OPINIÓN

Empatizar con uno mismo, la clave para enfrentar el cambio de hora

Comienza el horario de invierno: a las 3:00 horas de la próxima madrugada serán las 2:00

Comienza el horario de invierno: a las 3:00 horas de la próxima madrugada serán las 2:00 / Kai Forsterling

Azucena Duque

No todas las personas se enfrentan de la misma manera a los cambios. Unos fluyen con la corriente y no identifican que un nuevo periodo comienza en su vida. Otros, sufren las consecuencias de tener que enseñar a su cuerpo a adaptarse a un nuevo escenario. 

El próximo 28 de octubre el cambio de hora provocará no solo que se duerma una hora más, sino que también traerá consigo un descontrol en el reloj biológico, pudiendo acarrear efectos psicológicos como una bajada en el estado de ánimo, falta de ilusión, somnolencia, insomnio, ansiedad o irritabilidad. Una sintomatología que podría ser diferente en cada caso en particular.

Con este cambio la posibilidad de exponernos a la luz disminuye, produciendo desajustes y cambios en nuestro ritmo cardiaco así como una disminución de la serotonina, sustancia química de nuestro organismo relacionada con el estado de ánimo. Estos cambios en la regulación orgánica del organismo producen en un primer lugar un estado de desconcierto y malestar en el que no se entiende lo que ocurre al cuerpo, produciendo así efectos en el estado psicológico y emocional. Efectos que en ningún caso son iguales en todos los casos. 

Hay personas muy sensibles que acusan muy significativamente estos cambios, tanto a nivel psicológico como fisiológico; sin embargo, otras los sienten en menor medida, pasando por esta etapa sin sentir que su organismo o salud mental se altera. 

Para aquellos que sí sienten el cambio, lo importante es entender lo que nos está pasando y tener empatía con nuestro propio cuerpo y mente. Aceptar que nos estamos adaptando a una nueva etapa y darnos tiempo para ir adaptándonos a las nuevas sensaciones y emociones, será vital. 

Además, tenemos que interiorizar que el contacto sana y abrirnos a nuestro entorno para contar lo que nos está pasando nos ayudará a que nuestra experiencia sea más llevadera. Además, el entorno también es clave para ayudarnos a pensar en nuevos planes que alivien los efectos negativos de esta etapa. 

Otra recomendación a tener en cuenta durante este periodo de ajuste sería la de mantener una alimentación sana y equilibrada. Establecer una rutina en las comidas, cocinar, combinar alimentos sanos hará que nuestro organismo tenga la suficiente energía para gestionar los diferentes estados y emociones por los que pasa durante este periodo. 

A la alimentación sana y equilibrada, podemos sumarle el hacer ejercicio. A ser posible al aire libre y a la luz del sol, lo que no solo generará endorfinas si no que también nos ayudará a mantener ese contacto con la luz del sol que tanto echamos en falta durante este nuevo horario. 

La rutina diaria muchas veces no permite llevar a cabo estas rutinas con efectividad. Sin embargo, es conveniente intentar implantarlas durante el fin de semana. Haciendo de ellas un aliado de nuestro estado, y no un factor añadido para nuestro malestar. Rebajar la autoexigencia e introducir actividades placenteras durante la semana nos ayudará a gestionar de manera más efectiva todas las emociones que afloren en este proceso. 

Entenderse a uno mismo, apoyarse en los demás y pensar con ilusión en planes propios de esta nueva época serán las tres claves para transitar por este nuevo horario hasta recuperar los ansiados días de verano.

Azucena Duque

Psicóloga colegiada y miembro de la junta del Colegio oficial de psicología de Santa Cruz de Tenerife

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