Acento canario en Mauritania

La isleña HS Ingeniería y Arquitectura se encargó de reformar el Palacio de Autoridades en el que España y la UE firmaron hace dos semanas su acuerdo con el país africano

Firma del acuerdo;  a la izquierda la embajadora de España en Mauritania, la tinerfeña Míriam Álvarez de la Rosa.

Firma del acuerdo; a la izquierda la embajadora de España en Mauritania, la tinerfeña Míriam Álvarez de la Rosa. / LP / DLP

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Doce años después de llegar a Mauritania, las autoridades del país africano no mueven una piedra sin consultar con el Ingeniero Canario. Así conocen allí a Borja Henríquez, artífice de la remodelación del Palacio de Autoridades en el que hace dos semanas España y la Unión Europea se comprometieron a impulsar el crecimiento de la nación que es hoy punto de salida de la mayoría de los cayucos que llegan a las Islas.

El pasado 8 de febrero, el presidente de España, Pedro Sánchez, y la de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, acordaron con el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, el envío de 500 millones de euros para impulsar el desarrollo de la república islámica. Con el foco puesto en el parón que este desembolso pueda propiciar en la salida de cayucos con destino a las Islas, la atención a los detalles se extravió; entre estos, la relevante presencia de dos canarios.

Una de ellas, Míriam Álvarez de la Rosa, fue la encargada de rubricar el compromiso a tres bandas. Es la embajadora española en Mauritania, nacida en Santa Cruz de Tenerife e hija del recientemente desaparecido –noviembre de 2023– catedrático de Derecho del Trabajo de la ULL Manuel Álvarez de la Rosa. El otro, Borja Henríquez, es ingeniero y artífice de la remodelación en tiempo récord del Palais des Hôtes (Palacio de Autoridades) en el que se formalizó el acuerdo.

La clase política no decide sobre infraestructuras sin antes consultar con el Ingeniero Canario

Tras la visita a Mauritania que en 2022 protagonizó la reina Letizia, los gobernantes de aquel país empezaron a valorar la posibilidad de afrontar una reforma del inmueble. Su planta baja se dedica a reuniones diplomáticas y actos protocolarios, mientras que en la alta se alojan los visitantes de primer nivel: presidentes, primeros ministros y jefes de Estado. Por dar más contexto espacial, está integrado en el complejo que también alberga la residencia presidencial mauritana.

Tras las pertinentes valoraciones, la Genie Militaire y el Ministerio de Urbanismo y Vivienda mauritanos decidieron marcar el teléfono del hombre cuya forma de trabajar les ha conquistado a lo largo de los últimos doce años. «Me lo encargaron el 3 de octubre y tenía que entregarlo el 28 de noviembre», detalla Borja Henríquez. Un tiempo muy escaso, y más teniendo en cuenta que él no es arquitecto ni decorador.

La experiencia

Sin embargo, contaba con la experiencia de once años aprendiendo qué puertas tocar y a qué colaboradores recurrir cuando se trata de conseguir un objetivo. Y no menos importante: «También cómo les gustan las cosas a los mauritanos», destaca. El resto era cuestión de ponerle empeño, «con tres turnos de ocho horas», añade Henríquez, para que no pasara un solo momento sin caminar hacia la meta del 28 de noviembre.

Esa era la fecha elegida por el presidente de la república islámica para condecorar a los galardonados con la Medalla al Mérito Nacional de Mauritania, la misma que recibió el propio Borja Henríquez al cumplirse diez años desde su llegada al país. «Me presionaban amablemente con eso, me recordaban que en esa sala me la había dado a mí el presidente un año antes», explica.

La actividad frenética dio sus frutos y la obra se entregó a tiempo una vez más para «orgullo» del Ingeniero Canario, sobrenombre que se ha ganado entre las autoridades de aquel país. Para él no supone ningún esfuerzo reconocer la eficacia, rigor y maestría de quienes le llevan al éxito. «Hay un escayolista allí que es el mejor que he visto nunca», afirma, y el ejemplo no es gratuito. Son estos profesionales del yeso los que más tienen que decir en esa obra de renovación y modernización del palacio autoridades, que continúa en la planta alta y tiene prevista su finalización para los últimos días del mes de julio.

"Hay un escayolista allí que es el mejor que he visto nunca"

Borja Henríquez

— Responsable de HS Ingeniería y Arquitectura en Mauritania

¿Por qué puede verse en Nuakchot al delegado en el país africano de HS Ingeniería y Arquitectura acompañando a las principales autoridades del país? ¿Por qué el Ingeniero Canario se ha ganado el reconocimiento y la confianza de la clase dirigente? Con solo 24 años dejó el Archipiélago. España estaba sumida en una de las peores crisis económicas y evitar el rescate pasaba por meter en cintura el déficit público, lo que alejaba del todo la posibilidad de aplicar políticas anticíclicas. En definitiva, el recién egresado Henríquez sabía que las oportunidades de abordar grandes proyectos de ingeniería civil eran prácticamente nulas si no hacía las maletas.

La oportunidad se le apareció con las obras del muelle de la Marina de Nuadibú. Venciendo el recelo de quienes le veían como un joven recién llegado sin prácticamente currículo que avalara su presencia, fueron su modo de trabajar y su capacidad para resolver cuantos problemas surgían lo que encandiló pronto a los mandos militares. Tanto que solo tres años después –2015– pusieron en sus manos las instalaciones militares portuarias de la capital, Nuakchot.

El salto cualitativo que propició esta última obra –triplicó la facturación de Nuadibú– fue de los grandes. Pero el destino quiso alinear los astros más a su favor. Los mandos intermedios con los que había tomado contacto a su llegada fueron ascendiendo en el escalafón hasta ocupar la primera línea de la toma de decisiones. Sus siguientes trazos dibujaron en 2016 la nueva residencia de oficiales de esa misma Marina en Nuakchott. Tiempo para relajarse en el trabajo no tenía ni tiene pero ahora sabe que su teléfono va a sonar cada vez que se toma una decisión en su ámbito profesional.

En 2017 avaló de su bolsillo la operación de desbloqueo del FIEM

Más aún cuando en 2017 hasta puso el dinero de su bolsillo para avalar el desbloqueo del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM), cerrado para Mauritania por la operación fallida de una empresa canaria en unas labores de dragado en el puerto pesquero de Nuadibú. Esta vía que Borja Henríquez se empeño en recuperar forma ahora parte de las herramientas que utilizará España para hacer llegar, en este caso de manera indirecta, parte de los 310 millones de euros –la UE pone otros 232 millones– a los que se ha comprometido durante los próximos cinco años.

Si quedan dudas de la importancia que tiene para las autoridades mauritanas contar con el criterio del Ingeniero Canario, basta recordar que lo eligieron para que fuera los ojos del país en la construcción del macropuerto multifunción –pesquero, militar, comercial y astillero– de N’diago, en la deprimida región de la frontera sur. Una empresa china era la encargada y el Gobierno mauritano no veía aparecer allí la calidad a la que Henríquez les acostumbró.

Esa obra se entregó el pasado noviembre. «Solo en edificios son 22.000 metros cuadrados», detalla el canario sobre un proyecto que casi triplicó el presupuesto inicial hasta llegar a 823 millones de euros. «Si quieres abordar obras de este calado, tienes que estar donde están por hacerse», decía hace dos años. Y él las hace.

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