Transportes | El coste de la deriva medioambiental de la Unión Europea

Torres no tira la toalla y anuncia batalla en Bruselas para la total exención de la 'tasa verde'

El presidente evita entrar a discutir si la aplicación del tributo encarecerá los billetes después de que la Comisión Europea quitase hierro a la preocupación por sus efectos en el turismo

Ángel Víctor Torres y Emil Boc, este martes en la rueda de prensa posterior a su encuentro.

Ángel Víctor Torres y Emil Boc, este martes en la rueda de prensa posterior a su encuentro. / Ramón de la Rocha (Efe)

Ni las Regiones Ultraperiféricas (RUP) ni por supuesto Canarias van a cejar en su empeño de lograr la total exención de la tasa verde. Así lo avisó este martes Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno autonómico y presidente de turno de las RUP, un día después de que la Comisión Europea (CE), a través de su directora general de Política Regional y Urbana, Monika Hencsey, se mostrase reacia a atender la petición de que también los vuelos internacionales hacia y desde las RUP queden exentos del impuesto al queroseno.

Tras reunirse con el rumano Emil Boc, representante del Comité Europeo de las Regiones (CDR) y con quien horas antes había dado una charla sobre la especial importancia de las políticas europeas de cohesión en el desarrollo socioeconómico de las RUP, el jefe del Ejecutivo canario valoró que las autoridades comunitarias hayan accedido a librar de la tasa verde a los vuelos interinsulares y nacionales, máxime cuando ni siquiera esto estaba garantizado. Sin embargo, el objetivo inicial del Gobierno del Archipiélago era lograr la total exención de este tributo, de modo que también los vuelos que conectan a las Islas con Francia, Alemania o los Países Bajos, es decir, esos vuelos que traen a millones de turistas y por ende sostienen miles de puestos de trabajo, quedasen fuera del ámbito de aplicación del impuesto. Un objetivo inicial que no ha variado ni un ápice por más que Hencsey casi invitase el lunes a las RUP a tirar la toalla. La representante de la CE dijo que todos esos vuelos en los que vienen los turistas contaminan mucho, con lo que exceptuarlos de la tasa verde supondría un obstáculo en la ruta hacia la descarbonización emprendida por Bruselas. Un argumento medioambiental que de algún modo obvia la realidad de las RUP en general y de Canarias en particular. En el caso de las RUP, porque se trata de territorios alejados de la Europa continental cuyos ciudadanos pagarían billetes más caros por volar a Luxemburgo, Holanda o Bélgica, ya que las aerolíneas tendrán que subir precios para compensar el sobrecoste del queroseno y aquí en la ultraperiferia, claro, no hay alternativa al avión para moverse dentro del territorio comunitario; y en el caso concreto de las Islas, porque su economía y sus trabajadores se ven en el riesgo de perder a todos esos turistas que no puedan seguir costeándose unos pasajes disparados por efecto de la deriva verde de la UE.

Una postura firme

Lo anterior evidencia por qué el propio Torres calificó este lunes de vital la cuestión de la tasa verde, una cuestión de «supervivencia». «Vamos a seguir batallando; creemos que no podemos ser gravados», explicó este martes tras el encuentro con el representante del CDR. El presidente de turno de las RUP no quiso entrar a discutir en qué medida se encarecerían los billetes de avión que pagan los turistas en caso de que no se consiga la total exención del impuesto, un melón que Hencsey abrió este lunes al esgrimir unos estudios de mercado encargados por la CE que al parecer concluyen que el tributo no afectaría en exceso a los precios. No obstante, Torres sí recordó que también las aerolíneas disponen de sus propios estudios y cálculos, y estos no precisamente coinciden en sus conclusiones con los de Bruselas. Más bien al contrario: desde el sector han avisado que las medidas medioambientales de la UE ponen en riesgo hasta un 10% de la facturación turística de la región, una merma de ingresos que conllevaría la pérdida de empresas y empleos. No en vano, ya no solo se trata de la tasa verde, sino que a esta se le suma el encarecimiento de los derechos de emisión, esos que deben pagar las compañías aéreas en mayor o menor cuantía en función de cuánto dióxido de carbono lancen a la atmósfera. Todo ello para acelerar la transición del queroseno a los biocombustibles, esos biocombustibles de los que no hay ni producción ni oferta suficientes, advierten las aerolíneas, como para seguir el ritmo que pretenden las instituciones comunitarias. En definitiva, tanto en la aviación comercial como en la industria turística dan por descontado que si no hay una total exención del impuesto, esto es, si no se exceptúa también a los vuelos entre Canarias y terceros Estados miembros, la economía isleña se va a resentir.

El presidente del Gobierno de Canarias puntualizó que la Comunidad Autónoma en ningún caso pretende que se la exceptúe de la tasa verde, como de momento se ha conseguido en las rutas interinsulares y nacionales, a cambio de nada. De hecho, Torres hizo hincapié en el «firme compromiso» de su Ejecutivo con el proceso hacia la descarbonización, tal como demuestran las distintas leyes e iniciativas aprobadas en este sentido durante la legislatura. Ese compromiso de las Islas se traduciría en un plan en virtud del cual la huella de carbono de los turistas que vengan en esos vuelos liberados del impuesto al queroseno se compensaría una vez en el Archipiélago. En definitiva, en ningún caso pretende el Gobierno regional librarse sin más de la tasa verde, muy al contrario: su idea es quedar al margen en tanto en cuanto no haya un suministro suficiente de biocombustibles para garantizar la movilidad de propios y extraños, es decir, de sus ciudadanos y de esos turistas de los que viven sus ciudadanos. Y, además, contribuir por otra vía y en su parte alícuota al objetivo compartido de reducir los gases de efecto invernadero.

Además, Ángel Víctor Torres mostró también su preocupación por lo que pueda ocurrir con el transporte de mercancías. No en vano, y más allá del impuesto al queroseno, el endurecimiento del mercado de derechos de emisión afecta también al transporte marítimo, a todos esos mercantes que traen la grandísima mayoría de productos y mercancías que se consumen en Canarias. Resulta evidente, tal como enfatizó el presidente autonómico, que en las Islas «tenemos menos opciones» para el abastecimiento, ya que los alimentos y demás bienes llegan por los puertos y no en camiones, de ahí que no debería resultar muy difícil convencer a Bruselas de la pertinencia de que se exceptúe aquí al Archipiélago. Pero hay que convencer, vino a decir el jefe del Ejecutivo isleño, que garantizó que para ello están trabajando en su gabinete.

Suscríbete para seguir leyendo