La venta de barcos de recreo se dispara un 50% en Canarias

2023 cierra con medio millar de nuevas matriculaciones

Motos y neumáticas tiran del mercado ante el bajón de las grandes esloras

Marina deportiva frente al Cabildo. | | E.D.

Marina deportiva frente al Cabildo. | | E.D. / N. Santana

Néstor Santana

Néstor Santana

Soltar amarras e izar banderas se populariza en Canarias. En 2023 se matricularon 482 embarcaciones de recreo, un aumento de las ventas en el Archipiélago del 50% en comparación con el año anterior, cuando se botaron al océano Atlántico solo 319. No es la autonomía con mayor volumen de negocio, puesto que ocupa Baleares con 608 nuevos registros, pero sí es en la que mayor crecimiento ha experimentado el sector náutico. Una ‘euforia’ por la actividad que se ha basado sobre todo en las motos de agua y las neumáticas semirrígidas, que ensancharon y mantuvieron el mercado a flote tras el pinchazo en la adquisición de grandes esloras.

«Estamos muy satisfechos con las ventas. Significa que estamos creando cantera», asegura la presidenta de la Asociación Náutica y de Recreo de Canarias (Asnáutica) y vicepresidenta de la Federación Provincia de Empresas del Metal y Nuevas Tecnologías de Santa Cruz de Tenerife, Carmen Fernández. En especial, señala que este incremento de aficionados está ligado con que se «ha quitado el sambenito del lujo» a tener en propiedad una embarcación con la que navegar, en familia o con amigos, de la playa de Las Teresitas a Antequera en Tenerife, o de Mogán a la playa de Güi Güi en Gran Canaria.

Esta normalización del disfrute del tiempo libre al ritmo de las olas en alta mar ha supuesto que, si bien en todo el país las transacciones han aumentado de media un 2,2% –5.976 nuevas embarcaciones de recreo en total– con respecto a 2022, en Canarias esa misma cifra se ha disparado hasta el 50%, según el Informe del mercado de embarcaciones de recreo de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (Anen), elaborado a partir de los datos de la Dirección General de la Marina Mercante. Actualmente, no existe una contabilidad exacta de la flota total de embarcaciones de recreo, cosa que sí existe para los vehículos, aunque se está trabajando en su puesta en marcha, señala la Anen.

Las neumáticas de menos de seis metros de eslora y las motos acuáticas son las que más triunfan, eso sí, tiene una explicación bastante lógica: son las embarcaciones que se pueden sacar del muelle con la licencia de navegación más básica. El interesado en coger el timón solo necesita la Licencia de Navegación, también llamada Titulín, que permite costear a dos millas a la luz del sol. Ya si se quiere pernoctar en alta mar hace falta el título de Patrón de Navegación Básica (PNB), que habilita al tenedor para embarcarse en botes de hasta ocho metros de diámetro, a una distancia de cinco millas de la costa, incluso con la luna en el cielo.

Algo que diferencia al Archipiélago del resto de territorios, recalca el presidente de la Asociación de Navegantes de Recreo (Anavre) Ricardo Tormo, es el nivel experto de una buena parte de los aficionados. «En la península estamos más acostumbrados a costear, en Canarias a navegar entre las islas, y para eso hay que ser profesional», apunta Tormo.

Pero no todas las nuevas matriculaciones son para uso y disfrute de los propietarios. El mercado del charter también está despuntando. En España, cerró 2023 con 2.057 matriculaciones nuevas, un 4,79% más que el año anterior. ¿Cuál es el fin de estas embarcaciones? Desde fiestas de cumpleaños hasta jornadas de pesca pasando por la visita a playas recónditas e, incluso, uso habitacional a pie de muelle. En las Islas, la temporada alta de alquiler comienza en octubre y finaliza en abril, subraya Carmen Fernández, coincidiendo con la temporada alta turística. Eso sí, la presidenta de Asnáutica explica que esta actividad aún anda recuperándose tras el inicio de la guerra de Ucrania y la intensificación del conflicto en Israel. «Los turistas que más alquilaban eran rusos, israelíes, letones y ucranianos, se nota que ya no están viniendo», apunta.

De cara a 2024, el sector náutico aún no se atreven a lanzar previsiones ante la compleja situación socioeconómica global. «Habrá que hacer un esfuerzo en innovación, que junto a una adecuada fiscalidad y cambios normativos, podrá mantener y ampliar una oferta atractiva que estimule las ventas», enfatiza el director general de Anen, Jordi Carrasco.

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