El Tajogaite registra temperaturas extremas a los dos años de la erupción
El termómetro supera en algunos puntos del edificio volcánico los 500 grados centígrados
Casi dos años después de que se iniciara la erupción del Tajogaite y 20 meses de que dejara de emitir lava y piroclastos su cono y se diera por concluido el proceso eruptivo, se siguen registrando altísimas temperaturas en sus coladas, que superan los 500 grados centígrados, y que retrasan los procesos de recuperación de este territorio.
Su cono mantiene los colores negro y amarillo del azufre. Alguna columna de humo se puede apreciar prácticamente todos los días proveniente de su proceso de desgasificación. Pero la negrura que dejaron sus coladas tendrá que esperar a ser ocupada mientras se sigan registrando estas altas temperaturas bajo unos pocos metros de la superficie.
Científicos de distintas entidades siguen sus estudios y comprobando periódicamente esta situación, pero sin capacidad para establecer un marco temporal, lo cierto es que actualmente se siguen registrando temperaturas altísimas, apreciándose incluso desde la superficie como sigue existiendo lava al rojo vivo en la parte sur del Tajogaite.
Fracturas en el terreno
Sobre el terreno se puede comprobar la existencia de fracturas que se han ido produciendo la superficie afectada del volcán y que son propias del comportamiento posteruptivo debido a la inestabilidad del edificio que se formó en pocas semanas. Son precisamente en esas fracturas donde se sigue monitorizando la temperatura.
Estas cifras y el nuevo modelo termográfico se han podido obtener mediante el uso de una cámara térmica de alta resolución acoplada a un VANT (dron) después de realizar varios vuelos térmicos sobre el edificio de Tajogaite, informó el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). En algunos jameos se pudo observar incandescencia, indicando temperaturas superiores a los 500ºC. En este modelo también se puede observar como las fracturas de los cráteres desprenden más temperatura.
Estas campañas periódicas permiten evidenciar la evolución del sistema de fracturas superficiales debidas a la contracción térmica del edificio volcánico y que permitirá determinar la tasa de enfriamiento del mismo.
Este es un proceso fundamental para conseguir controlar los tiempos de enfriamiento y posibles accesos a las zonas más cercanas al cono o el centro de las coladas, mientras que la recuperación de nuevas carreteras, zonas agrícolas o incluso la ocupación para nuevas construcciones de viviendas siguen esperando. La realización de esta actividad ha sido posible gracias a la colaboración de Juan Cutillas (piloto de dron) y al proyecto Volriskmac II cofinanciado por la Comisión Europea.
Otra de las cuestiones que sigue preocupando, no sólo a los científicos, sino también a los responsables políticos y a la propia ciudadanía, es las emisiones de gases en las zonas de costa del Valle de Aridane. Concretamente los núcleos de Puerto Naos y La Bombilla mantienen a más de 1.000 personas desalojadas desde que se produjera la erupción. Allí se están desarrollando varias medidas para intentar recuperar paulatinamente espacios. Una de estas acciones es la ventilación forzada de bajos y garajes que, con buenos resultados, se ha tornado en la principal solución para permitir la paulatina vuelta de vecinos.
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