Los Reyes Magos recorren La Laguna en una tempranera y abarrotada cabalgata

Sus Majestades comparten una jornada completa con los más pequeños del municipio

Visita de los Reyes Magos a La Laguna

Carsten W. Lauritsen

D. Ramos

Melchor, Gaspar y Baltasar recorrieron este viernes a pie y en carroza el casco histórico de La Laguna. Cumplieron con su cita anual con la Ciudad de los Adelantados y, sobre todo, con los más pequeños, los verdaderos protagonistas de estos días. La cabalgata estuvo marcada por su horario más tempranera de lo habitual (a las 17:00 en lugar de a las 18:00 horas) y por la elevada presencia de espectadores, como viene ocurriendo desde hace algunos años en la mayoría de actos destacados que tienen lugar en el casco histórico.

El recorrido por las calles más céntricas de la ciudad fue el colofón a una jornada que empezó desde por la mañana con el recibimiento a los Reyes Magos y que continuó en el encuentro que Sus Majestades mantuvieron con los más pequeños en el exterior del Ayuntamiento, el traslado hasta el Santuario del Cristo, la adoración al Niño Jesús de los Afligidos y, por último, la cabalgata. Un día de ilusión infantil en estado puro.

Tarde de cabalgata. El momento más esperado por los niños y no tan niños dio comienzo hacia las 17:15 horas. El mejor indicador de la alta afluencia de espectadores era la presencia de estos incluso en el mismo tramo de la plaza del Cristo. Esa zona inicial se caracterizó también por estar preparada para personas con hipersensibilidad auditiva, por lo que los grupos participantes en el desfile no realizaban ruido. No era la única iniciativa por la discapacidad. También se habilitó el Punto Naranja de la plaza del Adelantado, «con intérpretes de lengua de signos y servicios para cualquier tipo de discapacidad», según explicaron desde el Consistorio lagunero.

«Ahora llega el gran reto final», decía el concejal de Fiestas, Dailos González, en los prolegómenos del acto. «Hemos trabajado mucho para esto», manifestó en referencia a una puesta en escena que ya de forma habitual viene siendo foco de críticas por unas cosas o por otras. La falta de caramelos que, en opinión de algunos espectadores, se produjo el pasado años sí que, al menos al comienzo de la cabalgata, parecía corregida. Sus Majestades de Oriente habían llegado con abundantes provisiones de caramelos de goma. Hasta 2.500 kilos tenían previsto repartir, según precisaron desde el Consistorio lagunero.

El inicio lo marcaron las campanas del Santuario del Cristo.. Comenzó un desfile con seis carrozas y, en general, sobre las líneas maestras de los últimos años en cuanto a participantes y creatividad. Lo abrían la Banda de Cornetas y Tambores San Miguel, pajes con estandartes de colores, carteros de Correos recogiendo cartas, el Grupo Coreográfico Aguamarina y una carroza de Disney. En ella viajaban Mickey, Minnie, Pluto, Pinoche, Gepeto y Pepito Grillo.

La cabalgata seguía con otro grupo coreográfico (En Paralelo Danza), unos superhéroes, un camión de bomberos, las majorettes del Ballet Lenita Lindell, una banda, coches tipo buggies de colores y el primero de los tres Reyes Magos, Melchor, precedido por su corte. Y, con él, gritos, emoción y petición de caramelos de los más pequeños. A continuación se encontraba una zona en la que el protagonismo era para unos personajes con forma de galletas. Detrás, Gaspar, su equipo de trabajo y un ballet. Más caramelos. Y muy cerca, Baltasar, ubicado detrás de Jurassic Laguna y de unos figurantes hawaianos. Cerraban la comitiva la antinavidad o, lo que es lo mismo, el coche Grinch y el carro del carbón.

Enfiló la cabalgata la calle Nava y Grimón, subió Herradores y bajó La Carrera, hasta volver nuevamente a la plaza del Cristo, antes de dar paso a una noche de muchísimo trabajo para los Reyes Magos de Oriente. Entre medias, algún amago de lluvia, en forma de finísimas gotas en una tarde en la que las temperaturas fueron bajando. Sin embargo, la cosa no pasó a mayores.

Mañana de recibimiento. Antes de la cabalgata, los Reyes Magos habían llegado al centro histórico de La Laguna hacia las 11:30 horas. Y, cómo no podía ser de otra forma tratándose de tan distinguidos visitantes, fueron recibidos en el exterior del Ayuntamiento por el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, que les dio la bienvenida y las llaves mágicas de la ciudad para que durante la madrugada pudiesen entregar sus regalos y llenar de felicidad los hogares laguneros. Les esperaban una multitud de niños con la lógica emoción de ver de cerca a los soberanos de Oriente y, en algunos casos, hacerles llegar sus cartas. Aunque ese tipo de entregas parecen demasiado tardías y con poco margen para que los Reyes Magos puedan gestionar debidamente los pedidos, todo apunta a que serán atendidas como merecen y como solo saben hacer los Magos de Oriente.

Luis Yeray Gutiérrez agradeció a Melchor, Gaspar y Baltasar que un año más no faltaran a esta cita con la población del municipio, con la que les une una larga tradición. Por su parte, Melchor trasladó la alegría y emoción que supone para él y sus compañeros volver a estar en La Laguna. Salvando las barreras idiomáticas sin demasiado problema, el soberano compartió el noble deseo de que la paz se extienda por todo el mundo, especialmente entre las familias más vulnerables y las que están padeciendo las consecuencias de una guerra.

La comitiva real atendió a los más pequeños en los arcos del Ayuntamiento hasta las 14:30 horas, cuando subieron a firmar el libro de oro del Consistorio. Se tomaron entonces un pequeño descanso y a las 15:30 horas pusieron dirección a la plaza del Cristo junto a sus camellos. Si bien el año pasado habían ido sobre estos animales, este año lo hicieron caminando. Preguntado al respecto, el concejal de Fiestas apuntó que técnicos y camelleros les habían dicho que no había inconveniente en ir a lomos de ellos, pero que los Reyes Magos optaron por cubrir el recorrido a pie. Ya en el Cristo realizaron el acto de adoración al Niño Jesús de los Afligidos.