Un estudio de la ULL aporta nuevos datos sobre el yacimiento de Belmaco

Una investigación geoarqueológica de la Universidad de La Laguna reconstruye las actividades que los aborígenes llevaron a cabo en la cueva ubicada en la Villa de Mazo

Panorámica de la cueva ubicada en el municipio de Mazo.

Panorámica de la cueva ubicada en el municipio de Mazo. / E. D.

Un nuevo artículo de investigación, publicado en la revista Geoarchaeology acerca de uno de los yacimientos aborígenes más emblemáticos de La Palma, la Cueva de Belmaco en la Villa de Mazo, muestra cómo se han aplicado técnicas microscópicas y moleculares de la geoarqueología, química orgánica y química inorgánica para reconstruir las actividades que los auaritas llevaron a cabo en ese entorno. Este estudio ha corrido a cargo del equipo de investigación del Laboratorio de Micromorfología y Biomarcadores Arqueológicos (AMBI Lab) del Instituto Universitario de Bio-Orgánica Antonio González de la Universidad de La Laguna, en colaboración con el Grupo de trabajo de Geoarqueología de la Universidad de Tübingen (Alemania).

Una combinación de técnicas de alta resolución como la micromorfología de suelos, el análisis de biomarcadores lipídicos e incluso análisis mineralógicos y elementales como la difracción y fluorescencia de rayos X han permitido detectar un depósito de estabulación en la zona central de la cueva que fue periódicamente quemado para su desparasitación y reutilización durante al menos 600 años. Se traa de un depósito arqueológico que se conoce como fumier en la jerga de la geoarqueología y que ha sido documentado numerosas veces en yacimientos Neolíticos y de la Edad del Bronce en la Península Ibérica. Asimismo, se ha podido determinar el uso de pinocha de pino canario (Pinus canariensis) como combustible para la realización de dichas quemas, así como una combinación de minerales muy inusual como consecuencia de los diversos aportes de materia orgánica en una cueva volcánica como es Belmaco.

Dos especialistas de la Universidad de La Laguna trabajan en el yacimiento. | | E.D.

Dos especialistas de la Universidad de La Laguna trabajan en el yacimiento. | | E.D. / El Día

Por otra parte, el registro molecular y microscópico que se ha llevado a cabo ha permitido una aproximación al uso del entorno y explotación de recursos forrajeros por parte de los aborígenes palmeros, lo que contribuye a la mejor comprensión de su actividad pastoril. Al mismo tiempo, este estudio ha permitido corroborar un uso de la cueva de Belmaco como redil desde tiempos prehistóricos, probablemente ligado a una ocupación doméstica en la zona norte de la misma, donde una gran cantidad de material arqueológico fue descubierta por el arqueólogo Luis Diego Cuscoy en los años 60 del siglo pasado.