Conflicto en el este de Europa

Félix Arteaga, investigador del Instituto Elcano: "En una guerra de desgaste como la de Ucrania, el que tiene más medios y recursos es el ganador"

Cuando se cumplen dos años de la invasión de gran alcance del país eslavo por parte de Rusia, analizamos de la mano de expertos las claves de un conflicto sin final a la vista

Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano.

Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano. / REAL INSTITUTO ELCANO

Laura Puig

Este 24 de febrero se cumplen dos años de la invasión a gran escala de Ucraniapor parte de RusiaFélix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano ofrece para El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, algunas de las claves de un conflicto que ha supuesto un seísmo para los equilibrios geopolíticos y cuyas consecuencias a largo plazo todavía se desconocen.

¿En qué punto se encuentra actualmente la guerra de Ucrania?

El punto actual es de estancamiento, donde la capacidad de defensa prima sobre la ofensiva. Es un estancamiento con una ligera inflexión a favor de Rusia, que poco a poco va imponiendo su capacidad militar y cuenta con mayores recursos. Ucrania consiguió dar la vuelta a su desventaja inicial en otoño de 2022, pero ahora estamos en la situación opuesta.

¿Cómo ha afectado esta guerra al tablero global?

La invasión de 2022, a diferencia de la de 2014, ha movilizado a las potencias occidentales. Sorprendentemente, la respuesta ha sido muy decidida y se ha mantenido la unidad. Las potencias revisionistas han estrechado sus relaciones, sobre todo las militares (de Rusia) con Irán y Corea del Norte. Con China, Rusia ha mantenido el apoyo diplomático, pero se están distanciando porque las sanciones empiezan a causar efecto. Y el llamado Sur Global no ha hecho causa común. También se ha acentuado la brecha entre Occidente y las potencias revisionistas. Rusia no es un rival geopolítico para Occidente, pero militarmente sí lo es porque le obliga a desarrollar una capacidad militar que hasta ahora no precisaba. Y pone en duda su capacidad de mantener los apoyos necesarios para que Ucrania no salga derrotada.

¿Qué impacto ha tenido la guerra de Gaza en el conflicto rusoucraniano?

Ha consolidado un poco más la división entre los bloques, pero es pronto para saber el efecto.

Recientemente, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha relevado al jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhni, por las supuestas discrepancias entre ambos. ¿Puede eso afectar al desarrollo de la guerra?

Hay un fondo de verdad porque hay elecciones en el horizonte, ambiente electoral (estaban previstas para el 31 de marzo). Al principio Zelenski era una figura única, ahora ha cambiado la situación y parece que Zaluzhni, que generaba menos expectativas, ha subido enteros. Aunque harán lo posible para no evidenciar las contradicciones, existe la posibilidad de que Zaluzhni se presente a las elecciones. Estas dudas internas afectan al apoyo exterior. Enrarecen el clima.

A los aliados del país eslavo cada vez les cuesta más aprobar nuevas ayudas. ¿Puede aguantar Ucrania el embate ruso sin tantos recursos?

En la parte civil se han mantenido los objetivos con la ayuda financiera para mantener al país en marcha. En la parte militar, es más complicado. Al principio es fácil transferir los depósitos de munición y equipos a Ucrania, pero cuando hay que producir hay que acudir a la fabricación conjunta o la compra conjunta y eso provoca problemas. La diferencia principal es que Rusia ha ido poniendo más hombres, más medios y más equipos sobre el terreno, ha aprendido bien de sus errores, ha abandonado la mentalidad defensiva de urgencia. Por contra, es difícil que a Ucrania se le pueda ayudar con medios decisivos. El ritmo de reposición es demasiado elevado para mantenerlo en el tiempo. En una guerra de desgaste, el que tiene más medios y recursos es el ganador.

Algunas voces hablan de un posible plan de paz a cambio de que Ucrania acepte una renuncia territorial.

La capacidad de asumir esa situación depende mucho de la situación sobre el terreno. En el momento actual de estancamiento no se considera. Los aliados no quieren presionar directamente a Ucrania. Pero el Gobierno de Zelenski tiene que hacer cálculos porque si el balance militar se vuelve más adverso, la posibilidad de llevar a cabo una negociación se ve más complicada. No obstante, mientras el Gobierno cuente con el apoyo de la población se mantendrá la negativa a renunciar a su territorio.

¿Qué puede significar para esta guerra una victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU de noviembre?

Por un lado, su Administración (2017-2021) ya se mostró reacia a intervenir en guerras que no son las suyas, por lo que (si gana) puede acabar pasando la responsabilidad a los europeos. Pero también es cierto que dejar de apoyar a Ucrania demostraría que EEUU ya no es un aliado fiable. Y si no lo es en Ucrania, no lo será en Israel frente a Hamás, ni en Taiwán frente a China, y esa falta de fiabilidad tendría un coste. Empeñado como está Trump en la competición geopolítica con China, la percepción de una potencia que se retira y no respeta promesas le restaría puntos. Aceleraría la desconexión entre Occidente y la marcha de EEUU hacia el aislamiento. Un coste excesivo, pero cuando lo que cuenta es la improvisación, cuando se mira a corto plazo y no se aceptan consejos, es lo que puede ocurrir.

¿Hacia dónde va la guerra? ¿Qué escenarios de futuro augura?

Depende mucho de la dirección estratégica de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Si las prioridades de inversión se dirigen a asegurar la defensa aérea del territorio, si las inversiones se orientan a preservar esa situación, se podría alargar en el tiempo. Pero si la inversión va dirigida a intentar ganar terreno, eso iría en contra de Ucrania. Si se quiere actuar en todos los frentes, habrá que desproteger algo. Habrá que tomar decisiones que no gustan, hacer sacrificios.