La primera ciudad de la Historia

La primera ciudad de la Historia

La primera ciudad de la Historia / Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

A finales del IV milenio a.C. tuvo lugar la manifestación más antigua conocida de la aparición de una ciudad estado en Uruk, Baja Mesopotamia. Son numerosos los elementos que la civilización occidental ha adoptado de aquella experiencia primigenia en la que una sociedad prehistórica tomó formas de poder político que revolucionaron el sistema económico y social.

El fenómeno que se experimentó en Uruk ha sido calificado de «nacimiento de la civilización» y de «revolución urbana». Algunos expertos lo califican de estado arcaico o de tradición compleja social y muchos otros consideran que se trata del comienzo de la Historia.

Uruk tomó forma hace más de 5.000 años en la actual Irak. Se levantaron templos, palacios y se desarrolló el urbanismo. También nació la escritura con el fin de llevar el control del nuevo sistema comercial derivado de esta nueva urbe. Los sumerios, la primera cultura que nació allí, conocieron a la ciudad como Unu y convivieron en ella en torno a 70.000 habitantes, Uruk fue el nombre que le pusieron después los acadios.

Desafortunadamente, la información que se ha conservado de Uruk es una mezcla de mitos y leyendas, pero también se conservan valiosísimos restos arqueológicos. Las leyendas nos hacen saber que la ciudad fue fundada por el rey Enmerkar en torno al 4500 a.C., pero es un dato poco fiable, ya que, según la Lista de Reyes de Sumeria, el fundador habría reinado más de cuatrocientos años. Por esto es tan importante el papel de la arqueología que ayuda a equilibrar la balanza entre lo mitológico y la realidad.

Los vestigios muestran que Uruk comenzó a concentrar población entre el 3500 y el 3200 a.C. y hacia el 3000 a.C. habría culminado su transición hacia una ciudad plenamente conformada. Se cree que pudo ser el resultado de la unión de Kullaba y Eanna, dos asentamientos previos, esta creencia está apoyada por el hecho de que la ciudad estuviese dividida en dos partes, una dedicada a la diosa Innana (o Ishtar) y la otra al dios Anu.

En el tercer milenio a.C. Uruk se convirtió en el centro de administración y culto más importante de Sumeria. Su organización inspiró el nacimiento de otros núcleos urbanos en Mesopotamia. Dentro de las construcciones más importantes de esta cultura está la muralla que rodeaba la ciudad con fin protector la cual, según parece, fue mandada a construir por Gilgamesh, un héroe mitad mitológico mitad real.

También se construyeron canales que portaban agua del Éufrates para facilitar el crecimiento de la agricultura y destacan las primeras construcciones de arquitectura monumental urbana con templos tan importantes como el blanco que sirvió como precedente a los zigurats, las vistosas pirámides escalonadas mesopotámicas.

Sin duda fue la escritura cuneiforme la mayor aportación cultural de Uruk, nacida del desarrollo del trueque. Posteriormente la economía fue desarrollándose y se inició una nueva necesidad de contabilizar y controlar los intercambios.

Uruk mantuvo la ocupación, con una preocupante paulatina pérdida poblacional, hasta el siglo III d.C. A mediados del siglo XIX William Kennet Loftus descubrió la ciudad, pero no fue excavada hasta principios del siglo XX.

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