El incierto futuro de las excavaciones de la Catedral de La Laguna

La Asociación Casco Histórico pide la musealización del espacio mientras que Urbanismo ve inadecuado el proyecto

La zona de excavación ubicada junto a la calle Bencomo.

La zona de excavación ubicada junto a la calle Bencomo. / María Pisaca

Las zonas de excavación arqueológica de la plaza de la Catedral tienen un futuro incierto. Son tres puntos cuyo origen está en los hallazgos que se produjeron durante las obras de remodelación ejecutadas en este espacio público entre 2013 y 2014. Quedaron entonces al aire y vallados en espera de realizar prospecciones. Pasó el tiempo y se sellaron con cemento. Transcurrió más tiempo y, ya en 2017, se desarrolló una excavación arqueológica junto a la calle Bencomo. Se encontraron diferentes piezas, se celebró el resultado y se cubrió el lugar en 2018 con una lona para determinar qué hacer. Y hasta hoy. 

La Asociación de Vecinos Casco Histórico ha mostrado en este tiempo su preocupación y una petición clara: la zona excavada debe ser musealizada. Así lo ha expresado en varias ocasiones el presidente del colectivo, Pablo Reyes, que el pasado mes volvió a insistir por cauces oficiales. En un escrito presentado en el Ayuntamiento de La Laguna solicita que se reconsidere la negativa a crear un espacio expositivo, que se debata el asunto en el Consejo de Patrimonio Cultural y que se encargue un nuevo informe ajeno a las partes. «No se debe usurpar la posibilidad de disfrutar de los restos encontrados en la excavación y que forman parte de la historia de nuestra ciudad», defiende el dirigente vecinal.

La petición de Reyes de un nuevo informe es consecuencia del camino previo. En junio de 2021, la entidad ciudadana que lidera recibió un documento de Urbanismo cuyo contenido no comparte. Ante eso, en julio del pasado año, la Asociación pidió el encargo de otro informe, pero no obtuvo respuesta. En concreto, la Gerencia había mantenido que las soluciones arquitectónicas para la musealización generan un «notable impacto visual y pérdida de las características tipológicas del espacio público». Pablo Reyes se pregunta en el escrito presentado el pasado mes de marzo: «Si es así, ¿cómo se autorizó la excavación cuando ya estaba aprobado el PEP [Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de La Laguna]?».

Reyes también plantea en ese último documento: «Nos parece poco consistente que la excavación y su musealización provoquen problemas en los cimientos de la Catedral. Hoy día pensamos que hay fórmulas constructivas de aislamiento, más cuando la profundidad de la excavación no tiene más de 50 centímetros ni está pegada a los muros. La alusión al tipo de materiales, a la zona de sombra, así como a la extensión de la actuación en la plaza, nos parecen argumentos poco consistentes y, en tal caso, modificables». 

Pese a los reiterados intentos de este periódico durante meses por conocer la postura del Ayuntamiento en este asunto, ha sido imposible. Por su parte, los documentos de Urbanismo recogen, en esencia, que la musealización no es una buena opción. En ese sentido, señalan desde la Gerencia que las soluciones arquitectónicas «generarían un notable impacto visual y una pérdida de las características tipológicas del espacio público, con lo que se verían alterados la configuración espacial de la plaza y su valor patrimonial, entendiéndose, en consecuencia, que no se ajustan a las determinaciones del vigente Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico».

Los motivos de Urbanismo

Observa Urbanismo que, de llevarse a cabo la actuación, se alteraría «el espacio de uso y disfrute público propio de la función de plaza», e indica que se introducen elementos constructivos como el vidrio y el acero «incoherentes con el resto de materiales existentes» y que con el proyecto «no se respetan las proporciones ni responde a una organización del espacio que tome como referencia primordial a la propia iglesia Catedral». Y zanja: «En consecuencia, no se adaptan a las determinaciones del vigente PEP».

Uno de los datos que figuran en los documentos de la Gerencia es que un representante del Obispado de Tenerife, apoyado en datos del arquitecto que se encargó de la rehabilitación de la Catedral, manifestó en una reunión del Consejo Municipal de Patrimonio «su disconformidad con la propuesta planteada en la medida en que supone una grave afección a la consolidación estructural del edificio generando filtraciones de agua y humedades cuyas consecuencias serían de carácter irreversible a la vista del tipo de construcción». 

Entretanto, la salida por la que se decanta Urbanismo es la de mostrar la excavación en internet: «La necesidad de divulgar las conclusiones del relevante e interesante estudio arqueológico se puede resolver mediante otros instrumentos menos invasivos a través de paneles o placas que, convenientemente instalados, remitan vía web al documento elaborado por el equipo arqueológico». 

Sea una u otra la solución, y mientras se toma una decisión, la zona excavada permanece tapada con la lona y un cartel con pintadas vandálicas da cuenta de los trabajos realizados. Menos posibilidades museísticas parecen tener, si cabe, los puntos que se sellaron con cemento.

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