Giro político radical

"Comienza una nueva era". Javier Milei jura como presidente argentino en medio de fuertes expectativas y zozobras

El ultraliberal comienza este domingo su mandato de cuatro años en la Casa Rosada

Javier Milei jura "por Dios y por la patria" su cargo como presidente de Argentina

PI STUDIO

Abel Gilbert

"Viva la libertad, carajo. A ponerse de pie que vamos a salir". El ultraderechista Javier Milei se ha convertido esta mañana en presidente argentino, 40 años después de concluida la última dictadura militar. Las mieles del festejo fueron breves. El "peluca", como lo llaman sus seguidores, anunció frente a sus invitados internacionales un shock económico sin contemplaciones que apenas ofrece la promesa de una incierta luz al final del túnel. "Los argentinos expresaron de manera contundente una voluntad de cambio que ya no tiene retorno. Hoy comienza una nueva era, damos por terminada una triste historia de decadencia y declive. Enterramos décadas de fracaso", dijo al país, en las escalinatas del Congreso.

Previamente, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner había sido la encargada de tomarles juramento a Milei y a su sucesora, Victoria Villarruel. El extertuliano y economista recibió luego los atributos de mando de un adusto Alberto Fernández, quien concluyó su gestión en medio de una enorme impopularidad y que deja como herencia 45% de pobres y una inflación del 150%. Mile se colocó la banda presidencial el Día Internacional de los Derechos Humanos, un ideario con el cual, al igual que Villarruel, ha expresado escasa empatía. Esa desconfianza a los rituales de Estado de las últimas cuatro décadas quedó expresamente manifestada en asociar a esa fecha de diciembre con la fiesta de Janucá con la que la comunidad judía recuerda la recuperación del GranTemplo de Jerusalén hace 22 siglos. "El triunfo de los débiles sobre los poderosos. La verdad sobre la mentira". Aseguró en ese sentido que su gestión se guiará por esos preceptos y por eso no quiere ocultar que se vienen tiempos difíciles.

Milei llegó a la legislatura y la abandonó en un automóvil descapotable acompañado de su hermana Karina, una suerte de sostén emocional y organizativo que tendrá un papel protagónico en las sombras en la administración entrante. Conocida como El Jefe, este domingo se desempeñó también como una suerte de Primera Dama. La novia del presidente, la imitadora Fátima Florez, observó los acontecimientos desde lejos. "Olé, olé, Milei, Milei", lo saludaron a su paso sus seguidores, agitando banderas argentinas. "La casta tiene miedo", también cantaron, recordando la consigna que lo ha llevado al poder.

La asunción presidencial fue acompañada por la flor y nata de la ultraderecha global. Una de las novedades de los fastos de Buenos Aires está relacionada con la presencia del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien arribó a la ciudad de Buenos Aires rodeado de muy estrictas medidas de seguridad. España estuvo representada oficialmente en por el Felipe VI y Juan Fernández Trigo, secretario de Estado para Iberoamérica. El chileno Gabriel Boric y el boliviano Luis Arse son los únicos representantes de los Gobiernos progresistas latinoamericanos. El colombiano Gustavo Petro y el mexicano Andrés Manuel López Obrador desistieron de viajar. El ministro de Exteriores brasileño, Mauro Vieira, vino en nombre de Luiz Inacio Lula da Silva. Para el actual gobernante del principal socio comercial de Argentina ha resultado intolerable el lugar que Milei le ha asignado a Bolsonaro, un exmandatario inhabilitado para ejercer cargos públicos por ocho años y que enfrenta investigaciones judiciales por su presunta participación en el intento de golpe de Estado del pasado 8 de enero. El ministro de Exteriores de Israel, Eli Cohen, escuchó complacido la alusión a Janucá del nuevo aliado internacional.

