Reino Unido

La ministra del Interior británica presenta sus credenciales para un futuro liderazgo del Partido Conservador

Suella Braverman, descendiente de inmigrantes pero con un discurso duro contra la inmigración, presenta a su formación como defensora de los derechos de las clases trabajadoras

La ministra del Interior británica, Suella Braverman.

La ministra del Interior británica, Suella Braverman. / EP

Lucas Font

La conferencia del Partido Conservador británico no está saliendo tan bien como el primer ministro, Rishi Sunak, podría esperar. Lejos de acaparar la atención con algunos anuncios económicos, como la subida del salario mínimo o una inyección de dinero en las administraciones locales, los focos han estado puestos hasta ahora en los personajes más críticos con el 'premier' británico, como la exprimera ministra Liz Truss, o en algunas de las ministras que están tratando de marcar un perfil propio en el seno de una formación a la que las encuestas sitúan hasta 20 puntos por detrás del Partido Laborista en las próximas elecciones generales. 

La ministra del Interior, Suella Braverman, ha sido la que se ha llevado los titulares este martes tras su discurso en el escenario principal de la conferencia, en una de las primeras ocasiones en la que se ha visto la sala abarrotada desde el inicio del cónclave. Braverman, descendiente de inmigrantes africanos con orígenes indios, no ha dudado en insistir en su discurso duro contra la inmigración, cargado con una dosis sustancial de alarmismo. "El viento de cambio que arrastró a mis padres a cruzar el mundo en el siglo XX no fue más que una mera ráfaga comparada con el huracán que se avecina", ha alertado la ministra.

Falta de autocrítica

En un intento por destacar sus logros, Braverman ha recordado que en lo que llevamos de año se ha producido un descenso en el número de llegadas irregulares de inmigrantes a través del canal de la Mancha y ha cargado contra las organizaciones de derechos humanos y contra los laboristas por tratar de entorpecer sus políticas. Unas palabras exentas de autocrítica. "La principal razón por la que los gobiernos conservadores han tenido dificultades para controlar la inmigración ilegal es que los gobiernos laboristas aprobaron leyes que impiden una actuación eficaz", ha señalado.

La ministra se ha presentado como una de las caras visibles de la deriva populista del Partido Conservador con un discurso en el que ha tratado de presentar a su formación como la auténtica defensora de los derechos de las clases trabajadoras frente a una élite con "creencias lujosas" que habla desde la superioridad moral. "Los inmigrantes que lleguen no les quitarán el trabajo. De hecho, es más probable que los tengan cortando el césped o limpiando sus casas", ha asegurado ante la ovación del público. "Tienen derecho a sus creencias lujosas, pero el pueblo británico ya no pagará por ellas".

Segundo plano

La atención que los conferenciantes más escorados a la derecha han tenido en el cónclave conservador está marcando los pasos de la que será la hoja de ruta del partido en los próximos meses. Una hoja de ruta que Sunak está tratando de definir bajo su mando, aunque por ahora el primer ministro no ha conseguido brillar todo lo que esperaba. Al poco entusiasmo con el que han sido recibidas sus propuestas económicas se han sumado las críticas por su aparente plan de cancelar la finalización de la línea de tren de alta velocidad HS2, que debía unir Londres y Manchester a través de Birmingham.

Las reticencias de Sunak a confirmar si paralizará la construcción de la infraestructura han provocado una avalancha de preguntas por parte de la prensa y han desviado la atención de las propuestas del primer ministro, a pesar de sus esfuerzos por ponerlas en valor en sus múltiples intervenciones ante los medios de comunicación este martes. Mientras Sunak se dedicaba a apagar fuegos, Braverman acaparaba los aplausos en el escenario principal de la conferencia. Una situación que el primer ministro tratará de revertir este miércoles con su discurso en el cierre del cónclave, en el que prevé reforzar su liderazgo pese a las críticas.