El complejo ambiental de Los Morenos de La Palma, al límite de capacidad

Se trata de la única instalación de gestión de residuos en la Isla

Complejo ambiental de Los Morenos, en Villa de Mazo.

Complejo ambiental de Los Morenos, en Villa de Mazo. / El Día

Ya no cabe más basura. El complejo ambiental de Los Morenos, en Villa de Mazo, ha alcanzado el límite de su capacidad y se hace necesaria una actuación urgente que posibilite ampliar la vida útil del único centro de recogida y reciclaje de residuos en La Palma.

La única celda existente donde se vierten los residuos de rechazo, es decir, la basura de origen doméstico que no se puede reciclar, está al límite de su capacidad y se hace necesario reducir de manera drástica el actual ritmo de vertido, incrementado en los últimos meses, entre otras causas, por la entrada de residuos voluminosos provenientes principalmente del Valle de Aridane, tras la reciente erupción volcánica.

Tras la erupción, cuando los vecinos de las zonas evacuadas se incorporaron progresivamente a sus viviendas, se produjo un importante incremento de residuos voluminosos que aceleró el acortamiento de la vida útil de la actual celda de vertido.

Estas circunstancias extraordinarias han llevado a solicitar al Gobierno de Canarias la declaración de la emergencia medioambiental a propuesta de la consejera de Servicios y Cambio Climático, Nieves Rosa Arroyo, mientras se trabaja en la toma de medidas urgentes y necesarias para alargar la vida útil de la única celda de vertido. La opción es la ejecución de otra celda de transición, unos trabajos que se prolongarán unos dos años.

Para lograr este objetivo se ha dotado al Complejo Ambiental de Los Morenos de una prensa embaladora de rechazos que permitirá compactar los residuos para reducir su volumen y, por tanto, ocupen menos espacio tanto en la actual celda de vertido como en la de transición, de manera que este nuevo espacio pueda acoger los residuos que genere la Isla el tiempo que se tarde en planificar la siguiente celda de vertido.

Con la nueva celda de transición abierta, se seguirán compactando los residuos para que su llenado sea más lento. Además, al compactar los residuos prácticamente se anulan los volados de plásticos cuando se depositen los rechazos en la celda para no afectar al monumento natural Montaña del Azufre. Igualmente, el empaque posibilita su transporte por vía marítima hacia otras instalaciones, algo que ahora no sucede.

Para lograr estos objetivos, el Consorcio de Servicios de La Palma continúa dando pasos para la implantación del modelo de recogida de residuos puerta a puerta en los núcleos urbanos de Los Llanos de Aridane y Santa Cruz de La Palma. Para ello, ha encargado los estudios de detalle, como paso previo a la migración hacia un sistema que, según los estudios de viabilidad ya elaborados, es el más óptimo para alcanzar unos niveles de recogida selectiva superiores al 70 por ciento.

Así lo asegura la consejera de Servicios y Cambio Climático del Cabildo de la Palma, Nieves Rosa Arroyo, quien recalca la apuesta por un cambio de paradigma en el modelo de gestión de los residuos en la Isla con un sistema de recogida no solo adaptado a las singularidades del territorio, sino que permita «reducir de manera drástica la basura que acaba en el Complejo Ambiental de Residuos de Los Morenos, que en estos momentos se encuentra al límite de su capacidad», destacó.

Un equipo multidisciplinar de la consultora SPORA Serveis Ambientals, junto con técnicos del Consorcio de Servicios, están ya analizando los datos de los que se dispone, así como la cartografía de los dos municipios como paso previo al trabajo de campo que les permitirá caracterizar con mucho detalle las dos ciudades de la Isla y plantear soluciones personalizadas y específicas para cada uno de los generadores de residuos que se identifiquen, referidos a edificios, viviendas diseminadas, actividades económicas y equipamientos.

Lo que sí tienen claro los técnicos es que los modelos de recogida puerta a puerta estarán basados en la corresponsabilidad y la pérdida del anonimato, lo que permitirá la identificación de los generadores para en el futuro establecer el pago por generación.

La recogida de residuos urbanos se está llevando a cabo mediante un sistema de contenedores abiertos en la vía pública, de manera anónima y voluntaria, lo que está demostrado que no favorece a la recogida selectiva y, además, impide que se puedan establecer incentivos para quienes separan de una manera correcta en origen.

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