¿Qué me pasa, doctor?

Los mitos del porno también afectan a los hombres de 50

La dificultad para mantener la erección, una de las consultas más frecuentes, puede esconder un problema físico pero en la mayoría de los casos es de origen psicológico y tiene que ver con una visión nada realista de la sexualidad

Los mitos del porno también afectan a los hombres de 50.

Los mitos del porno también afectan a los hombres de 50. / epc

Olga Pereda

La edad no es un factor determinante para sufrir una caída de la libido, pero la vida sexual —sobre todo, a partir de una determinada edad— ha entrado de lleno en las consultas sanitarias.

Las mujeres acuden más para que los profesionales de la salud —mental o física— les den respuesta a lo que ellas consideran una caída de deseo, algo en lo que tiene mucho que ver el contexto: relación de pareja, estrés laboral y familiar y preocupaciones económicas. Los hombres, mientras, también están rompiendo el tabú y están acudiendo a las consultas. Ellos, sin embargo, no preguntan directamente por la crisis sexual que sufren sino que dan un rodeo previo. En muchas ocasiones, el problema que narran no es tal sino que, simplemente, su actividad sexual no responde a las expectativas que les ha generado el modelo de macho vigoroso y siempre deseante que ha favorecido la industria del cine, porno incluido.

«Doctor, últimamente tengo dificultades para orinar», es una de las frases más repetidas en las consultas de urología entre los pacientes a partir de 50 años. «Al final de la visita, cuando han cogido un poco de confianza, te comentan que han ‘fallado’ en la cama o que no están ‘funcionando bien’ con sus parejas», explica Juan Manuel Corral, secretario general de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA) y médico de la unidad de Andrología del Hospital Clínico (Barcelona).

Las estadísticas médicas europeas confirman que los varones experimentan alteraciones en la función eréctil a partir de los 50 años. Las dificultades para mantener una erección se dan en el 5% de los varones de 40 años. Entre los de 65 años, el porcentaje varía entre el 15% y el 25%, mientras que a los 70 años es del 50%. «No hay que resignarse. Estamos delante de un problema con solución», aclara el urólogo y andrólogo.

La mayoría de los problemas de erección se engloban en la esfera de la psicología pero, en algunas ocasiones, las dificultades pueden esconder un problema de salud física. De ahí la importancia de la visita al especialista para una valoración global. El doctor Corral explica que la diabetes, los problemas cardiovasculares, la ingesta de medicamentos antidepresivos, el cáncer de próstata y el hipogonadismo (bajos niveles de testosterona, conocido popularmente como andropausia) están relacionados con la disfunción eréctil.

Identidad masculina

Salvo estas excepciones, la disfunción eréctil tiene un origen psicológico y se explica, entre otros motivos, por ese modelo tan extendido del hombre macho siempre deseante y sexualmente activo. Pablo Hurtado, psicólogo y sexólogo, explica que los tres principales motivos de consulta por parte de los hombres son la pérdida de erección, la eyaculación precoz y la falta de deseo. Sus pacientes abarcan todo el abanico de edad, desde los que tienen entre 20 y 30 años hasta los de 50 y 60.

«Los hombres vienen buscando ayuda, y eso está muy bien porque parece que, poco a poco, se va derrumbando el tabú. Lamentablemente, tener un problema con la sexualidad significa perder la identidad masculina. Esta es una consecuencia de las heridas que nos ha provocado el patriarcado, con esa imagen de que el hombre siempre tiene que ser vigoroso y deseante», explica el psicoterapeuta sexual y de pareja, que está especializado en perspectiva de género.

A lo largo de la terapia, los especialistas trabajan con sus pacientes dejándoles claro que «la erección no es el termómetro del deseo». «Lo habitual es que una erección vaya y venga a lo largo de un encuentro sexual. El problema radica en que los hombres se autoimponen una responsabilidad que, en realidad, no les corresponde», afirma el psicoterapeuta.

Las dificultades para mantener una erección se dan en el 5% de los varones de 40 años, entre el 15% y el 25% de los de 65 y en el 50% a partir de los 70 años

El modelo sexual imperante todavía es falocentrista y coitocentrista y castiga a los hombres con la absurda obligación de que tienen que dar placer con su pene. Hurtado recuerda que la sexualidad va mucho más allá de eso. «Hay muchísimas maneras de dar y recibir placer», añade.

Respecto a la eyaculación precoz, otro problema casi siempre de origen psicológico, el sexólogo recuerda que lo que la mayoría de los hombres consideran precoz es completamente normal. El doctor Corral y el psicólogo Hurtado critican severamente a la industria del cine —porno incluido— por ofrecer una imagen muy distorsionada de la realidad. «Es imposible permanecer media hora con tanto movimiento pélvico. A nivel fisiológico, lo natural es que la eyaculación aparezca en un minuto», sentencia Hurtado.

