Industria

Tavares quiere adaptar la estructura de costes de Stellantis al modelo chino: "Europa no está preparada"

El CEO del grupo con planta en Vigo dice que los acuerdos con Leapmotor y CATL responden a "estar en el lado ganador" en la que califica como "la competencia más dura de la historia"

Carlos Tavares, CEO de Stellantis.

Carlos Tavares, CEO de Stellantis. / FABIO FERRARI

Adrián Amoedo

La relación de Stellantis con la “invasión” del vehículo chino en el mercado europeo ha dado un vuelco. Hace poco más de un año, el CEO del grupo, Carlos Tavares, aprovechó una entrevista con varios medios europeos para poner sobre la mesa que existe en el continente “una alfombra roja” para los coches llegados del gigante asiático y pedía igualar los aranceles que sufren en China los fabricantes europeos. Ahora, el discurso ha cambiado radicalmente. Tavares ya no quiere aumentar las tarifas, tampoco está muy pendiente de la investigación iniciada por la Comisión Europea por las “fuertes sospechas”, como el mismo dijo, de que las empresas orientales están subvencionadas por el gobierno.

El portugués apela ahora por “estar en el lado ganador” en la que ha calificado como “la competencia más dura que hemos visto en la historia de la industria”. De ahí la inversión en el fabricante Leapmotor o la colaboración con el líder en baterías CATL. Pero no es suficiente. A su juicio, Stellantis, que cuenta con planta en Vigo, tiene que “adaptar estructuras de costes” a las de los competidores chinos. Y, para eso, apuesta por “comprar muchos componentes en Europa del Este, Marruecos o Asia”. “El problema es que Europa no está preparada para el cambio. Europa sólo finge querer la transformación”, recalcó.

Como casi siempre que está ante un micrófono, el dirigente luso, una de las voces con más peso en la industria del automóvil a nivel global, no se cortó. En este caso fue en una entrevista exclusiva con el medio alemán Der Spiegel, publicada antes del memorando de entendimiento (MoU, en inglés) firmado con CATL, pero después de la inversión de 1.500 millones en Leapmotor.

Preguntado por la contradicción que supone quejarse de la llegada masiva del coche chino y, a la vez, moverse para integrar componentes de ese país o para, directamente, vender sus modelos como la decimoquinta marca del grupo, Carlos Tavares fue tajante: “Tuvimos que ser ágiles y cambiar algo en nuestra estrategia en China”.

Además de volver a arremeter contra la Comisión Europea por obligar a los fabricantes a este salto tecnológico al vetar las ventas de coches con motores a combustión en 2035 –“dogmatismo sin control de la realidad”, lo calificó–, Tavares señaló que la UE apuesta por “una tecnología muy cara” que “solo algunos clientes pueden permitirse”. De hecho, insistió en que “los fabricantes incurren en costes elevados” para la fabricación de coches cero emisiones.

Aunque asegura que en esta guerra Stellantis será de las firmas “supervivientes”, esta realidad responde a que el grupo está apostando por “reducir radicalmente” la estructura de costes, adaptándose más al modelo chino. “Sin embargo, los competidores chinos nos llevan varios años de ventaja en movilidad eléctrica. Tenemos que reaccionar con determinación para acortar distancias”, enfatizó.

Recetas

En la entrevista con el medio germano, Tavares explicó que este viraje hacia los países low-cost demuestras que “Stellantis es capaz de cambiar”, como hizo con China, y opta por “una doble estrategia”: vender los coches de Leapmotor en Europa “con una enorme ventaja de costes” y ofrecer los de la marca Citroën “a un precio inferior a 20.000 euros”, como el ë-C3 que se ensambla en Eslovaquia. “De este modo, pasamos de víctimas a aprovechados de la ofensiva china”, resumió. Eso sí, el portugués también quiso dejar claro que no s está “pasando al enemigo”. “Solo me aseguro de que Stellantis está en el lado ganador de la apertura china en Europa y no en el perdedor”, dijo.

Un modelo de Leapmotor en su fábrica de China.

Un modelo de Leapmotor en su fábrica de China. / LEAPMOTOR

Para él, los políticos “están causando enormes dificultades a sus propias empresas” al ponerlos a competir con los asiáticos y piensa que si el objetivo es “mejorar el balance de CO2 del parque automovilístico” lo ideal es hacerlo con coches que “la clase media pueda permitirse”. Así, puso como ejemplo los que llevan propulsión semihíbrida (tecnología MHEV, siglas en inglés para mild hybrid electric vehicle).

“Estos emiten menos de 100 gramos de CO2 por kilómetro, bastante menos que un motor de combustión convencional que haya que sustituir en carretera”, señaló, destacando además que “están disponibles por menos de 20.000 euros”. Una tecnología que, como avanzó Faro de Vigo, del Grupo Prensa Ibérica, ya se ha estrenado en Stellantis Vigo con las preseries del renovado Peugeot 2008 y que, en el futuro, se incorporarán también a las furgonetas K9.

“Al mismo tiempo, podrían establecerse cuotas de coches eléctricos cada vez mayores”, añadió Tavares. Un “doble enfoque” que a su juicio ayudará a esta “transformación” y “no pondría en peligro toda una industria, con todas las consecuencias sociales”.

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