El primer discurso

Milei se abstuvo de hablarle a la Asamblea Legislativa. En los hechos, le dio la espalda y se dirigió a la escalinata para hablarle a sus simpatizantes y al país. No hubo una multitud como se auguraba en la plaza que linda con el histórico edificio. "La señal es inequívoca: a la casta no me dirijo; mi mandato es del pueblo…(él) entiende que cuenta con un mandato de cambio radical y está dispuesto a exponer esa fortaleza en las calles", señaló Jorge Llotti, analista del diario La Nación. Antes de iniciar su discurso se abrazó con Zelensky y luego con su hermana.  "Hola a todos", dijo como en sus actos, con la voz ronca. Pero, de inmediato, su alocución fue más calma que lo acostumbrado. Milei contuvo los exabruptos e insultos. Recordó como maestro de escuela que con la Constitución de 1853, "los argentinos decidimos abrazar como pueblo las ideas de la libertad". Lo que vino después "fue la expansión económica más impresionante de la historia. Pasamos a ser la primera potencia mundial. Éramos el faro de Occidente y recibíamos a inmigrantes que se escapaban de Europa". Sin embargo, con el correr de los años "se abrazaron las ideas del colectivismo" que condujeron al "estancamiento y la miseria".

Un drástico ajuste

Esa etapa, remarcó, se ha terminado. En la segunda vuelta de noviembre, que él ganó por más de 10 puntos de diferencia, se ha elegido "un nuevo contrato social" que propone un país distinto con un Estado reducido a la mínima expresión. La crisis, por lo tanto, caerá sobre el Estado y no el sector privado. "Motosierra", le pidieron los manifestantes, en alusión al símbolo de campaña. El mandatario prometió dejar de emitir dinero porque ese es el remedio "empíricamente cierto" para reducir la inflación. "Milei, querido, el pueblo está contigo", le aseguraron desde la calleCriticó el exceso de circulante, las altas tasas de interés, los salarios miserables y la informalidad del empleo. Su lenguaje técnico se detuvo al predecir un peligro de inflación del 15.000% que ha sido "plantada" por el Gobierno saliente. "Vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarlo".

Para evitar una pobreza mayor, del 90%, según sus cálculos, "no hay otra alternativa que el ajuste". De haberse mantenido la convertibilidad, como se conocía la paridad entre el peso y el dólar de los años noventa, "el maldito neoliberalismo", como lo llamaban sus críticos, en la actualidad, calculó Milei, los argentinos ganarían 3500 dólares por mes. "Nos han arruinado la vida y nuestros salarios cayeron 10 veces. No es de sorprender que el populismo nos deje 45% de pobres". Tampoco, aseguró, hay a estas alturas un debate posible entre aplicar un "shock" y repetir la fórmula de las medidas graduales. Se impondrá lo primero. Esto, reconoció el presidente, impactará primero en el empleo, la cantidad de pobres, el coste de los productos y la economía en general. Sin embargo, prometió que será "el último mal trago antes de comenzar la reconstrucción". Frente a las eventuales impugnaciones de su programa, Milei llamó a dejar atrás las "propuestas sensibleras y progresistas" porque, de lo contrario, Argentina se convertirá en la "Venezuela de Chávez y Maduro". La única forma de salir de la pobreza "es con más libertad" y no con ayuda social. Horas más tarde, repitió las mismas ideas en el balcón de la sede del Ejecutivo, ante sus seguidores más leales.

Parlamento en minoría

El flamante Gobierno se ha constituido con un enorme respaldo en las urnas pero con una arquitectura política débil. La Libertad Avanza (LLA) sólo tiene 36 diputados sobre 257 y siste de los 72 senadores. Sus ambiciosos proyectos necesitarán del respaldo de la derecha tradicional. Parte de esa formación ya se ha sumado al equipo de ministros. Milei quiere a su vez contar con los sectores más conservadores del peronismo y otras agrupaciones que compartan su hoja de ruta. La ultraderecha se propone privatizar los bienes públicos estratégicos que no fueron subastados en la década de los noventa y, además, llevar a cabo un riguroso plan de austeridad fiscal. No se descarta que, ante la adversidad en el Parlamento, el anarco capitalista tome algunas de sus drásticas medidas por decreto.

Sus audaces s propuestas de "dinamitar" el Banco Central y dolarizar la economía quedan por el momento archivadas. Por lo ponto, Milei ha decidido aplicar su motosierra a la estructura de Gobierno. De los 18 ministerios existentes, se quedará con la mitad. No existirá la cartera de Mujeres y Género. Cultura se ha convertido en una secretaría.

A pesar de que los simpatizantes de Milei volvieron a acordarse negativamente de la "casta política", el presidente no pudo sino recurrir a lo más rancio de ella y nombró a Luis Caputo en Economía y a su exsocio Santiago Bausili en el Banco Central. Ambos son considerados responsables de diseñar la política de endeudamiento externo del Gobierno de Mauricio Macri, en 2018.