El Estudio Global de Actitudes y Comportamientos Sexuales reveló que los problemas sexuales más frecuentes son la falta de interés, la incapacidad para llegar al orgasmo y las relaciones no placenteras. El bajo deseo también tiene sus raíces en el discurso heteropatriarcal: los hombres son machos con la libido a tope. La realidad es otra, pero el hombre lo considera un fallo y comienza a evitar el contacto físico e, incluso, rechaza hablar de ello. Conclusión: un problema que no lo es se convierte en problema.

Más consultas de mujeres

La falta de deseo —tanto en hombres como en mujeres— no es rara ni mala. Tampoco una patología, a pesar de que el DSM (el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría) habla de trastorno de deseo hipoactivo. El deseo sexual es una emoción compleja, una emoción que se puede trabajar, aumentar y despertar, recuerda la psicóloga, sexóloga y divulgadora científica Laura Morán en ¿Por qué (no) deseo? (Next Door Publishers)

Tanto el doctor Corral como el psicólogo Hurtado insisten en que el tabú debe romperse del todo y piden a los hombres que llamen a la puerta de un profesional de la salud cuando experimenten un problema sexual. En el caso de la disfunción eréctil por un motivo orgánico, el urólogo recuerda que existen tratamientos farmacológicos y terapia con testosterona.

El modelo sexual todavía es falocentrista y castiga a los hombres con la absurda obligación de que tienen que dar placer con su pene

Pero los hombres maduros no son los únicos que llaman a la puerta de los especialistas por problemas en la vida sexual. También los jóvenes. «Ellos no vienen con una patología orgánica sino por la mala información que han recibido en las redes sociales, el cine, el porno o internet», sentencia el doctor Juan Manuel Corral.

El especialista reconoce que hay pacientes de 18 o 20 años que comentan que sus erecciones son insuficientes. Pero, en realidad, no lo son. Tienen una imagen distorsionada del sexo. En Europa, la duración media de una relación sexual es de entre siete y diez minutos. «Pero hay muchos varones mal informados a los que ese tiempo les parece poco», explica el urólogo.

En busca de diagnóstico

El psicoterapeuta sexual y de pareja insiste en que la amplía mayoría de problemas relacionados con la sexualidad tienen origen psicológico y tienen que ver con los discursos de género y un modelo de sexualidad anclado en la visión heteropatriarcal. «No se plantean que el problema que están sufriendo tiene que ver con ese mensaje. Quieren un diagnóstico médico y una solución médica. Cuando ven que no hay patología, es cuando acuden a un sexólogo o un psicólogo, aunque todavía hay mucho tabú porque sufrir un problema psicológico, lamentablemente, se sigue asociando a debilidad», aclara Hurtado.

La falta de deseo de las mujeres, por ejemplo, suele estar relacionada con algún trastorno de ansiedad, estrés o insomnio, algo que afecta más al sexo femenino que al masculino. La especialista Elena Ródenas expone que el 80% de las afectadas no recibe ningún tipo de asistencia sanitaria para revertir esta situación. Y aunque es más frecuente en la mujer, cada vez afecta a más hombres, por lo que considera fundamental identificar las causas para proceder a su manejo. Además, llama la atención sobre el hecho de que en ocasiones una discrepancia en el nivel de deseo sexual con la pareja puede confundirse con bajo deseo, cuando en realidad en la pareja, la otra persona, la que tiende a ser muy demandante sexualmente o a tener aumentado el deseo.

«Es imposible permanecer media hora con tanto movimiento pélvico», afirma el sexólogo, «lo natural es que la eyaculación aparezca en un minuto»

Sobre las causas que pueden intervenir en la falta de deseo, estos profesionales destacan dos: las orgánicas y las psicológicas. Las orgánicas, por ejemplo, pueden ser enfermedades crónicas como la diabetes o una insuficiencia cardíaca o renal, alteraciones de las hormonas, anemias o el consumo de sustancias psicoactivas, entre otras. Mientras que entre las causas psicológicas suelen estar la depresión, el estrés, la ansiedad o la baja autoestima, así como los traumas sexuales o las experiencias negativas que hayan tenido con anterioridad.

Y la crisis del coronavirus, con la afección psicológica y económica que ha tenido para muchas personas, también ha sido desencadenante. «Hemos vivido una situación muy estresante en los últimos años con el coronavirus y aunque hay personas que cayeron mentalmente al principio, otras lo están haciendo ahora, por lo que estamos viendo en consulta las secuelas de esta crisis sanitaria por capítulos», afirma Jesús Eugenio Rodríguez, quien también llama la atención sobre el efecto que tiene en las relaciones sexuales el abuso de medicamentos como las benzodiacepinas, un consumo que se ha disparado en los últimos años y que «está siendo brutal».

Suscríbete para seguir leyendo