La Casa Anchieta, en La Laguna, albergará al final un museo sobre el santo

El grupo de gobierno de La Laguna (PSOE-CC) y también la oposición han dado el visto bueno a que la Casa Anchieta albergue finalmente un museo sobre el santo lagunero. «Todos los grupos políticos que componen el Pleno del Ayuntamiento de La Laguna han acordado, en reciente Junta de Portavoces, destinar la casa natal del Padre Anchieta a la creación del primer Centro de Interpretación de las Islas sobre la figura de este ilustre santo lagunero del siglo XVI», informó el Consistorio lagunero en una nota.

«Las distintas formaciones respaldan, así, la moción institucional promovida, entre otras asociaciones y entidades, por la Hermandad de Caballeros de San José de Anchieta y que se elevará para su aprobación al Pleno en la sesión de este jueves», añadió la institución local.

Esto se produce después de que un acuerdo plenario estableciese ese uso y se desarrollasen unas obras de rehabilitación y adaptación para ese objetivo. Sin embargo, las alarmas saltaron cuando el pasado 31 de enero el Ayuntamiento anunció en una nota que había recepcionado el inmueble tras los trabajos y el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, expresaba en ella: «En estos momentos el gobierno municipal está valorando diferentes opciones para darle al inmueble un uso vinculado al patrimonio de la ciudad».

Gutiérrez celebró ayer la «unanimidad de un acuerdo que pone fin a las especulaciones sobre el uso de un edificio estrechamente vinculado a la figura de San José de Anchieta, uno de los personajes históricos más relevantes de La Laguna por su labor evangelizadora en Brasil, y que atiende a la propia demanda de la sociedad civil de contar con un espacio dedicado a su figura».

El comunicado también expone que «este acuerdo unánime pondría fin a la solicitud de otros colectivos y entidades sobre el uso de esta edificación, declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, que se encontraba en estado de abandono y que ha sido recientemente restaurada». Con una superficie de 953 metros cuadrados en dos alturas, la casa se encuentra en el número 10 de la calle Quinteras y dentro del perímetro de la ciudad declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Los trabajos de recuperación de este inmueble histórico, en el que residió el jesuita y misionero durante sus primeros catorce años de vida, y que ha sufrido sucesivas intervenciones históricas, han supuesto una inversión superior a los 700.000 euros.