió saber cómo se comportaba la erupción en relación a las fracturas.

Un plano nuevo

Si en un primer momento los estudios geológicos del IGME se habían centrado en la falla de Tazacorte (TZF, en su denominación científica abreviada en inglés), más de dos meses después del inicio de la erupción «se dio paso a un plano nuevo», comenta Rodríguez Pascua. A raíz de éste, se vieron afectados enclaves como Las Manchas, Coranzoncillo o el cementerio. «Y así nos dimos cuenta de la segunda falla, la de Mazo» (denominada como MZF).

Vecino de El Paso

En marzo del año 2022, el Ayuntamiento de El Paso avisó a los profesionales del Instituto Geológico y Minero para darles a conocer el caso de un vecino que estaba muy preocupado por las grietas que apreciaba en el exterior de su casa. Las mismas se debían a la acción de la falla de Tazacorte.

Ambos campos tectónicos tienen el "potencial" de causar terremotos moderados

El equipo de Rodríguez Pascua empezó a colocar puntos de medida, unos fisurómetros de precisión, «y ahí nos dimos cuenta de que las fallas tenían un movimiento lento y sin sismicidad asociada».

Tanto la falla de Tazacorte como la de Mazo se mueven a una velocidad de entre 0,5 y 3 milímetros al año.

Publicación científica

La información recogida en estos últimos ocho años se publicó el pasado lunes en la revista especializada Applied Science, bajo el título Fallas activas, cinemática y evolución sismotectónica durante la erupción del Tajogaite.

El artículo está firmado por Rodríguez Pascua, Raúl Pérez-López, María Ángeles Perucha, Nieves Sánchez, Julio López-Gutiérrez, José F. Mediato, David Sanz-Mangas, Gonzalo Lozano, Inés Galindo, Juan Carlos García-Davalillo, Carlos Lorenzo Carnicero y Marta Béjar.

Creen que, de cara a la reconstrucción, es clave saber que la actividad volcánica sigue tras la erupción

Parte de la labor de Miguel Ángel y su equipo consiste en colocar testigos de escayola en las grietas para saber cómo se mueven las citadas fallas. Pero advierte de que quienes tienen que decir qué casas quedarán inservibles son arquitectos.

Uno de los campos tectónicos tiene dirección Noroeste-Sureste (falla de Tazacorte), mientras que el otro posee una tendencia del Noreste hacia el Suroeste (falla de Mazo). En el primero se aprecia una extensión «atlántico regional», mientras que en el segundo se trata de un campo tectónico local.

Facilita los pronósticos

En el estudio se concluye que «la utilización del análisis estructural de campos de tensión tectónica en regiones volcánicas activas nos permite pronosticar áreas con una alta probabilidad de formación de centros volcánicos y posibles orientaciones de emplazamiento de diques».

Los investigadores del IGME consideran que el campo tectónico atlántico (falla de Tazacorte) juega un papel crucial en la dinámica eruptiva de La Palma, «como lo demuestra la orientación del emplazamiento del dique principal (Noroeste-Sureste)» durante las emisiones de lava.

El estudio de dichos científicos también concluye que las citadas fallas «tienen el potencial de provocar terremotos moderados».

Además, se han cartografiado los movimientos posteriores a la erupción, «lo que subraya que la actividad volcánica continúa más allá de la fase eruptiva».

Los investigadores del Instituto Geológico y Minero de España señalan que dicha circunstancia «es fundamental para los esfuerzos de reconstrucción posteriores al desastre y para restablecer la normalidad para los habitantes de la Isla entre erupciones volcánicas».